Uruguay: cotización de cierre del dólar hoy 30 de mayo de USD a UYU

Se registró un alza en los valores del dólar con respecto a la jornada anterior

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Uruguay ha empezado a mostrar
Uruguay ha empezado a mostrar signos de recuperación después de los estragos que tuvo la pandemia de Covid-19 en la economía. (Infobae)

El dólar estadounidense cotizó al cierre de este 30 de mayo a 41,53 pesos uruguayos en promedio, de manera que supuso un cambio del 1,16% con respecto a la cifra de la sesión previa, cuando cotizó a 41,05 pesos.

En la última semana, el tipo de cambio acumula una bajada 0,16%; pero en términos interanuales aún acumula un ascenso del 7,24%.

En cuanto a los cambios de este día respecto de jornadas pasadas, puso freno a dos sesiones consecutivas con tendencia negativa. La volatilidad referente a la última semana presentó un rendimiento superior a la volatilidad que mostraron los datos del último año, lo que indica que el valor experimenta mayores alteraciones que la tendencia general.

Previsiones económicas para 2025

El país atraviesa un crecimiento
El país atraviesa un crecimiento significativo, impulsado por la estabilidad económica, los beneficios fiscales y una infraestructura estratégica (Foto shutterstock 163)

El 2024 fue un año de recuperación para la economía uruguaya, tras dejar atrás un año crítico.

El país atraviesa un crecimiento significativo, impulsado por la estabilidad económica, los beneficios fiscales y una infraestructura estratégica. Qué zonas del país vecino lideran la expansión, cuál es la rentabilidad y cuáles son los precios para alquilar.

Este desarrollo responde a la estabilidad económica, los beneficios fiscales y una infraestructura estratégica que posiciona al país como un destino atractivo para empresas de toda la región, especialmente de la Argentina.

Según un análisis de la consultora CBRE, el sector logístico uruguayo está controlado por un reducido grupo de desarrolladores, principalmente propietarios de parques industriales. Esta situación genera un entorno estructurado, con alta ocupación en los principales parques y un potencial de expansión importante en zonas clave como Canelones y Montevideo.

Peores crisis del dólar a través del tiempo

La dolarización cultural y financiera
La dolarización cultural y financiera sigue siendo un desafío, ya que la dependencia del dólar impacta directamente en la inflación y en la capacidad del país (REUTERS/Dado Ruvic/Ilustración/Archivo)

En los últimos años, Uruguay ha experimentado varias crisis vinculadas al dólar que han afectado su economía. La más grave ocurrió entre 1999 y 2002, cuando una combinación de factores externos, como la crisis en Argentina y Brasil, y problemas internos llevaron al colapso del sistema financiero. Durante ese período, la cotización del dólar se disparó, llegando a superar los 30 pesos uruguayos, lo que provocó un feriado bancario y la intervención estatal para estabilizar la banca.

Otra crisis importante tuvo lugar en 1982 con el fin del sistema conocido como “la tablita”, un mecanismo que preanunciaba el tipo de cambio para mantener la estabilidad. La abrupta devaluación del peso frente a la moneda estadounidense generó una fuerte pérdida de reservas y una crisis económica profunda, que obligó al país a recurrir al apoyo del Fondo Monetario Internacional para salir adelante.

En décadas anteriores, el país sudamericano también enfrentó múltiples tipos de cambio paralelos y devaluaciones abruptas, especialmente durante la segunda mitad del siglo XX. Por ejemplo, en la década de 1950 coexistían hasta 11 tipos de cambio diferentes, lo que fomentó la inflación y la inestabilidad cambiaria, reflejando problemas estructurales en la economía y la política monetaria del país.

Estas crisis del dólar han dejado lecciones importantes para Uruguay, evidenciando la vulnerabilidad de su economía a shocks externos y la dificultad para mantener una estabilidad cambiaria duradera. La dolarización cultural y financiera sigue siendo un desafío, ya que la dependencia del dólar impacta directamente en la inflación y en la capacidad del país para manejar su política económica con autonomía.