
Cualquiera puede chocar con “la roca inquebrantable de Pedro” y “de hecho” se oyen algunas voces de algunos clérigos o teólogos que tropiezan y hasta ciertos medios de prensa católicos que lo hacen continuamente. Duelen, porque le hacen mal no sólo a los pastores sino también y especialmente al pueblo fiel de Dios y le hacen daño a quien tiene el cargo de la Iglesia universal. A ello y con referencia a una cadena católica norteamericana se refirió el Papa Francisco en su diálogo con los jesuitas de Eslovaquia el pasado 12 de septiembre. Rápidamente un jesuita de Estados Unidos elaboró 5 reglas para buenos católicos que quieran criticar al Santo Padre sin dejar de serlo (“buenos”, digo) en el intento.
La grey católica de EE.UU.
Sabido es que en Estados Unidos la grey católica es muy importante. Se registran alrededor de setenta millones de católicos y una devoción profunda. También en esa gran nación del Norte el clero soportó en las últimas décadas diversas crisis por causa de la corrupción derivada de abusos y por cuestiones financieras. A los desvíos intra-eclesiásticos se sumaron en estos años medidas de gran severidad del Vaticano.
Conversaciones de Francisco con los jesuitas de Eslovaquia
“Donde hay encrucijadas hay jesuitas”. En su reciente visita a Eslovaquia, Su Santidad habló con sus hermanos jesuitas y ellos y el Papa -informa La Civiltá cattólica -recorrieron los cuatro tipos de cercanía para los sacerdotes en su trabajo pastoral en Eslovaquia. Cercanía con Dios. Cercanía entre los hermanos, cercanía con el Obispo y el Papa y cercanía con el pueblo de Dios. En esa recorrida Francisco recordó lo que llamó “la cosa más hermosa que un Papa ha dicho a los jesuitas”, a saber, el discurso de San Pablo VI en la Congregación General XXXII sobre el hecho de que donde hay encrucijadas, hay jesuitas. “Vamos a crear problemas. Pero lo que nos salvará de caer en ideologías estúpidas es la cercanía al pueblo de Dios”.
La actual encrucijada de caminos: superar la rigidez y el clericalismo
Poniendo como ejemplo El gran inquisidor de Dostoievski dijo Francisco: “Nos asusta seguir adelante en las experiencias pastorales” y con referencia al trabajo realizado durante el sínodo sobre la familia expresó que es preciso “hacer comprender que las parejas en segunda unión no están ya condenadas al infierno”; “…tenemos miedo de acompañar a las personas con diversidad sexual; “…tenemos miedo de la encrucijada de caminos de la que hablaba Pablo VI” y agregó: “El mal de este momento es la rigidez y el clericalismo…”.
Es comprensible que para ciertos espíritus cerrados de la Iglesia católica no sea fácil admitir los desafíos que el Papa impulsa sumado a la gran lucha contra cualquier atisbo de corrupción institucional. De donde algunos retroceden y otros critican.
Las críticas maliciosas y continuadas
En esa conversación con los jesuitas en Bratislava, en la periferia europea, el Santo Padre habló a sus hermanos jesuitas y aludió, entre otros temas a ciertas críticas maliciosas. Hay “una gran cadena de televisión católica -dijo -que no duda en hablar continuamente mal del Papa”. Se refería -dice Vida Nueva (29/9/21) siguiendo al jesuitaThomas Reese (Religion News Service) -a la empresa de medios estadounidense EWTN. Y agregó: “Personalmente merezco ataques e insultos porque soy un pecador… pero la iglesia no los merece. Son obra del diablo”.
Es interesante advertir que Francisco se coloca en el lugar del hermano y del padre. Desde la planta baja de la pirámide invertida que es la iglesia hoy acompaña y preside al pueblo de Dios. Pueblo “misionero y en salida” que va por el camino sinodal. Y siguiendo fielmente el ejemplo de Cristo absorbe los ataques a su persona. Los rechaza por satánicos y dirigidos al pueblo de Dios y a sus pastores ante quienes él, como sucesor de Pedro está llamado a pronunciarse. Al Papa Francisco los ataques le duelen con un dolor profundo y sabio porque “sabe” desde que es el testigo supremo de la fe de toda la iglesia (fidess totius Eclesiae).
¿Cómo criticar al “Señor de toda la mies de Cristo” (S.I. de Loyola) sin alejarse de Cristo?
El sacerdote jesuita y periodista estadounidense Thomas Reese enuncia, partiendo de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio algunas reglas prácticas para ejercer la libertad y criticar al Papa sin que eso sea incompatible con ser un “buen católico”.
Siguiendo a San Ignacio de Loyola
San Ignacio fue el fundador de la Orden de los Jesuitas y para la formación de éstos elaboró una obra central que perdura con extraordinaria vigencia titulada Ejercicios Espirituales, una compilación de textos prácticos que recoge de su experiencia viva. Y así dice el Padre Reese:
1. La crítica dirigida al Santo Padre debe ser respetuosa excluyendo el sarcasmo y el discurso de odio.
Thomas Reese afirma: “Llamar a Benedicto ‘rottweiler’, ‘pastor alemán’ o ‘el inquisidor’ es cruzar la línea”, dice el sacerdote, “al igual que los insultos étnicos contra él y Juan Pablo II”. Asimismo, apunta que “referirse a Francisco como poco ortodoxo o hereje es inaceptable”, ya que “el sarcasmo y el discurso de odio no tienen cabida en la Iglesia”.
2. En la crítica a la máxima autoridad de la Iglesia católica debe guardarse un debido equilibrio.
“Tuve serios desacuerdos con Juan Pablo II y Benedicto pero siempre elogié a Juan Pablo II por su papel en la liberación de Polonia y Europa del Este, así como por sus esfuerzos por mejorar las relaciones entre católicos y judíos”. “Ambos papas apoyaron y desarrollaron la enseñanza social de la Iglesia, y bajo Benedicto XVI la Iglesia comenzó a tomar conciencia del medio ambiente”, recuerda el sacerdote.
3. Se habrá de describir la posición del Papa de manera precisa y completa.
“No te limites a decir que el Papa odia a las mujeres o a los homosexuales o que quiere destruir la Iglesia”. Lo “ideal”, en este caso, sería conocer tanto la posición del Papa como para poder argumentarla “mejor que él mismo”. Las generalizaciones degeneran en pre-juicios que suelen contrariar la realidad y la verdad traduciéndose en agravios y calumnias.
4. Si el crítico se encuentra alterado emocionalmente deberá tranquilizarse.
En tal caso aconseja San Ignacio de Loyola “Toma una respiración profunda. Cuenta hasta 10 o 100. Siéntate ante el borrador durante 24 horas. Habla con una persona sabia antes de actuar.” Y agrega Reese, actualizando esa recomendación “en especial ten cuidado al tuitear”.
5. Cuando se disponga a criticar al Santo Padre debería preguntarse: ¿le hablarías así a un padre o a alguien a quien amas?
“Si la respuesta es no, no lo hagas… la Iglesia es una familia. Las peleas familiares son las peores. Nuestro objetivo debe ser reconciliadores, no divisores”.
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