En un contexto de tendencia global donde los bancos están cerrando sus cajas de seguridad, básicamente porque las instituciones están volviéndose virtuales y el guardado de valores es necesariamente presencial, hay una gran potencial de crecimiento para empresas de resguardo de valores que brindan mayor seguridad, tecnología e innovación a un costo igual o menor.
Las cajas de seguridad “no bancarias” son una tendencia internacional que se fue consolidando con el correr de los años y con la virtualización, la incorporación de tecnología y sobre todo por la pandemia. Se encuentran tanto en países desarrollados como Europa, Asia y EEUU hasta en países en desarrollo y aún en los limítrofes (Uruguay y Brasil). En EEUU por ejemplo, el 50% de las cajas de seguridad están fuera del circuito bancario. Hay más de 2.300 bóvedas robotizadas en el mundo.
En Argentina empezaron a aparecer empresas de este tipo en 2014: se estima que hay unas 800.000 cajas de seguridad sólo en bancos y más de 50.000 en empresas de resguardo de las que hay más de 16 en el mercado. Dada la demanda actual, es una cifra que crece a razón de un 35 por ciento. Mientras en el país el 70% de los clientes aún guardan dinero, en el mundo el porcentaje mayor está destinado al guardado de materiales como joyas, escrituras y obras de arte, entre otros valores.
Un diferencial de las cajas privadas es también la disponibilidad todos los días del año vs el horario bancario, que limita las operaciones por parte del cliente, permitiendo a los mismos acceder a sus cajas todos los días y a toda hora.
Las locaciones donde se encuentran las sucursales de las empresas que cuentan con cajas de seguridad privadas son además atípicas: centros comerciales, paseos de compras, complejos de oficinas, así como también en lugares céntricos de fácil acceso y mucha circulación aunque con una seguridad blindada.
El target al que se apunta es también en respuesta a las necesidades del público “no bancarizado” o a las necesidades insatisfechas de los clientes de bancos que no encuentran en los mismos un servicio acorde o que directamente no encuentran disponibilidad de cajas en sus sucursales y entienden que el hogar o la oficina, no son los lugares adecuados para el resguardo de valores.
El servicio de alquiler de cajas de seguridad privadas en forma integral, ofrece también un sistema robotizado, desarrollado con el objetivo de ofrecer un servicio de cajas de seguridad de excelencia teniendo como principales valores la confidencialidad, la seguridad y la conveniencia. La clave es además brindar una experiencia realmente única con varios niveles de acceso, control biométrico de huella, rostro e iris, estrictos protocolos de seguridad, cámaras, sensores sísmicos y de movimiento y las salas de reunión y escritura más grandes y completas, a disposición del cliente.
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