Sobre los aranceles recíprocos de Trump

La nueva política comercial de Estados Unidos genera pérdidas millonarias y cuestionamientos sobre su lógica económica

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En una semana desaparecieron entre
En una semana desaparecieron entre 7 y 8 billones de dólares de los mercados bursátiles de Estados Unidos y una cifra similar en el resto del mundo. Es decir, a nivel global, la destrucción de riqueza supera al PBI combinado de Alemania, Japón y la India (Foto: Reuters)

El aumento de los aranceles anunciado por Donald Trump el 2 de abril provocó un fuerte impacto en los mercados. En una semana desaparecieron entre 7 y 8 billones de dólares de los mercados bursátiles de Estados Unidos y una cifra similar en el resto del mundo. Es decir, a nivel global, la destrucción de riqueza supera al PBI combinado de Alemania, Japón y la India.

La decisión de Trump fue criticada por la mayoría de los economistas y por los principales medios especializados en finanzas y economía como The Wall Street Journal, The Economist y el Financial Times. La opinión generalizada es que se trata de una medida perjudicial y contraproducente, que podría contribuir a una recesión global y afectaría el nivel de precios internos de Estados Unidos.

Más importante aún, muchos observadores consideran, con razón, que la decisión de Trump marca el fin del sistema de organización comercial y financiera del mundo libre que Estados Unidos instauró después de la Segunda Guerra Mundial y que generó la creación de riqueza más grande que el mundo haya conocido. Dado que el principal beneficiario de este sistema fue Estados Unidos, la decisión de Trump parece completamente irracional.

La decisión de Trump parece completamente irracional. Sin embargo, algunos analistas sostienen que esta conclusión es errónea y, en cambio, plantean que el anuncio es una medida totalmente racional y coherente con el objetivo buscado

Sin embargo, algunos analistas sostienen que esta conclusión es errónea y, en cambio, plantean que el anuncio es una medida totalmente racional y coherente con el objetivo buscado. Supuestamente, este objetivo es el de reducir el peso de los intereses de la deuda pública de Estados Unidos, que según cifras oficiales superan los gastos en defensa. Dado que para este año se estima un déficit fiscal con relación al PBI de entre 5% y 6%, argumentan que es crucial para el futuro de la economía norteamericana que caiga la tasa de interés.

Pero esta interpretación carece de sustento, ya que ni Trump, ni Howard Lutnick, su secretario de Comercio, ni Peter Navarro, su asesor, ni Scott Bessent, su secretario del Tesoro, han manifestado que ese sea el principal objetivo de la aplicación de los aranceles recíprocos.

El argumento de la supuesta
El argumento de la supuesta coherencia entre la medida y el objetivo de bajar las tasas de interés no se sostiene (Foto: Reuters)

Teniendo en cuenta que desde fines de los ochenta Trump propone aumentar los aranceles (lo hizo durante las presidencias de Bill Clinton, cuando había superávit fiscal y bajaba la deuda pública con relación al PBI, durante su primera campaña presidencial y durante su presidencia), el argumento de la supuesta coherencia entre la medida y el objetivo de bajar las tasas de interés no se sostiene.

Trump siempre sostuvo que los aranceles son la herramienta clave de su estrategia para “engrandecer nuevamente” a Estados Unidos. Al igual que Colbert en el siglo XVII y Perón en el siglo XX, considera que el comercio internacional es un juego de suma cero. Desde su perspectiva, la existencia de un déficit comercial con un país determinado demuestra que la relación es perjudicial para Estados Unidos.

Es un argumento absurdo que fue refutado en el plano teórico por cientos de economistas desde Adam Smith en adelante y, más importante aún, que también fue rebatido por la evidencia. En los últimos trescientos años, el comercio internacional fue un generador de riqueza extraordinaria para todo el mundo.

Para empezar, la “Ley de emergencia económica” de la que se valió Trump para aumentar los aranceles, se justifica en la existencia de una amenaza externa provocada por la crisis del fentanyl y el descontrol de la inmigración ilegal.

Por otro lado, del anuncio oficial del 2 de abril surge que, en opinión de Trump, los aumentos de aranceles son una herramienta para alcanzar la “justicia comercial” (o reciprocidad), de la misma manera que para Perón los aumentos de salarios nominales eran una herramienta para alcanzar la “justicia social”.

Básicamente, con los aranceles recíprocos busca penalizar a quienes se aprovechan deslealmente de Estados Unidos y establecer “reciprocidad” en sus relaciones comerciales. Llamémosle a este objetivo el objetivo 1 (O1). El segundo objetivo declarado por Trump es el de la seguridad nacional (O2), que, a su vez, se vincula con un tercero, que es la reindustrialización (O3) de la economía norteamericana, que supuestamente le permitirá a Estados Unidos fabricar los armamentos que necesita para su defensa.

Howard Lutnick agregó un objetivo
Howard Lutnick agregó un objetivo adicional: los aranceles recíprocos permitirán aumentar los ingresos del Tesoro (O4), lo cual, a su vez, le permitirá a Trump cumplir su promesa de reducir la tasa del Impuesto a las Ganancias (Foto: Reuters)

Lutnick agregó un objetivo adicional: los aranceles recíprocos permitirán aumentar los ingresos del Tesoro (O4), lo cual, a su vez, le permitirá a Trump cumplir su promesa de reducir la tasa del Impuesto a las Ganancias.

Algunas inconsistencias

Surgen aquí algunas inconsistencias. Si cae la recaudación de este impuesto, se vería comprometido el objetivo de reducir el déficit fiscal y la deuda pública, condición necesaria para que caigan las tasas de interés.

Este objetivo fiscalista también es inconsistente con O3 (la reindustrialización), que solo se podría dar si, por la aplicación de los aranceles recíprocos, las importaciones caen de manera significativa. Bajo tal escenario, los ingresos adicionales para el Tesoro generados por esos aranceles serían exiguos.

Para el secretario del Tesoro, Scott Bessent, los objetivos principales son O1 y O3, lo cual supuestamente permitirá que la economía se equilibre y estabilice, lo cual contribuirá a que caigan las tasas de interés (O5). Esto último presupone que los aranceles recíprocos no tendrán un impacto sobre las expectativas o la tasa de inflación.

Navarro coincide con Trump en O1, O2 y O3. A diferencia de Bessent, admite que los precios internos aumentarán, pero considera que es el costo que hay que pagar para conseguir O2.

En la “magasfera” hay quienes afirman que los aranceles recíprocos son una herramienta para negociar el fin del proteccionismo. Es decir, para llevar al mundo al libre comercio

En la “magasfera” hay quienes afirman que existe otro objetivo, que sería O6: los aranceles recíprocos son una herramienta para negociar el fin del proteccionismo. Es decir, para llevar al mundo al libre comercio. Las declaraciones de Trump y sus funcionarios no dan sustento a esta hipótesis.

El cálculo de los “aranceles recíprocos” anunciados con bombos y platillos el 2 de abril ilustra cuál fue el objetivo buscado con su implementación.

Fórmula publicada en un paper

Básicamente, este cálculo se basa en una fórmula desarrollada en un paper académico publicado en 2021, que cuantificó el impacto del aumento de los aranceles sobre los precios internos durante la primera presidencia de Trump. Uno de los autores de este trabajo es Alberto Cavallo, hijo del exministro de Economía argentino.

Según la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), que realizó los cálculos, con esta fórmula se estimó el arancel que, en teoría, elimina los déficits comerciales con cada país. A los países con los que Estados Unidos mantiene un superávit comercial se les aplicó un arancel mínimo de 10% (el caso de Argentina, Brasil o Colombia). No se sabe muy bien con qué criterio se hizo una excepción con Rusia y por qué se le aplicó un arancel de cero.

A los países con los
A los países con los que Estados Unidos mantiene un superávit comercial se les aplicó un arancel mínimo de 10% (el caso de Argentina, Brasil o Colombia). No se sabe muy bien con qué criterio se hizo una excepción con Rusia y por qué se le aplicó un arancel de cero (Foto: Reuters)

La fórmula en cuestión tiene dos componentes. El primero surge de dividir el superávit comercial de un país con Estados Unidos por el valor de sus exportaciones. Ese coeficiente se divide por un factor de ajuste que refleja numéricamente cuán sensible es la demanda de los productos que exporta un país determinado a Estados Unidos al aumento de los aranceles.

El factor de ajuste tiene dos componentes:

  1. la elasticidad de la demanda de productos importados a variaciones en sus precios domésticos (ε), y
  2. la sensibilidad de estos precios (pass through) al aumento de los aranceles (φ).

Con esta fórmula, la USTR estimó, para cada país, el “arancel recíproco” que eliminaría su superávit comercial con Estados Unidos. Por ejemplo, si el país A exportó USD 3,4 millones a Estados Unidos y tuvo un superávit comercial de USD 1,2 millones, el primer componente de la fórmula toma un valor de 0,35. Para el segundo componente, la USTR estimó que ε es igual a -4 y que φ es igual a 0,25. Es decir, que si el precio de un producto importado aumenta 1%, su demanda caerá 4%, y que si el arancel se incrementa 1%, el precio interno aumentará 0,25 por ciento.

Consecuentemente, el factor de ajuste es igual a 1 (4 × 0,25) y, por lo tanto, el arancel recíproco es igual a 35% (0,35/1). Con la imposición de este arancel, supuestamente las exportaciones a Estados Unidos del país A caerían en USD 1,2 millones y, presto, la balanza comercial quedaría equilibrada.

Hay dos problemas con este enfoque. Primero, como explica cualquier manual de economía, la noción de que la balanza comercial debe estar equilibrada no tiene sentido. Además, como observó uno de los autores del paper del que surge la fórmula, “los desequilibrios comerciales entre dos países pueden surgir por muchas razones que no tienen nada que ver con el proteccionismo”. Por lo tanto, no es esta la metodología adecuada para estimar aranceles recíprocos.

Los desequilibrios comerciales entre dos países pueden surgir por muchas razones que no tienen nada que ver con el proteccionismo

En segundo lugar, los parámetros utilizados para calcular la fórmula son erróneos. Basándose en datos de 2018 y 2019, Cavallo y sus colegas estimaron que φ es cercana a 1, en lugar de 0,25. Esto implica que la USTR sobreestimó el arancel necesario para equilibrar el comercio bilateral. Con φ = 1, el factor de ajuste (ε × φ) pasa de 1 a 4, y el arancel recíproco debería ser 8,75% en vez de 35 por ciento.

Para poner el análisis en contexto, las importaciones del resto del mundo son USD 3,4 billones y el déficit comercial de Estados Unidos es de USD 1,2 billones. Esto quiere decir que, a nivel agregado, si aplicamos la fórmula, el arancel promedio debería ser 8,75%. En cambio, se estima que con los aranceles recíprocos anunciados el 2 de abril se ubicará entre 20 y 25%. El promedio será mayor si se desata una guerra comercial con China.

Volviendo a la supuesta racionalidad de la medida, el argumento de que para bajar las tasas de interés había que aumentar los aranceles es muy endeble. La relación entre ambas variables es compleja e indirecta. Por ejemplo, en 2018, durante el primer mandato de Trump, los aranceles inicialmente elevaron las tasas al generar inflación, y solo las bajaron en 2019 al desacelerar la economía.

Si el objetivo de Trump hubiera sido reducir las tasas de interés, la política más indicada habría sido anunciar un programa creíble de reducción estructural del gasto público y el déficit fiscal. Tampoco es una medida racional si los objetivos son O1, O2, O3 y O4. Especialmente en vista de la reacción de los mercados. Se generaron pérdidas de USD 7-8 billones para resolver el problema de un déficit comercial de aproximadamente USD 1,2 billones. No solo no era necesaria esta medida, sino que existían instrumentos menos costosos y disruptivos para conseguir cualquiera de los objetivos mencionados.

El aumento de aranceles recíprocos anunciado por Trump el 2 de abril y modificado una semana más tarde no solo perjudicará a Estados Unidos sino también al resto del mundo, que pasará de un sistema de organización del comercio global basado en reglas e instituciones como la OMC a un sistema intervencionista y discrecional dependiente de una persona.

Las idas y venidas también contribuyen a la incertidumbre, que como muestra el gráfico alcanzó máximos históricos desde 1986.

Las idas y venidas también
Las idas y venidas también contribuyen a la incertidumbre

Para Argentina, indudablemente, la medida contribuirá a complicar el panorama. Afortunadamente, la buena relación del Gobierno con la Casa Blanca puede contribuir a amortiguar sus efectos negativos.

El autor es Economista e historiador. Esta columna fue publicada en el Blog del Libro Dolarización: Una solución para la Argentina