
Hace mucho tiempo que en Argentina la práctica del ejercicio de la duda viene cayendo en desuso. No es menor. Cuando una sociedad no se interroga, pierde su capacidad de análisis. Se aferra a su razón: principio y fin de su pensamiento.
Allí comienza la sociedad binaria, con una sordera terminal autogenerada que le impide siquiera escuchar una sola palabra distinta a la suya. Así, una parte de la sociedad se adueña de palabras a las que defiende hasta la sinrazón, y la otra mitad hace lo mismo. Ni siquiera les interesa “cinchar” ideas para lograr más adeptos. Cuando esto ocurre, en el medio no hay nada. Es el camino más seguro a la disgregación social.
Un país así es inviable.
En otras ocasiones la encargada de acercar posiciones era la política. Hoy eso no sucede. Con un agravante: la exaltación extrema del individualismo también extremo. Esto también sucede en el mundo a través de los eternos ciclos (revivals históricos). En esto de ir y venir, de avances y retrocesos, ¿llegaremos a preguntarnos sobre la conveniencia del voto calificado?
La duda es imprescindible, hace al pensamiento. En Argentina vale tanto para quienes denuestan las políticas del presidente Milei, como para quienes las defienden sin parpadear.
Milei ha logrado concretar reformas impensadas en manos de un dirigente político y salir indemne ante los propios perjudicados. La duda impide arribar de manera exprés a conclusiones que, muchas veces, luego chocan con la inapelable realidad. Impide la guillotina que actúa al bajar el pulgar, sin vuelta atrás.
Ante esto, la pasividad del Congreso ante temas clave como el Presupuesto, que una vez más no será tratado ni aprobado, y la aceleración y poca convicción con la que votaron el caso Kueider, cambiando votos y posicionamientos sociales. Hablo de legisladores arrastrados por el oportunismo de un momento, de una conveniencia, No hubo duda, más allá de que la evidencia de los hechos relacionados al hoy ex senador hubieran arribado a la destitución.
La duda da serenidad. Evita el arrebato emocional. Impulsa la escucha, la reflexión y, tal vez, hasta conduce al diálogo (ese diálogo que hoy no tiene Argentina).
Política en Santa Fe
Como señalamos la semana pasada, Santa Fe se encamina a reformar su Carta Magna. Apremia la definición de la presentación de alianzas, partidos, dado que el 13 de abril de 2025 se votará la lista de convencionales (sin PASO). Por lo tanto, en febrero deben ser presentadas las listas de los candidatos.
El ex gobernador Perotti aún no definió si encabezará una lista. El senador nacional Marcelo Lewandowski sí lo hará. Este último le dijo a Infobae: “Voy a encabezar una lista de convencionales constituyentes sumando a otros sectores, no solo de la política”.
Cuando se esperaba un acercamiento a Amalia Granata, sorprendió con un acuerdo con el ex senador socialista Rubén Giustiniani: “Con Rubén venimos charlando hace tiempo y coincidimos en compartir un espacio con otros actores que ya anunciaremos”.
Al consultarle por qué fuera del PJ, manifestó: “Hay que pensar un movimiento nacional donde no solo esté el PJ, sino sectores con los que coincidamos en que queremos un país donde las industrias generen mano de obra, donde el campo produzca valor agregado, donde no se vacían a la ciencia y la tecnología. En definitiva, no me siento fuera del PJ provincial en cuanto a mis ideas y convicciones, pero creo que esto es ampliando”.
Por su lado, el Partido Justicialista santafesino apostaba a encabezar su lista de convencionales con un apellido histórico: Bielsa.
Infobae contactó a Rafael Bielsa, ex canciller argentino y ex candidato a gobernador santafesino. Al consultársele, contestó: “Primero: no me contactaron ni formal ni informalmente. Hablar, uno habla con mucha gente de muchos temas. Segundo: si hubiera recibido la oferta, habría agradecido el honor y la habría rechazado. Necesito trabajar para vivir, y lo que hago no permite que me tome una licencia voluntaria por varios meses para dedicarme con seriedad y rigor a la reforma de la Constitución de Santa Fe”.
Por el lado del oficialismo, como adelantamos, no caben dudas sobre quién encabezará la lista: Maximiliano Pullaro. El segundo lugar en este conglomerado de partidos le corresponde a una mujer. ¿Será la vicegobernadora Gisela Scaglia, presidenta del PRO santafesino? ¿Será Clara García, del socialismo, presidenta de la Cámara de Diputados de la provincia? ¿O será Carolina Losada, vicepresidenta del Senado de la Nación? La resolución no es fácil y aún está abierta.
En el caso de Amalia Granata, encabezará la lista de convencionales constituyentes. Según fuentes muy allegadas a la diputada, no existió la invitación del presidente Milei a través de Santiago Caputo para llegar a un acuerdo. En esta ocasión, Granata necesita llegar a la Convención mucho más que cualquier alianza, eso será en todo caso un problema para el 2027.
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