
Ante el discurso del Presidente de la Nación, Javier Milei, en el marco de la presentación del Proyecto de Presupuesto de la Administración Nacional para el período 2025 conviene destacar algunos conceptos que consideramos más importantes.
Históricamente se entiende que el Presupuesto es una “estimación de ingresos y una autorización de gastos”.
La novedad son dos restricciones impuestas al este concepto.
- Ingresos menos gastos (de ajuste automático + discrecionales) debe ser igual al servicio de intereses estimado en 1,5% del PIB
- Si no diera igual, se ajustan los gastos discrecionales pues el resultado de Ingresos menos gastos debe ser igual al pago de intereses.
Además, el gobierno estableció en el proyecto que todo lo que exceda al 1,5% del PIB de ahorro fiscal se destinará a la baja de impuestos, siempre y cuando sea permanente y no transitorio.
Pedido a las provincias
Otra cuestión relevante del discurso presidencial fue el pedido a las provincias a bajar 60.000 millones de dólares que equivale al 10% o al 15% del PIB dependiendo la estimación utilizada.
Y por último, otro concepto relevante es la advertencia a las provincias y municipios en en sentido de que “no va a suceder que lo que baja en la nación sube en provincias”, pues el compromiso con el déficit cero incluye a todas las jurisdicciones.
Dicho esto, valen algunas reflexiones.
- Muy positivo para brindar certidumbre, mejorar expectativas y marcar el sendero venidero la política firme de déficit financiero cero. Es decir el pago a rajatabla de los intereses de la deuda mediante el presupuesto público.
- Comenzó la madre de todas las batallas al decir que las provincias deben acompañar la política de déficit cero y anticipar la reacción privada ante aumentos en impuestos provinciales, mecanismos vejatorios de recaudación (Percepciones y retenciones) y tasas municipales.
- Como aspecto a tener en cuenta y de preocupación es la condicionalidad que se impuso a la baja de impuestos. Sólo se bajarán impuestos en caso de éxito rotundo de la política económica. ¿Es probable?, sí. Pero se requiere un crecimiento genuino y sustentable para empezar a bajar impuestos.
Desde mi punto de vista dicha condicionalidad implica que no se comparte el argumento de que los países crecen cuando bajan impuestos sino que bajan impuestos cuando crecen. La baja de impuestos está condicionada al crecimiento sostenido. Es decir, la baja sustancial de impuestos a la exportación, a las transacciones bancarias y al consumo deberán esperar a que se consoliden la recaudación y los ingresos públicos superen con creces y sostenibilidad los gastos (incluyendo los intereses).
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