
En el marco de un evento enfocado en la gestión logística que reunió a referentes del sector, Hernán Sánchez, presidente de la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL) y también titular de FAETyL y ALALOG, dejó en claro que el sector atraviesa un momento de profunda transformación, impulsado tanto por el nuevo escenario macroeconómico como por la necesidad de adaptarse a los hábitos de consumo y a las demandas de competitividad global.
Uno de los puntos centrales fue el impacto de la estabilización económica. Con una inflación que volvió a niveles de un dígito, las empresas logísticas pudieron desplazar el foco de la actualización constante de tarifas hacia la eficiencia operativa.
En ese marco, se consolidaron prácticas como la normalización de inventarios, que dejaron atrás la acumulación por ganancia de tenencia, y la aceleración de esquemas de importación más cercanos al just in time.
Para Sánchez, la rápida adaptación de operadores y profesionales evidencia la flexibilidad del sector en contextos cambiantes. A la par, los hábitos de consumo también se transformaron: el acopio de productos por temor a la inflación fue reemplazado por compras de proximidad y oportunidad, donde la disponibilidad inmediata en góndola resulta clave. Este giro obliga a cadenas logísticas más dinámicas y eficientes, capaces de responder en tiempo real a la demanda. En este escenario, la logística no solo acompaña el consumo, sino que se convierte en un factor decisivo para sostener la competitividad de empresas de distintos sectores productivos.
Empleo, infraestructura e inversión tecnológica
La logística es uno de los rubros más intensivos en mano de obra formal en el país. Sin embargo, persiste un alto nivel de informalidad que, según Sánchez, constituye “pan para hoy y hambre para mañana”. La regularización del empleo aparece como un eje crítico para sostener la competitividad, junto con políticas que refuercen la capacitación y la profesionalización.
En paralelo, la infraestructura terrestre continúa siendo la base de la logística argentina. La habilitación de trenes de mayor capacidad y el uso de bitrenes exigen ahora una red vial que acompañe, lo que hace indispensable la coordinación entre el sector público y el privado. Sin esa infraestructura complementaria, las innovaciones logísticas pierden eficacia, y se dificulta capitalizar los avances alcanzados.
A estos retos se suma la apuesta por la inversión y la tecnología. El 91% de las empresas del sector realizó inversiones en 2023, principalmente en digitalización de procesos, simplificación administrativa y herramientas para mejorar la productividad. La implementación de remitos digitales, la reducción de trámites y el acceso a tecnologías antes restringidas se consolidan como avances clave. Estas inversiones muestran que la logística no se limita a transportar bienes, sino que se posiciona como motor de innovación transversal a toda la economía.

Competitividad con mirada local y sostenible
Sánchez cuestionó las críticas que colocan a la logística como uno de los grandes problemas de la economía argentina. Según explicó, estas visiones suelen desconocer las particularidades estructurales del país: un territorio extenso con baja densidad poblacional promedio, puertos condicionados por limitaciones de calado fluvial y una concentración demográfica muy marcada en áreas urbanas. Comparar a la Argentina con modelos europeos o norteamericanos, sin considerar estas diferencias, resulta inadecuado.
La competitividad también está ligada al uso de recursos propios. En materia energética, el sector apuesta al gas natural comprimido (GNC) como matriz para el transporte de última milla y media distancia, aprovechando una ventaja comparativa frente a la electrificación global. Este enfoque refuerza la idea de construir un modelo logístico sustentable basado en las fortalezas locales.
Finalmente, Sánchez destacó que no puede haber logística eficiente sin equidad social. Con millones de trabajadores en la informalidad, la carga tributaria se distorsiona y limita las posibilidades de desarrollo. Para el dirigente, el gran objetivo compartido debe ser la competitividad, entendida como la capacidad del país para integrarse al comercio internacional de manera eficiente y sustentable. “La logística es transversal a la economía y central para que la Argentina sea competitiva”, concluyó.
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