Tiempos logísticos, abastecimiento y sostenibilidad en la industria hidrosanitaria

María Luz Peralta, responsable de comercio exterior en la industria de productos hidrosanitarios plásticos, analiza la gestión logística y la creciente importancia de la regionalización

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María Luz Peralta es responsable
María Luz Peralta es responsable de comercio exterior en la industria de productos hidrosanitarios plásticos (Foto: Movant Connection)

Al referirse a los cambios que atraviesa el comercio exterior, María Luz comenta que “las empresas están buscando más regionalización”. En esta entrevista, analiza los desafíos logísticos actuales, la importancia de la planificación y el papel que tendrá la sostenibilidad en la cadena de suministro del futuro.

¿Qué tan crítico se volvió el control de los tiempos logísticos para cumplir con estándares internacionales?

A veces la demanda es tan alta que se generan retrasos logísticos para que lleguen los contenedores. Eso puede hacer que no se cumplan con tiempos y estándares a los que estamos acostumbrados. Pero con planes de contingencia ya estipulados no se generan mayores conflictos. Hay que tener un abanico de proveedores, tanto logísticos como del exterior, para poder afrontar cualquier retraso y subsanar esas situaciones sin afectar el abastecimiento.

¿Cuáles son los riesgos que aparecen al momento de importar y cómo se enfrentan?

Últimamente suele haber retrasos puntuales. Para resolverlos, no siempre se puede usar flete aéreo porque eleva muchísimo el costo del producto. Al ser productos económicos en destino final, un aéreo los encarece demasiado. Entonces se puede recurrir a cargas parciales aéreas, que permiten no desabastecer el mercado sin asumir costos imposibles. No pasa seguido, pero cuando sucede, esa alternativa permite mantener la continuidad del suministro.

¿Cómo influyen los tiempos cuando la carga ya está en el país, pero no puede liberarse?

Sí, me ha pasado que la carga llegue y surjan cuestiones de documentación. En esos casos se trabaja con depósitos fiscales y con el despachante, que tiene que estar en contacto permanente para evitar impactos mayores. También existen sistemas de control de stock que permiten planificar.

Cuando se programa una importación, es sabido que hay que contar con unos 40 días para tener ese producto en planta. Es decir, los tiempos ya están contemplados para que no haya desabastecimiento.

Mantener stock es esencial para que los retrasos naturales del comercio exterior no afecten al mercado interno ni al ritmo de la producción. Esa previsión es la base para sostener un abastecimiento ordenado y estable.

¿Qué visión tenés a futuro sobre logística y comercio exterior en tu industria?

Creo que las empresas están buscando más regionalización, evitar depender siempre de lugares tan lejanos y empezar a relacionarse más con Latinoamérica. Eso va a impactar fuerte a futuro: ayudará a agilizar tiempos y reducirá la huella de carbono, algo cada vez más importante.

En la industria plástica se trabaja mucho para disminuir el impacto ambiental, y en logística también se ve esa tendencia. Para mí el futuro va por ahí: abastecernos más desde la región.

¿Qué es lo que hoy dificulta avanzar hacia un abastecimiento regional?

Principalmente los costos. Los productos que llegan desde China tienen precios muy bajos y eso, inevitablemente, condiciona la elección de proveedores más cercanos. Desde mi experiencia, la calidad latinoamericana es muy buena y la confianza también, pero cuando el precio de un producto regional es más alto, cuesta que sea elegido. Aun así, creo que estamos avanzando hacia un equilibrio y que a futuro el comercio se va a regionalizar un poco más.

Para María Luz, "Las empresas
Para María Luz, "Las empresas están buscando más regionalización, evitar depender siempre de lugares tan lejanos y empezar a relacionarse más con Latinoamérica" (Foto: Shutterstock)

¿La aceptación del producto argentino en la región puede impulsar ese comercio regional?

Sí, totalmente. En las oportunidades que tuve de visitar otros países representando a la industria, siempre nos encontramos con un recibimiento muy positivo. La calidad argentina es muy aceptada y eso sostiene relaciones comerciales de años, tanto con clientes como con proveedores. Es un comercio que tiene movimiento constante y genera vínculos muy estables.

¿Qué importancia tiene contar con proveedores logísticos de confianza?

Es fundamental. Recibo muchísimos contactos diarios de forwarders, y para mí es clave trabajar con proveedores con los que pueda generar un vínculo estable. Ellos son, de alguna manera, nuestra voz en el exterior: los que buscan el producto, lo cuidan y lo traen. Su feedback diario es imprescindible. Trabajo con dos o tres aliados fijos, aunque siempre estoy abierta a propuestas nuevas. Lo importante es que se sientan parte de la empresa, no solo prestadores de un servicio.

¿Qué mensaje te gustaría dejar sobre el comercio exterior?

Para mí, el comercio exterior del futuro va a estar muy conectado con el cuidado del medio ambiente. En nuestra industria cuidamos mucho la huella que dejamos y creo que tenemos que ser muy conscientes del impacto que generan los transportes y los procesos. Traemos y llevamos productos todos los días, y pensar en el impacto ambiental es clave para lo que viene.