Aniversario del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima, claves de redacción de la RAE

El 6 de agosto se cumplen 80 años de que la ciudad fue destruida por una bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial

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El 6 de agosto se
El 6 de agosto se cumplen 80 años de la bomba atómica que fue lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. (REUTERS/Kim Kyung-Hoon)

En un mundo regido por la inmediatez parecería que la ortografía ha dejado de tener relevancia, sin embargo, el escribir textos con coherencia y sin erratas siempre será benéfico en todos los ámbitos.

En lo laboral, el escribir de forma correcta deja ver a los demás las habilidades y conocimientos que una persona posee; además, ayuda a construir una imagen óptima a través de la cual puedes parecer más serio y confiable. El tener errores de ortografía y sintaxis pueden, por el contrario, dar un pensamiento negativo que te haría parecer descuidado o poco preparado.

Por otro lado, el tener la capacidad de hacer un texto bien redactado habla también de la personalidad, al mostrar interés por siempre construir un buen puente de comunicación con los interlocutores.

Aunque escribir bien no es una tarea sencilla, requiere de mucha práctica y de conocer las estructuras de la lengua, por lo que leer puede ser un gran apoyo para la riqueza del léxico.

En este sentido, la Real Academia Española (RAE) se ha convertido en la institución más relevante para la regularización lingüística, a través de la promulgación de normas para fomentar la unidad idiomática del mundo hispanohablante.

La Fundación del Español Urgente (Fundéu), una institución sin ánimo de lucro que tiene como objetivo el impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación, se ha aliado con la RAE y emite en su página web y de manera constante diversas recomendaciones para que los ciudadanos puedan resolver sus dudas sobre cómo se escribe correctamente cierta palabra, cómo se usa una expresión o tips de temáticas varias.

Uso correcto de los términos para referirse al lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima

Miles de personas rindieron homenaje
Miles de personas rindieron homenaje a las víctimas de la bomba. (REUTERS/Kim Kyung-Hoon/ TPX IMAGES OF THE DAY)

Con motivo del 80.º aniversario del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima el 6 de agosto, se proponen algunas claves de redacción para las noticias relacionadas.

Para aludir al número del aniversario que se cumple, lo apropiado en el lenguaje escrito y formal es utilizar el ordinal octogésimo , abreviado con números arábigos, punto y letra volada ( 80.º , no 80 ) o con números romanos ( LXXX ). Puede leerse como octogésimo y también como si se tratara de un número cardinal: ochenta .

Las formas radiactividad y radiactivo son mayoritarias y más aconsejables, según el Diccionario panhispánico de dudas , pues son las que mejor reflejan la pronunciación generalizada , aunque radioactividad y radioactivo también se consideran válidas.

Dado que el adjetivo humanitario aparece recogido en el diccionario académico, en referencia a una situación, con el sentido de ‘ que requiere de ayuda humanitaria ’, es adecuado su uso en construcciones como catástrofe humanitaria o drama humanitario .

El área de mayor devastación en un desastre recibe el nombre de zona cero , que se escribe con iniciales minúsculas y sin comillas ni cursiva .

Mientras que con el sentido de ‘acción y efecto de sobrevivir’ es mucho más frecuente supervivencia que sobrevivencia (y no superviviencia ), para la persona que sobrevive hay alternancia entre sobreviviente y superviviente , como indica el Diccionario panhispánico de dudas.

El nombre que reciben más concretamente los supervivientes de las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki es hibakusha , con minúscula inicial, por ser un sustantivo común. Debido a que contiene el dígrafo sh , ajeno al sistema gráfico del español, lo recomendable es destacarlo en cursiva , o entre comillas si no se dispone de este tipo de letra.

Según detalla el Diccionario panhispánico de dudas , las denominaciones de los imperios llevan mayúscula en sus palabras significativas, pero no en los adjetivos gentilicios , por lo que lo apropiado en «El mito de la bomba atómica y la rendición del Imperio Japonés» habría sido escribir «… del Imperio japonés». Cuando se alude al emperador, como sucede con los cargos y dignidades, lo indicado es la minúscula : «La rendición de Japón tal y como la pronunció el emperador Hirohito».

Los nombres que se les dio a las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki y a los bombarderos que las transportaron llevan mayúsculas iniciales , como señala la Ortografía de la lengua española para los objetos singularizados. No necesitan ningún resalte añadido , ni cursiva ni comillas. Solo lo llevarán si no hacen referencia a estos objetos, sino a títulos u obras de creación que lo requieran. Es decir, se escribirá «Qué pasó con el Enola Gay, el bombardero que lanzó la primera bomba atómica de la historia» y « Enola Gay : la canción de los años 80 que recuerda la bomba atómica de Hiroshima».

La misma obra señala que los nombres de planes y proyectos llevan asimismo mayúscula inicial : «El físico y químico Dieter Gruen, participante en el Proyecto Manhattan, esto es, el proyecto promotor de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, pasó recientemente por Zaragoza».

La forma adecuada de abreviar el nombre de Estados Unidos es EE. UU. , con un punto tras cada bloque de letras y un espacio entre ambos y no EEUU ni EE.UU. Se recuerda que la concordancia verbal se establece en plural cuando el topónimo lleva el artículo, pero en singular si va sin él : «Después de 80 años, no olvida el día en que Estados Unidos lanzó la primera bomba atómica» o «Después de 80 años, no olvida el día en que los Estados Unidos lanzaron la primera bomba atómica».

Para aludir al peso de la bomba que cayó sobre Hiroshima, que excedía los 4000 kg, es posible prescindir del espacio que separa los miles , pero no es adecuado el uso del punto ( más de 4 000 o 4000 , no 4.000 ). Asimismo, la grafía adecuada del símbolo del kilogramo es kg , sin punto, invariable en plural y todo en minúscula ( más de 4000 kg ). Por otro lado , el símbolo del elemento de la bomba (el uranio) es U , que se escribe en mayúscula y sin punto .

El diccionario académico recoge bombardear con el sentido de ‘arrojar bombas desde una aeronave sobre un lugar’, por lo que se recomienda evitar este verbo y su sustantivo bombardeo para aludir a la acción de lanzar una sola bomba , pues es un uso poco preciso. Así, en lugar de escribir «80.º aniversario del bombardeo atómico de Hiroshima» sería mejor «80.º aniversario del lanzamiento de la bomba atómica de Hiroshima».

¿Qué es la RAE?

La RAE vela por el
La RAE vela por el idioma español. (RAE)

Fundada en Madrid en 1713 por iniciativa del octavo marqués de Villena, Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, la RAE es la institución que busca preservar el buen uso y la unidad de una lengua en permanente evolución y expansión.

Sus más recientes estatutos (actualizados en 1993), establecen que la función principal de la Real Academia es “velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad”.

Este compromiso se ha plasmado en la denominada política lingüística panhispánica, compartida con las otras 22 corporaciones que forman parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), creada en México en 1951.

Actualmente, la institución está constituida por 46 académicos, entre ellos el director y los demás cargos de la Junta de Gobierno, elegidos para mandatos temporales.

Una de las críticas que se le han hecho a la RAE es su negativa a reconocer palabras o expresiones que han surgido entre las generaciones más jóvenes, sobre todo a raíz de la aparición de las redes sociales. Una de las polémicas más recientes es el reconocimiento del lenguaje inclusivo.

Sin embargo, en el 2020 optó por lanzar el Observatorio de Palabras, un repositorio digital que ofrece información sobre palabras o acepciones de palabras y expresiones que no aparecen en el Diccionario de la Lengua Española (DLE), pero que han generado dudas en cuanto a su uso, tales como neologismos, extranjerismos, tecnicismos, regionalismos, entre otros.

La información contenida en el Observatorio es provisional al no estar contemplada en las obras académicas, por lo que puede verse modificada y cambiar con el paso del tiempo, pero ello no implica que se acepte su uso.