
“La logística en la construcción se vuelve un punto diferencial. Si tenés procesos aceitados y proveedores confiables, podés marcar la diferencia entre cumplir o no con una obra”, sostiene Federico. En esta entrevista, analiza el panorama actual del sector, los desafíos operativos, el impacto de la digitalización y la importancia de la experiencia del cliente en el último tramo de la cadena.
¿Cómo describirías el estado actual de las cadenas de suministro en la industria de la construcción?
Dentro de la industria de la construcción, especialmente en lo que respecta a la cadena de abastecimiento e importación, hoy no hay trabas significativas. Se han flexibilizado muchas normativas, como las de seguridad eléctrica, lo que facilita los procesos para todas las empresas. Eso brinda mayor tranquilidad y transparencia.
De todos modos, aún existen ciertas restricciones, sobre todo en lo vinculado al acceso al mercado único y libre de cambios. No todos pueden hacer pagos al exterior con facilidad, y eso sigue generando algunas limitaciones.
Sin embargo, hay un entorno más competitivo y con reglas más claras. Donde sí seguimos teniendo una desventaja es en los costos logísticos: son altos si los comparamos con otros países de la región. Chile, por ejemplo, tiene procesos mucho más aceitados. Por eso necesitamos trabajar de forma orgánica, desde el sector público y privado, para mejorar infraestructura, eficiencia y costos asociados.
¿Qué importancia tiene la logística dentro de la industria de la construcción?
Es clave. En este sector, muchas obras no están en zonas urbanas sino en lugares remotos: zonas mineras, petroleras o de difícil acceso. Ahí la logística se vuelve un diferencial absoluto. Si tenés un sistema aceitado, proveedores confiables y comunicación fluida, el cliente confía en vos. Y eso se traduce directamente en éxito comercial.
Además, se maneja mucha logística inversa, es decir, el retorno de herramientas o materiales desde las obras. La eficiencia en ese proceso también suma valor. La logística, en definitiva, es el eslabón que sostiene toda la operación: sin una buena planificación, ninguna estrategia funciona.
Hay una frase conocida que dice “no maten al mensajero”, pero en logística el mensajero suele ser el primero en recibir los reclamos. Somos el último eslabón de la cadena, los que entregamos el producto, y eso define la experiencia completa.
La puntualidad, el estado de la entrega y la comunicación generan satisfacción y fidelidad. Cuando un cliente recibe un pedido en tiempo y forma —incluso en zonas alejadas— valora ese compromiso y lo recuerda.
La confianza se construye entrega a entrega, y en este sector, eso es lo que marca la diferencia.
¿Cuáles son los procesos más críticos dentro de la operación logística?
Los procesos críticos son varios, pero el principal está en la planificación efectiva. Hoy las empresas debemos estar cerca del cliente, atender sus necesidades y, al mismo tiempo, evitar el sobrestock. Los costos de mantener inventarios altos son muy elevados, pero también hay que equilibrar eso con las oportunidades comerciales. Ahí está el desafío: lograr abastecer en tiempo y forma, sin exceso de stock ni quiebres de inventario.
En el caso de una multinacional, el financiamiento no es un problema. Pero en una pyme, sí: acceder a líneas de crédito o capital de trabajo adecuado puede ser el punto más crítico para sostener la cadena de abastecimiento y cumplir con los compromisos comerciales.

¿Qué implica el modelo “end to end” y cómo se aplica en la construcción?
El concepto “end to end” abarca todo el proceso, desde que un cliente realiza un pedido hasta que el proveedor fabrica, despacha y entrega la mercadería en las condiciones acordadas. Gestionarlo de forma eficiente es lo que diferencia a una empresa de su competencia.
Más allá de la calidad técnica de un producto, muchos clientes eligen a quién comprarle por el nivel de servicio: cuánto tarda en llegar, qué valor agregado ofrece y qué tan previsible es la entrega.
Desde el área logística trabajamos para ser lo más asertivos posible en ese punto, porque ahí se gana o se pierde la preferencia del cliente.
¿Qué impacto tiene la digitalización en la gestión logística?
Gigante. Las herramientas digitales dan una ventaja competitiva enorme. Hasta hace poco, muchas empresas seguían trabajando con bases de Excel o pronósticos en planillas dispersas. Hoy, con soluciones como Power BI o sistemas de gestión integrados, se pueden analizar datos en tiempo real, detectar desvíos y tomar decisiones rápidas.
Estamos empezando a incorporar inteligencia artificial para mejorar la planificación, el análisis de inventarios y la gestión de promociones.
La idea es usar la tecnología para anticipar la demanda y optimizar la operación, no solo para registrar lo que ya pasó. La digitalización ya no es opcional: es una necesidad si querés mantenerte competitivo.
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