Santoral del 28 de mayo: San Germán de París quién fue y por qué se le celebra hoy

Cada una de las personas reconocidas como santos o beatos tienen asignada una fecha en el calendario para ser recordados

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Majestuosidad de santos católicos en
Majestuosidad de santos católicos en el arte barroco de vidrieras en catedrales. Todos los días hay una celebración onomástica. (Imagen ilustrativa Infobae)

Buenas acciones, sacrificios mortales e incluso sucesos inexplicables surgidos por una aparente divinidad, son las razones por las que diferentes individuos fueron beatificados y canonizados por el Vaticano para llevar consigo el nombre de santo.

Todos los días, marcados en el calendario, se conmemora la vida y muerte de estos seres, hombres y mujeres, que dedicaron su existencia a la iglesia católica misma que les valió el nombramiento.

Este es el santoral del miércoles 28 de mayo.

Festejo del día: San Germán de París

En París, en la Galia, san Germán, obispo, que habiendo sido antes abad de San Sinforiano de Autún, fue llamado a la sede de París y, conservando el estilo de vida monástico, ejerció una fructuosa cura de almas.

San Germán de París, nacido en Autun, Borgoña, a finales del siglo V, tuvo una infancia difícil marcada por intentos de aborto y envenenamiento por parte de familiares, aunque recibió afecto y cuidados durante 15 años en casa de un pariente en Lazy, donde se desarrolló notablemente. Posteriormente, Agripin, obispo de Autun, lo ordenó sacerdote, y su sucesor, Nectario, lo nombró abad del monasterio de San Sinforiano, donde destacó como guía espiritual entregado y ejemplo de virtud.

Según el obispo Fortunato, su biógrafo, Germán poseía el don de milagros. Durante su tiempo como abad, se le atribuyen varios prodigios, como la multiplicación de alimentos para los pobres, apagar un incendio en el monasterio con agua bendita y una liberación sobrenatural tras ser encarcelado injustamente por un obispo celoso, quien eventualmente pasó de la envidia a la admiración.

En el año 554, el rey Childeberto lo nombró obispo de París y limosnero mayor, cargo en el que curó al monarca mediante la imposición de manos. A lo largo de su vida intervino en asuntos de la familia real, enfrentándose a figuras como Cariberto, rey de París, a quien excomulgó por su comportamiento inmoral. Su compromiso con la verdad y la justicia definió su liderazgo.

Falleció el 28 de mayo de 576 a los más de 80 años y fue sepultado en San Sinforiano. Más tarde, sus restos fueron trasladados, durante el reinado del rey Pipino y su hijo Carlos, a la iglesia que pasaría a llamarse San Germán de los Prados, donde actualmente reposan en una urna de plata elaborada en 1408.

Germán es recordado como un ejemplo de fe, generosidad y servicio, y su legado perdura como uno de los grandes obispos de la historia cristiana.

Junto a este personaje hay otros santos y mártires a los que también se les celebra este miércoles 28 de mayo como los siguientes:

Santa Helicónides (s. III)

San Carauno de Chartres (s. V)

Beato Herculano de Piegaro (s. XV)

San Justo de Urgel (s. VI)

Beato Ladislao Demski (s. XX)

Beato Lanfranco de Canterbury (s. XI)

Beata Margarita Pole (s. XVI)

Beata María Bartolomea Bagnesi (s. XVI)

San Pablo Hanh (s. XIX)

Santa Ubaldesca (s. XIII)

Qué se necesita para ser canonizado

El Papa Francisco tras la
El Papa Francisco tras la canonización de la Madre Teresa de Calcuta, en la plaza de San Pedro en el Vaticano, el 4 de septiembre de 2016.(AFP/ANDREAS SOLARO)

La Iglesia Católica y ortodoxa usan la canonización para declarar como santo a una persona ya fallecida, lo que implica incluir su nombre en el canon (lista de santos reconocidos) y el permiso de venerarla, reconociendo su poder ante Dios.

Durante el Cristianismo, las personas eran reconocidas como santas sin necesidad de un proceso formal; sin embargo, ello cambió en la Edad Media.

En el caso del catolicismo, la Iglesia debe hacer una investigación exhaustiva de la vida de la persona a santificar y existen cuatro formas de lograr el nombramiento: la vía de las virtudes heroicas; la vía del martirio; la de las causas excepcionales, confirmadas por un culto antiguo y fuentes escritas; y la del ofrecimiento de la vida.

Además, es requisito indispensable que haya hecho al menos dos milagros (o uno en el caso de ser mártir). La canonización se hace en una solemne declaración papal y se le asigna un día de fiesta para la veneración litúrgica.

No hay un periodo establecido para realizar la canonización de un personaje, pues incluso hay casos como el de San Pedro Damián que fue canonizado hasta 756 años después de su muerte o, por el contrario, el caso de San Antonio de Padua que fue nombrado hasta 352 días después de su deceso.

La última canonización tuvo lugar en octubre de 2019, cuando el Papa declaró santos al cardenal John Henry Newman y a la hermana Dulce, de Brasil.