Santoral del 4 de septiembre: vida y obra San Moisés profeta

Cada una de las personas reconocidas como santos o beatos tienen asignada una fecha en el calendario para ser recordados

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El santoral es diferente cada
El santoral es diferente cada día y recuerda a quienes se caracterizaron por sus buenas acciones. (Imagen ilustrativa Infobae)

Buenas acciones, sacrificios mortales e incluso sucesos inexplicables surgidos por una aparente divinidad, son las razones por las que diferentes individuos fueron beatificados y canonizados por el Vaticano para llevar consigo el nombre de santo.

Todos los días, como se indica en el calendario santoral, se conmemora la vida y muerte de estos seres, hombres y mujeres, que dedicaron su existencia a la iglesia católica misma que les valió el nombramiento.

Este es el santoral del jueves 4 de septiembre.

Festejo del día: San Moisés profeta

Memoria de san Moisés, profeta, a quien Dios eligió para liberar al pueblo oprimido en Egipto y conducirlo a la tierra de promisión. También se le reveló en el monte Sinaí, diciéndole: «Yo soy el que soy» y le propuso la ley para regir la vida del pueblo elegido. Murió lleno de días en el monte Nebo, en tierra de Moab, a las puertas de la tierra de promisión.

Junto a este personaje hay otros santos y mártires a los que también se les celebra este jueves 4 de septiembre como los siguientes:

San Bonifacio I papa (s. V)

San Caletrico de Chartres (s. VI)

Beata Catalina Mattei (s. XVI)

Beato Escipión Jerónimo Brigéat de Lambert (s. XVIII)

Beato Francisco Sendra Ivars (s. XX)

San Fredaldo de Mende (s. IX)

Santa Ida de Herzfeld (s. IX)

Santa Irmgarda de Süchteln (s. XI)

Beato José Pascual Carda Saporta (s. XX)

San Marcelo de Chalons-sur-Saone (s. IV)

Beata María de Santa Cecilia Romana Bellanger (s. XX)

Santa Rosalía de Palermo (s. XII)

Qué se necesita para ser canonizado

El Papa Francisco tras la
El Papa Francisco tras la canonización de la Madre Teresa de Calcuta, en la plaza de San Pedro en el Vaticano, el 4 de septiembre de 2016.(AFP/ANDREAS SOLARO)

La Iglesia Católica y ortodoxa usan la canonización para declarar como santo a una persona ya fallecida, lo que implica incluir su nombre en el canon (lista de santos reconocidos) y el permiso de venerarla, reconociendo su poder ante Dios.

Durante el Cristianismo, las personas eran reconocidas como santas sin necesidad de un proceso formal; sin embargo, ello cambió en la Edad Media.

En el caso del catolicismo, la Iglesia debe hacer una investigación exhaustiva de la vida de la persona a santificar y existen cuatro formas de lograr el nombramiento: la vía de las virtudes heroicas; la vía del martirio; la de las causas excepcionales, confirmadas por un culto antiguo y fuentes escritas; y la del ofrecimiento de la vida.

Además, es requisito indispensable que haya hecho al menos dos milagros (o uno en el caso de ser mártir). La canonización se hace en una solemne declaración papal y se le asigna un día de fiesta para la veneración litúrgica.

No hay un periodo establecido para realizar la canonización de un personaje, pues incluso hay casos como el de San Pedro Damián que fue canonizado hasta 756 años después de su muerte o, por el contrario, el caso de San Antonio de Padua que fue nombrado hasta 352 días después de su deceso.

La última canonización tuvo lugar en octubre de 2019, cuando el Papa declaró santos al cardenal John Henry Newman y a la hermana Dulce, de Brasil.