
En un país federal como Argentina, la verdadera transformación digital comienza en las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se gestiona el día a día de la ciudadanía, donde se hacen los trámites, se reciben los servicios y donde la frustración —o la satisfacción— con la gestión pública se vuelve tangible.
Los datos son elocuentes: el 85% de la sociedad considera ineficiente la burocracia estatal, el 86% no confía en el Estado, más del 74% está insatisfecha con la atención que recibe y el 80% cree que los trámites son lentos y engorrosos. Estas cifras, que surgen de estudios recientes de Espacios Políticos, reflejan una demanda urgente: un Estado ágil, digital y centrado en las personas.
Sin embargo, la solución no pasa únicamente en incorporar tecnología o desarrollar aplicaciones aisladas. La transformación digital implica una reforma profunda en la manera de diseñar, coordinar y entregar bienes y servicios públicos, con el ciudadano en el centro. Significa interoperabilidad entre sistemas, simplificación administrativa, talento digital, ciberseguridad robusta y servicios que no sólo respondan, sino que anticipen necesidades. En definitiva, no es un cambio cosmético, sino una condición indispensable para sostener y recuperar la legitimidad democrática en un contexto de desconfianza creciente.
¿Por qué poner el foco en las provincias? Porque son quienes tienen la responsabilidad directa sobre la provisión de los principales servicios públicos (salud, educación, seguridad), y cuentan con una gran cercanía con la ciudadanía. Esta proximidad les otorga un conocimiento único de las demandas reales de la población y, al mismo tiempo, las convierte en actores estratégicos para impulsar una transformación digital que impacte de manera tangible en la vida cotidiana.
Lamentablemente, el avance en materia de innovación es muy heterogéneo, y las brechas son evidentes. Algunas provincias han dado pasos importantes en interoperabilidad y servicios digitales, mientras otras aún dependen del papel. Para sortear esas debilidades se necesita una agenda que combine voluntad política, consensos interjurisdiccionales y soluciones escalables, evitando duplicar esfuerzos y desperdiciar recursos.
Para comenzar a recorrer ese camino, el pasado 28 de agosto inauguramos FederAI– Foro de Estados para el Desarrollo de Estrategias y Reformas hacia Administraciones Inteligentes-, un espacio que convoca a las 23 provincias argentinas y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) para trabajar en una agenda común de transformación digital, impulsado por Espacios Políticos junto a varios actores que conforman el ecosistema GovTech, abarcando desde la academia, la cooperación internacional, la sociedad civil y el sector privado.
Argentina necesita un federalismo inteligente, basado en la colaboración, la innovación y el uso de datos para alcanzar gobiernos eficientes y proactivos. FederAI es un compromiso para pasar de la conversación a la acción, y que los Estados puedan anticiparse a las necesidades de la ciudadanía y brindar respuestas más rápidas, simples y seguras.
La transformación digital no puede esperar, y mucho menos seguir fragmentada. Si queremos Estados más ágiles y cercanos, es momento de federar la innovación.
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