
Cada invierno Jorge Bergoglio se veía afectado por algún cuadro pulmonar. Fue diagnosticado con una infección en los pulmones cuando tenía 21 años, en 1957, lo que lo llevó a someterse a una cirugía de emergencia para extirpar parte de un pulmón.
La operación fue realizada debido a una complicación conocida como “absceso pulmonar”, que es una acumulación de pus en los pulmones, causada generalmente por una infección bacteriana. Después de la cirugía, se recuperó y, a lo largo de los años, ha llevado una vida relativamente saludable, pero siempre tuvo un tono de voz bajo que en una celebración larga iba en disminución. Su ritmo de trabajo es incansable. Esta vez a la bronquitis se le sumó que –aunque tenía al comienzo internación domiciliaria en Santa Marta- se levantó en varias ocasiones para atender audiencias, lo que empeoró su estado de salud. Ya llegó con neumonía bilateral a la Clínica Gemelli.
El que lo hayan dado de alta no significa que esté curado, creo que una vez estabilizado prefirió seguir con internación domiciliaria. Estar en un hospital es estar expuesto al público, hay personal que rota, que entra y sale de la habitación, periodistas haciendo guardia y gente rezando frente al Hospital.
Santa Marta es un pequeño Hotel construido en 1996 por San Juan Pablo II, está ubicado cerca del Ábside de la Basílica de San Pedro, el acceso más fácil es por la puerta del Perugino, pero es un acceso restringido.
Cuando fue elegido en el 2013 quiso quedarse ahí, en vez de trasladarse a los departamentos Papales. Siempre fue un hombre austero. Vive en el segundo piso en dos habitaciones de 40 metros cuadrados. Su cama ha sido reemplazada por una cama de hospital, pero está en su cuarto con su enfermero y un médico del Vaticano, y dos sacerdotes amigos que se turnan para estar con él.
Tiene restringidas las visitas y necesita descansar. Muchos cuestionan la situación pensando: ¿quién gobierna entonces la Iglesia? La barca de la Iglesia lleva 2000 años navegando por las inciertas aguas de la historia. Ninguna institución ha sobrevivido tanto tiempo. Es el Espíritu Santo quien la guía. Sí creo que sería prudente para mantener la coherencia frente a la opinión pública, que no se tomen decisiones importantes, si no se puede comprobar que es el Papa quien lo hace. Continuemos rezando y respetemos con cariño el reposo necesario del querido Papa Francisco, sin que se sienta sometido a la presión de tener que estar enviando pruebas de vida. La barca tiene un buen rumbo fijado y les pedimos a los de adentro y a los de afuera un poco de respeto y de paciencia. Sobre todo a quienes tienen apuro por un cambio de timonel. Dios dirá… él fija nuestros destinos y así como no elegimos cuándo nacer, tampoco cuándo partir.
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