
Hoy parece que todo gira en torno a la inteligencia artificial (IA). Pocas tecnologías generaron tanta conversación y expectativa en tan poco tiempo. Desde charlas de café hasta decisiones de directorio, esta herramienta se convirtió en un tema diario y no falta en un debate sobre el futuro. Esto es el reflejo de un cambio real en la historia del trabajo que llegó para quedarse.
La IA viene formando parte activa de los procesos cotidianos en empresas de todas las industrias. Su avance es tan veloz como ineludible: según uno de los últimos estudios de Michael Page, el 99% de los candidatos en Latinoamérica está dispuesto a aprender más sobre IA y el 90% planea hacerlo para adaptarse a nuevos roles. Estamos ante un cambio estructural en el mundo laboral.
Un ejemplo claro de esta transformación está en el sector logístico y de comercio exterior.
Lejos de desaparecer, estas áreas se han redefinido por completo. Las entregas en el mismo día de la venta y la operación 24/7 exigen un manejo preciso de datos en tiempo real, algo que se vuelve posible gracias a la automatización y la inteligencia artificial. En este escenario, el profesional del sector ya no es solo un ejecutor operativo. Debe ser capaz de combinar herramientas digitales con una visión integral del negocio para dar respuesta veloz a los clientes sin comprometer la calidad del servicio.
Esta evolución pone en evidencia una constante en el mundo laboral: la necesidad de reconversión. Adaptarse ha sido siempre clave. Para ilustrarlo con un ejemplo simple, si en su momento se valoraba que un candidato manejara Excel, luego se sumó el inglés como diferencial. Hoy, una tríada esencial es saber manejar el programa de hojas de cálculo, inglés e inteligencia artificial.
Desde este enfoque, la IA complementa. Se vuelve indispensable para agregar verdadero valor en el día a día profesional. Al automatizar tareas repetitivas o transaccionales, da tiempo para el análisis, la estrategia y la toma de decisiones. Las empresas que acompañen a sus equipos en el uso inteligente de esta tecnología verán mejoras en su productividad y en la motivación interna.
Esta acción se vuelve una necesidad primordial teniendo en cuenta, de acuerdo al informe Talent Trends 2025, que 3 de cada 4 profesionales argentinos tienen una preparación mínima para implementarla o no la tienen del todo. Y que, no obstante, el 81% las usa al menos una vez por semana, demostrando una falta de seguridad en su utilización.
Y es cierto que, como toda revolución, también trae incertidumbre y temores. Es un error pensar que la IA afectará por igual a todos los sectores. Cada industria y cada empresa tiene su propio ritmo y nivel de adopción. Por eso es clave una implementación gradual, ética, con claridad y adaptada a los objetivos del negocio, de manera tal que los equipos puedan adoptar la IA con confianza y competencia.
En paralelo, es prioritario seguir trabajando en temas críticos como la ciberseguridad y el desarrollo de habilidades humanas, especialmente entre las nuevas generaciones, donde las inteligencias emocional y vincular, más allá de la artificial, marcan la diferencia.
Desde la industria del reclutamiento vemos cómo en medio siglo los candidatos pasaban de escribir dos currículums iguales en una máquina Olivetti para participar de búsquedas y entregarlos en cada lugar, a cargarlos en una plataforma online donde son miles y miles los que leen el mismo CV en un solo clic. O cómo los candidatos pasaron de asistir personalmente a 4 o 5 entrevistas en distintos lugares como parte del proceso de selección, a ir solamente a una entrevista presencial final. Hoy llegamos a la instancia de que el 98% de las entrevistas que hacemos son online.
Asimismo, antes, los consultores de reclutamiento debíamos tomar notas manuales durante las conversaciones, lo que podía generar distracciones o pérdida de información relevante. Hoy, las plataformas potenciadas por IA graban automáticamente las llamadas y transcriben todo el contenido, liberando al entrevistador para enfocarse en la interacción.
Incluso, algunas herramientas avanzadas analizan en tiempo real lo que dice el candidato y sugieren preguntas basadas en sus respuestas. Estas funcionalidades no solo mejoran la calidad del encuentro, sino que también aumenta la precisión del “match” entre el perfil buscado y la persona que se postula, elevando la efectividad del proceso de contratación y acercando a talentos y organizaciones.
Al integrar las inteligencias artificiales, siempre el ser humano debe estar en primer lugar. En este sentido, algunas herramientas de IA tendrán éxito, mientras que otras no. Desde este punto de vista, la inteligencia artificial no es una amenaza, sino una oportunidad. Y, como tal, hay que saber aprovecharla. Si bien está en boca de todos, el reto no es hablar de ella, sino usarla con propósito y visión. Invertir hoy en formación tecnológica es fundamental para nuestro presente y futuro.
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