
El Día de la Industria, conmemorado cada 2 de septiembre, nos invita a reflexionar sobre el presente y futuro de la industria argentina, abordando no sólo sus desafíos, sino también las oportunidades para un crecimiento sostenible. La industria históricamente ha sido un pilar fundamental en la economía de nuestro país; sin embargo, en la actualidad se enfrenta a grandes retos que demandan soluciones creativas y estratégicas por parte de las empresas.
Bajo este contexto, debemos pensar cómo podemos impulsar una nueva cultura constructiva que no sólo potencie los negocios, sino que también contribuya al desarrollo económico del país. Entonces, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de ‘cultura constructiva’?
Se trata de aquellas creencias y reconocimientos de prácticas, técnicas y tradiciones del sector de la construcción que fueron desarrollados a lo largo del tiempo y que generan la adopción de ciertos sistemas y materiales constructivos en una determinada región. En Argentina, se rige por los métodos de construcción clásicos; los materiales utilizados con mayor frecuencia, disponibilidad y costos de los mismos; los estándares de calidad y seguridad; las normativas y regulaciones; los estilos arquitectónicos predominantes; y, por supuesto, la situación económica general.
En este sentido, uno de los principales desafíos que se presentan es la necesidad de optimizar los procesos constructivos. La adopción de soluciones innovadoras, como el Drywall o el Steel Frame, pueden agilizar los proyectos y reducir los costos operativos, permitiendo una mayor eficiencia y rentabilidad, en especial en un contexto donde la demanda habitacional es alta y los recursos económicos son limitados.
No obstante, la adopción de cambios en la cultura constructiva no siempre es fácil, y factores como la resistencia al cambio y la falta de información pueden ser obstáculos significativos. Por eso, para fomentar una mayor adopción, es necesario educar y concientizar a los actores clave, como profesionales de la construcción, sobre los beneficios y las posibilidades de la construcción en seco. A su vez, es importante promover políticas y regulaciones que fomenten y respalden el uso de este sistema constructivo, incentivando la investigación, el desarrollo y la capacitación en el sector. En nuestro país, por ejemplo, la construcción con Steel Frame en los últimos años se triplicó; realidad que nos muestra un crecimiento, pero también una oportunidad para seguir fortaleciendo este sistema.
En conclusión, en el Día de la Industria se nos presenta una oportunidad única para reflexionar sobre la constante evolución en el sector de la construcción. En este sentido, creemos que, si unimos esfuerzos con todos los actores del rubro para educar y concientizar, podremos lograr los cambios culturales que concluirán en obras sustentables y más eficientes.
El autor es Director de Barbieri
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