Advierten que una decisión judicial en Panamá podría paralizar el tránsito marítimo interoceánico

La definición sobre la validez de una concesión portuaria en ambos extremos del Canal de Panamá mantiene en alerta al sector logístico. Un fallo adverso podría detener millones de contenedores

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Según la Organización Mundial de
Según la Organización Mundial de Ciudades y Plataformas Logísticas (OMCPL), el fallo podría derivar en una “disrupción sin precedentes” en las cadenas de suministro (Foto: Shutterstock)

El Canal de Panamá, uno de los corredores más estratégicos del planeta, vuelve a ocupar el centro de la escena. Una causa judicial en curso podría definir el futuro de la concesión de los dos principales puertos que operan en sus extremos —uno sobre el Pacífico y otro sobre el Atlántico—, en un contexto donde la competencia global por el control de infraestructuras críticas se intensifica.

El caso, actualmente en manos de la Corte Suprema de Justicia panameña, se originó a partir de una demanda que cuestiona la validez del contrato de concesión y su prórroga. La decisión, que podría conocerse en las próximas semanas, mantiene en vilo al sistema logístico internacional, ante la posibilidad de una suspensión operativa que afectaría el tránsito de mercancías entre los océanos.

Según la Organización Mundial de Ciudades y Plataformas Logísticas (OMCPL), el fallo podría derivar en una “disrupción sin precedentes” en las cadenas de suministro, con consecuencias inmediatas sobre los flujos comerciales que dependen del paso interoceánico.

Un posible colapso logístico de alcance hemisférico

Los dos puertos en cuestión concentran más de 4 millones de TEUs anuales y conectan con más de 60 servicios marítimos internacionales. Su paralización simultánea bloquearía el tránsito logístico de contenedores entre ambos océanos, afectando a navieras, aseguradoras, operadores y a toda la red de proveedores vinculada al comercio marítimo global.

Las rutas más comprometidas serían las que vinculan el Golfo de México, Sudamérica, Asia y Europa. De producirse una interrupción, los puertos de Colón, Manzanillo, Cartagena y Kingston absorberían parte del tráfico, pero ninguno cuenta con la capacidad inmediata para reemplazar el rol dual que cumple Panamá como hub de transbordo interoceánico.

En términos prácticos, los tiempos de tránsito aumentarían, los costos operativos se elevarían y la estabilidad del comercio marítimo podría resentirse. Los sectores más afectados serían los vinculados a la industria electrónica, automotriz, farmacéutica y energética, dependientes de un flujo continuo y predecible entre regiones.

El resultado del proceso judicial
El resultado del proceso judicial determinará no solo el futuro de las terminales involucradas, sino también la estabilidad del flujo logístico global en un momento de creciente tensión comercial entre potencias (Foto: Shutterstock)

Entre la geopolítica y las cadenas de suministro

El conflicto judicial se produce en un momento de reconfiguración del poder logístico mundial. A comienzos de 2025, un fondo de inversión de origen estadounidense, junto a una de las principales navieras del planeta, anunció la compra de la mayoría de los activos portuarios pertenecientes a un grupo asiático con presencia global. La operación, valuada en más de 22 mil millones de dólares, despertó atención internacional por el creciente interés de los grandes capitales en los corredores estratégicos del comercio marítimo.

La disputa legal, sin embargo, podría dejar esa transacción sin base operativa si la justicia panameña declara la nulidad de la concesión. En tal caso, los activos en cuestión quedarían sin validez para transferencia, lo que obligaría a suspender operaciones y abrir un nuevo proceso licitatorio que podría extenderse durante meses.

El impacto de una decisión de ese tipo trascendería el ámbito local. Al tratarse de un punto neurálgico que canaliza más del 6% del comercio marítimo mundial, cualquier interrupción generaría un efecto dominó con implicancias financieras, geopolíticas y logísticas a escala global.

Un eslabón crítico bajo observación internacional

Desde hace décadas, Panamá funciona como un “hub de hubs”: un punto donde confluyen mercancías, capitales y decisiones estratégicas de múltiples actores. Por eso, el conflicto actual excede el marco jurídico y se inscribe en la disputa por el control de los nodos de conectividad mundial.

La OMCPL advierte que un fallo desfavorable podría replicar el impacto de otros episodios recientes que paralizaron infraestructuras críticas en la región. A diferencia de esos casos, sin embargo, la eventual suspensión de las operaciones portuarias panameñas afectaría el eje principal del transporte marítimo interoceánico.

El resultado del proceso judicial determinará no solo el futuro de las terminales involucradas, sino también la estabilidad del flujo logístico global en un momento de creciente tensión comercial entre potencias y de vulnerabilidad de las cadenas de suministro.

Un equilibrio en juego

Mientras el mundo observa expectante, Panamá se encuentra en un punto de inflexión. De confirmarse la suspensión, el país dejaría de ser momentáneamente el lugar que une los océanos para convertirse en el eslabón donde la cadena global puede romperse.

El caso confirma que la logística no solo depende de infraestructuras y tecnología, sino también de marcos institucionales sólidos capaces de garantizar previsibilidad en los corredores por donde circula la economía mundial.