En el día de la patrona de todos los argentinos, un homenaje a su hijo más destacado: el papa Francisco

Como todos los 8 de mayo, se conmemora el día de la Virgen de Luján. Mientras se desarrolla el cónclave para definir al sucesor del Santo Padre argentino, un repaso por los hechos que marcaron su vida sacerdotal y su pontificado

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El papa Francisco fue el devoto más destacado de la Virgen de Luján

Como todos los 8 de mayo, hoy conmemoramos el día de la patrona de nuestra Nación argentina, la Virgen de Luján. Pero este no será un 8 de mayo más: dos semanas atrás, partió a la casa del Señor su devoto más destacado, el papa Francisco. Sus restos descansan en un sencillo lugar en la catedral Santa María la Mayor, transformado por los miles de visitantes diarios en un imponente altar. En consecuencia, y en horas en las que se está eligiendo al nuevo sucesor de San Pedro, es una buena oportunidad hacer un breve repaso por los principales hechos que marcaron su vida y su pontificado.

Durante la última Pascua, circuló en redes sociales un video de 2009 en el que el entonces cardenal Jorge Bergoglio reflexionaba sobre la vida y la muerte durante un encuentro ecuménico entre católicos y evangélicos en Buenos Aires. En sus palabras, el futuro papa Francisco recordaba el pasaje del Evangelio de Lucas en el que un ángel en la entrada de la tumba vacía de Jesús le dice a María Magdalena: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?” (Lc 24,5). La providencia divina quiso que Francisco falleciera el día en que los católicos conmemoramos ese hecho, en el inicio de la cincuentena pascual.

Cito este pasaje del Evangelio, de profundo sentido humano, y la sincronía con el video del entonces monseñor Bergoglio porque estamos convencidos de que su voluntad hubiera sido que lo recordemos vivo, en acción, y no con la solemnidad y tristeza con la que se conmemora a los muertos. A lo largo de su camino sacerdotal, y especialmente durante su papado, Francisco trabajó por una Iglesia viva y abierta a todos.

Los que conocieron de verdad al papa Francisco saben que fue el mismo Jorge Bergoglio de siempre: disciplinado, austero y profundamente ocupado en las problemáticas humanas. No había pose alguna en las actitudes que lo caracterizaron: usar los mismos zapatos de siempre, elegir residir en Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico o la elección de un lugar para su descanso final sencillo y despojado.

Una multitud visitó la catedral
Una multitud visitó la catedral de Santa María la Mayor para visitar el lugar de descanso final de Francisco

Algunos malintencionados quisieron instalar una idea contraria antes y después de su elección como sucesor de San Pedro. Incluso, hay quienes todavía así lo expresan. Sin embargo, podemos asegurar que doctrina, teoría y práctica se consustanciaban con absoluta naturalidad en su persona.

La vida sacerdotal del padre Jorge, y posteriormente del papa Francisco, estuvo profundamente marcada por los más necesitados. No fue solo una declamación, sino todo lo contrario: su actitud se tradujo en acciones concretas demostradas a lo largo de su vida, desde el trabajo en los barrios carenciados de Argentina, hasta convertir una plaza del Vaticano como refugio para personas sin hogar. Todo esto sin perder la columna vertebral doctrinaria y teológica de la Iglesia Católica.

El papa Francisco compartiendo la
El papa Francisco compartiendo la mesa con personas de bajos recursos en una cena de la Jornada Mundial de los Pobres

Como dice el reciente documento publicado por la Conferencia Episcopal Argentina a propósito del legado de Francisco, “con sus gestos y palabras, Francisco fue un faro de empatía en una sociedad individualista, un profeta de la dignidad humana en un mundo atravesado por la inequidad y las guerras”.

No fue casual que su primer viaje como Papa fuera a la isla de Lampedusa, puerta de entrada a Italia y Europa de los migrantes africanos que cruzan el Mediterráneo en precarias balsas para escapar de la pobreza más absoluta. Coherentemente, ese fue el carácter que tuvieron la mayoría de los viajes que realizó Francisco fuera de la Santa Sede.

En África, destacan sus visitas a la República Centroafricana, Sudán del Sur, República Democrática del Congo y Mozambique. En este último país, el Papa dio un significativo apoyo a los frailes franciscanos –entre ellos, el argentino Jorge Bender– que realizan una importante tarea de evangelización, íntimamente vinculada con proyectos productivos y educativos que dan a los ciudadanos de la región de Jecua las herramientas para su crecimiento individual y colectivo. Estos desarrollos de pequeños emprendimientos les permite cambiar el destino que tenían signado y salir de su resignación con acciones concretas y transformadoras en su propia tierra.

El primer viaje del Papa
El primer viaje del Papa fue a la isla de Lampedusa, punto de arribo de los migrantes africanos

Si de América Latina hablamos, su primer viaje al exterior fue a la ciudad de Río de Janeiro, donde se desarrolló la Jornada Mundial de la Juventud del año 2013. Allí, el Santo Padre fue recibido por millones de personas, no solo jóvenes, que colmaron las calles y las playas de Copacabana, donde pronunció su famosa frase: “Hagan lío”. En 2019, regresaría a Brasil, en un viaje en el que visitó otras ciudades de nuestro vecino y hermano país, siempre ante un público multitudinario.

En su afán por buscar soluciones y atraer posiciones enfrentadas, visitó Colombia, donde siguió de cerca el proceso de pacificación; y, a pedido de Estados Unidos y Cuba, desarrolló una importantísima tarea para reunificar a la familia cubana. Como en tantas otras oportunidades, la Iglesia actuó en la búsqueda de soluciones a los conflictos o enfrentamientos existentes.

También destacaron sus viajes a Asia, como los que realizó a Sri Lanka y Birmania, donde la persecución de cristianos es cada vez más frecuente, o la histórica visita a Mongolia en septiembre de 2023, que lo convirtió en el primer pontífice en visitar este lejano país, enclavado entre Rusia y China. Un mensaje con un alto sentido espiritual, pero con un profundo contenido geopolítico.

En su última salida al exterior, visitó Papúa Nueva Guinea, en la región suroeste del Pacífico. Allí pudo protagonizar una significativa postal: rindió homenaje a una imagen de su tan venerada Virgen de Luján, custodiada en aquel recóndito país por hermanas y hermanos misioneros, algunos de ellos, argentinos.

En su último viaje fuera
En su último viaje fuera de la Santa Sede, Francisco visitó Papúa Nueva Guinea y rindió homenaje a una imagen de la Virgen de Luján

Desde el inicio de su pontificado, Francisco tuvo una lectura certera del escenario mundial y actuó en consecuencia. “Hace años que estamos viviendo la Tercera Guerra Mundial a pedacitos, en capítulos, con guerras en todas partes, aunque la guerra en Ucrania ‘nos toque más de cerca’”, dijo en una entrevista con el medio mexicano Univision. Los esfuerzos personales que realizó el Papa en vida para tratar de acercar posiciones entre Putin y Zelensky tal vez se concretaron horas después de su partida, con esa icónica reunión entre Trump y el presidente ucraniano en plena catedral de San Pedro, dando nuevos pasos para la culminación de la guerra.

Inspirado en esa contundente frase de San Juan Pablo II, que refería a la religión judía y su pueblo como “nuestros hermanos mayores en la fe”, eligió para uno de sus primeros viajes visitar Tierra Santa. No solo fue a los lugares sagrados del cristianismo, sino que también presentó sus respetos y oró en Jerusalén en el Muro de los Lamentos.

Francisco orando frente al Muro
Francisco orando frente al Muro de los Lamentos

Luego de ese significativo viaje, se produjo una reunión en la Santa Sede entre el entonces presidente de Israel y premio Nobel de la Paz, Shimon Peres, y el titular de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas. Este encuentro propiciado por el Papa culminó con el plantado de un árbol de olivo en los Jardines Vaticanos.

En esa misma línea ecuménica, trabajó incansablemente para el encuentro de las religiones “hijas de Abraham”: el catolicismo, el judaísmo y el islamismo. Como hecho concreto, podemos citar las dos visitas a los Emiratos Árabes Unidos. En febrero de 2019, realizó una visita apostólica a Abu Dabi, la capital del país, la primera visita de un papa a la península arábiga. La segunda, a principios de diciembre de 2023, para la reunión de la COP28,

Producido el brutal ataque criminal del 7 de octubre de 2023 al Estado de Israel, fue uno de los primeros en condenar estas acciones y sostuvo un incansable reclamo por la vuelta a casa de todos los secuestrados, recibiendo en distintas oportunidades a los familiares de ellos. Hasta el último día de su vida, bregó por una salida pacífica a tan difícil situación.

Francisco recibió en reiteradas ocasiones
Francisco recibió en reiteradas ocasiones a los familiares de los secuestrados en los ataques del 7 de octubre

Francisco identificó con claridad los grandes problemas de este siglo XXI: las migraciones forzadas, la crisis ambiental y las enormes desigualdades que degradan la dignidad humana. Podemos citar al respecto sus dos encíclicas más conocidas: Laudato Si’ (2015), sobre el cuidado de la casa común; y Fratelli Tutti (2020), sobre la fraternidad y la amistad social.

En la primera, denuncia el consumismo, el modelo económico extractivista y la cultura del descarte, y llama a una “conversión ecológica” que incluya cambios personales, sociales y estructurales. En la segunda, critica el nacionalismo cerrado, las políticas de descarte y la globalización excluyente, y reafirma que la amistad social es necesaria para superar las divisiones y construir una sociedad abierta y solidaria.

En ambos escritos, la figura central es la de San Francisco de Asís, el santo del que tomó el nombre para su papado. En Laudato Si’, San Francisco es tomado como el arquetipo de la ecología integral, el vínculo espiritual entre el ser humano y la creación. En Fratelli Tutti, es citado como el arquetipo de la fraternidad universal, el puente entre pueblos y religiones, incluso en contextos de conflicto. Jorge Bergoglio sabía perfectamente cuáles eran los desafíos que le esperaban por delante y puso a la Iglesia a trabajar en ellos.

Tal vez es muy pronto para hacer una justa valoración de lo que fue su pontificado, pero, sin dudas, será uno que dejará huella en la historia de la Iglesia y, por qué no, del mundo.

Debemos abandonar la grandilocuencia y el “ombliguismo” argentino, que tiende a interpretar todo en clave local, y releer su vida con una lente que valore su universalidad.

Las últimas imágenes de Francisco hablan mucho de su legado: la foto con el vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, ocupándose de los temas acuciantes del mundo; y la foto con la gente en la Plaza de San Pedro el día de Pascua, dando la bendición urbi et orbi, cercano a su pueblo. Un “pastor con olor a oveja”, como solía decir y reclamar a sus sacerdotes.

La última imagen de Francisco
La última imagen de Francisco frente a una multitud, durante la bendición urbi et orbi de la Pascua

Finalmente, ya que de las virtudes de Francisco podríamos escribir varios volúmenes, permítanme nombrar nuevamente a la providencia divina: Dios, en su inmensa sabiduría y amor, quiso que Francisco fuera el primer papa en fallecer en un año jubilar en desarrollo (en 1700, Inocencio XII murió antes de inaugurar el jubileo previsto para ese año, que se terminó cancelando por la demora en la elección de su sucesor) y que, además, fuera en un día de júbilo para la Iglesia Católica: el de la resurrección de Cristo.

Que este último símbolo del papa Francisco, el querido padre Jorge, nos inspire a todos para enfrentar con compromiso y fe, más allá de credos o religiones, los desafíos que nos plantea nuestro mundo.