
La deuda pública crece cuando el Gobierno va captando ahorros de terceros para financiarse (sea del sector privado, de Organismos, de China, de Brasil, etc.), y lo que no cubre con ahorros de otros, lo cubre con emisión monetaria despertando la inflación.
Argentina perdió el superávit en las cuentas públicas en 2009 y desde entonces el Estado Nacional acumuló un déficit fiscal superior a 60% del PBI, en sólo 15 años.
A precios del dólar libre el déficit acumulado sería equivalente a USD 360.000 millones, a un promedio de USD 24.000 millones por año.

Para financiar este inmenso rojo fiscal, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner primero se expropiaron los ahorros privados acumulados en las exAFJP (2009) y luego comenzó a vaciar las reservas del BCRA (2010-2015).
Durante sus ocho años de gestión la deuda pública aumentó en USD 64.000 millones. De ellos, USD 50.000 millones colocó al BCRA para expropiar sus activos en divisas, y otros USD 10.000 millones colocó a la Anses para expropiar sus activos, o más bien de las exAFJP.
Durante la gestión de Mauricio Macri se esquivó el ajuste para atacar el incendio fiscal heredado y terminó elevando la deuda pública en USD 73.000 millones en sólo 4 años, principalmente colocando USD 46.000 millones al FMI y USD 25.000 millones de deuda a privados en el exterior.

Ahora bien, vale recordar que en 2016 el gobierno de Cambiemos emitió USD 10.000 millones para pagar a los holdouts y salir del default heredado, además incrementó el stock de reservas netas del BCRA desde cero a USD12.000 millones.

Durante los primeros tres años y medio de la administración de Alberto Fernández, la deuda pública ya se elevó en USD 90.500 millones, marcando un nuevo récord en el ritmo de endeudamiento del Estado Nacional.
Posiblemente supere los USD 100.000 millones al culminar su presidencia el próximo 10 de diciembre.

Como el peronismo no suele tener financiamiento privado en los mercados internacionales (salvo Carlos Menem), toda la nueva deuda pública emitida durante la actual gestión de gobierno se colocó en la plaza local.
El stock total de deuda pública se elevó en USD 90.500 millones, de los cuales el equivalente a casi USD 80.000 millones fue en moneda local (USD 53.000 millones ajustados por CER y USD 26.000 millones, principalmente en Duales -CER y tipo de cambio).

En definitiva, desde fin del 2001 a la fecha la deuda pública aumentó en USD 260.000 millones. De ellos, USD 187.000 millones (72%) aumentó durante las distintas presidencias del Peronismo, principalmente con Duhalde (USD 35.000 millones), Cristina Fernández de Kirchner (USD 64.000 millones) y Alberto Fernández (USD 90.000 millones).
Por su parte, durante los 4 años de gestión de Cambiemos la deuda pública se elevó en USD 73.000 millones, equivalente al 28% del incremento total desde 2001.

La deuda pública es hija del déficit fiscal y el déficit fiscal es hijo de este modelo económico. La economía cerrada siempre lleva al estancamiento económico.
El estancamiento económico siempre la política lo intenta disfrazar con gasto público, y el gasto público siempre termina en más deuda e inflación.
Argentina hace más de 80 años que tiene problemas de deuda e inflación, consecuencia directa de insistir con un modelo económico obsoleto, los últimos 40 años en plena democracia.
Seguir leyendo:
Últimas Noticias
Sindicato y empleador: Causas de los conflictos laborales
El documento detalla que los tipos de desacuerdo laboral se generan por malentendidos o problemas en la comunicación, sobre los roles y las responsabilidades, cuestionamientos sobre liderazgo y gestión, entre otros

Tuberculosis: la crisis silenciosa que seguimos ignorando
La resistencia no surge de la nada ya que es consecuencia de tratamientos incompletos, malas prácticas clínicas, desabastecimientos, y sistemas de seguimiento debilitados

Cinco idiomas, un mismo puente: así comunica León XIV
El viaje por Oriente Medio reveló el perfil del nuevo Papa: un comunicador sereno, gestual y profundamente atento a la gente

En nombre del “costo político”
En el Reporte de Competitividad Global del Foro Económico Mundial (WEF), el Perú llegó a ubicarse en el puesto 134 de 141 economías en prácticas de contratación y despido

AI First vs. Human First: la batalla invisible por el alma del futuro
Priorizar la IA puede parecer “eficiente”, “rentable”, “innovador”, también implica riesgos: que el ser humano quede en un segundo plano, que los valores se midan por productividad, que las decisiones clave queden en manos de sistemas que no entienden contexto, ética o significado




