
Mucho se ha debatido acerca de si las prácticas laborales que ha dispuesto el Ministerio de Educación de CABA son positivas para los alumnos, o si, tal vez, esconden detrás mano de obra barata para las empresas.
Hoy las empresas, más que caudal de información, valoran la curiosidad intelectual de sus colaboradores. Es decir personas que puedan desafiar nuevas inteligencias, que puedan ser creativos, innovadores, resolver problemas.
La escuela debe preparar a los alumnos para que puedan agregarle valor a lo que sea que decidan hacer. La capacidad de innovar, de resolver problemas, de pensar de maneras creativas es más importante que recordar datos de memoria. Esto no significa que no debamos trabajar con el contenido -que claramente es importante- pero nuestros alumnos van a necesitar habilidades socio-emocionales y auto-motivación más que nunca.
La motivación intrínseca es clave para poder mantenerse a flote en un mundo tan cambiante. Mantenerse curioso, abierto a diferentes perspectivas, puntos de vista y oportunidades, que estén abiertos al cambio, que sean perseverantes y que estén dispuestos a asumir riesgos, se convierte en requisitos básicos en un mundo dinámico, interconectado y versátil. ¿Están preparados nuestros alumnos para este nuevo paradigma?
Muchas carreras tradicionales van a desaparecer y la habilidad de reinventarse va a ser cada vez más importante. Cada uno de nuestros alumnos va a tener que aprender a aprender por sí mismo y a crearse oportunidades para ellos mismos. Más que seguir transmitiendo contenidos, necesitamos alentar a los alumnos a fusionar esos contenidos, a aplicarlos.
La escuela de hoy, con una educación tan tradicional, no le ofrece al alumno las habilidades necesarias para que pueda insertarse en un mundo laboral cada vez más dinámico y diferente al que conocemos en la actualidad.
Lo que todos anhelamos es que los chicos puedan seguir estudios superiores e insertarse en un trabajo que les guste. Si la escuela puede servir de puente para esto, es decir, unir el aprendizaje con el mundo laboral, maravilloso.
Al aceptar alumnos en las organizaciones, estas deben asumir un compromiso, y es el de la formación. Estos son alumnos sin experiencia laboral, que van a cometer errores, que, sin duda, serán la base de su experiencia. Más que mano de obra barata, es mano de obra no calificada que habrá que formar.
Para el alumno, esta es la oportunidad de estar en una organización y de desarrollar innumerables habilidades: desde la comunicación, el trabajo en equipo, la oportunidad de tomar decisiones, mantenerse motivado frente a los desafíos, resolver problemas, adaptarse, pedir ayuda, desarrollar la responsabilidad y el compromiso, entre muchas otras.
La agilidad del aprendizaje, es decir aprender y re-aprender, se convierten en habilidades esenciales que los alumnos podrán experimentar de primera mano.
Otro tema a considerar es que aquellos chicos que tal vez por su situación particular no soñaban con la inserción laboral en una empresa, puedan tener la oportunidad de hacerlo.
Sin embargo, para que este proyecto sea realmente positivo para el alumno y para la transformación de la educación, la escuela tendrá que desarrollar una estrategia para poder asignarle al alumno el puesto que más se adapte a su vocación- es decir, si quiero ser bailarina, me suma hacer mi práctica laboral en el Colón, y no en un laboratorio. Se necesita de una capacitación inicial y un muy necesario acompañamiento docente constante. Por otro lado, se deberá contar con el presupuesto necesario para enfrentar los desafíos de semejante propuesta y definir cuestiones como el traslado de los jóvenes, vestimenta, alimentación y otras cuestiones no menores. Pero por sobre todas las cosas, el foco debe estar puesto en la formación de los chicos.
Si el objetivo está claro, entonces será una gran oportunidad de aprendizaje para ellos que sin duda alguna redundará en experiencia y motivación. El objetivo de la escuela debe ser el de tender puentes entre la formación y el trabajo. Ojalá esta sea una buena experiencia para los alumnos y no se politice como todo en nuestro país. La educación no es de unos ni de otros. Es de todos.
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