
En la economía del conocimiento, un profesional puede dar servicios desde cualquier lugar del planeta. Entender esta dinámica es esencial para que los países implementen estrategias para atraer y retener empleos de alto valor en sus territorios, dado el alto impacto económico de sus consumos.
Un ejemplo de estas estrategias es la reciente implementación de una Visa para Nómades Digitales, anunciada ayer conjuntamente por el Ministerio del Interior y el de Turismo, y el programa Digital Nomads BA, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Ambos proyectos proponen atraer a nuestro país un movimiento que podría alcanzar USD 3.840 millones, según estimaciones oficiales.
Estas iniciativas favorecen la dinámica de las nuevas formas de trabajo de la economía digital y merecen ser apoyadas. Sin embargo, sorprende que al mismo tiempo que se implementan estas acciones no se contemple ninguna solución para la constante fuga de talento que aflige a las industrias del conocimiento. Según estimaciones privadas, esta fuga representó durante 2021 no menos de USD 1.800 millones y ese valor va en aumento, en tanto la brecha cambiaria siga vigente.
Para las cuentas públicas y para la salud del ecosistema del conocimiento, sería más efectivo e inmediato disponer medidas que contengan la fuga de talento, que es también fuga de divisas. Mientras un sector del Gobierno se preocupa por generar actividad económica y aprovechar los flujos de valor del mundo digital, otra parte del Gobierno omite disponer medidas para que el empleo formal y actual de las industrias del conocimiento se desarrolle y prospere en todo el país.
Las empresas del conocimiento generan dólares genuinos producto de sus exportaciones, en un mundo que presenta una constante expansión de la demanda de bienes y servicios digitales. Si las empresas pudieran disponer de esos ingresos para pagar salarios en dólares, se produciría un ciclo virtuoso: las industrias podrían retener y acrecentar su plantel de colaboradores, el Estado ingresaría mensualmente sus impuestos y aportes previsionales, y los profesionales tendrían las coberturas de los sistemas de salud, jubilación, vacaciones y demás beneficios laborales sin necesidad de pasar al mercado laboral informal.
Se trata de crear condiciones propicias que maximicen la oportunidad de nuestro país para aprovechar las ventajas de la era digital. Esto implica que además de atraer nómades extranjeros deberíamos generar las condiciones para que los nuestros no se fuguen.
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