Coordinar entregas sin margen de error en contextos exigentes y cambiantes

Jorge Stricker, responsable de logística en una empresa de la industria del petróleo y gas, destaca la importancia de prever escenarios, mantener alternativas y entender que el tiempo siempre tiene un costo

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Jorge Stricker es responsable de
Jorge Stricker es responsable de logística en una empresa de la industria del petróleo y gas (Foto: Movant Connection)

“Podés tener un producto excelente, pero si llega mal o fuera de tiempo, no sirve de nada”, afirma Jorge. En esta entrevista, comparte su experiencia en logística aplicada al sector energético, y explica por qué la planificación anticipada, la formación de equipos y la capacidad de respuesta son claves para que todo funcione, incluso en los contextos más exigentes.

¿Cuáles son las complejidades de los productos que te toca gestionar?

La gama de productos es muy variable. Hay productos chicos, como válvulas o algún equipo neumático o eléctrico, que se usan para accionar esas válvulas en puntos donde, en ciertos momentos del año, no puede llegar el operador. Entonces se manejan a distancia. Por eso, hay equipos electrónicos, neumáticos, hidráulicos, de tamaño menor.

Por otra parte, también hay piezas muy voluminosas y pesadas, como la cabeza de un pozo, lo que se conoce como “árbol de Navidad”, que requieren otro tipo de cuidado en el transporte. Es una combinación de piezas delicadas y chicas, junto con elementos grandes y pesados.

¿Qué tipo de soluciones de transporte se utilizan para mover esa diversidad de productos?

Normalmente se utiliza transporte desde una base hacia otra sede operativa con camiones convencionales. No requieren estructura específica, porque lo más importante ahí es el embalaje, para asegurar que los productos lleguen bien. Pero desde esas bases hasta las locaciones, los yacimientos, se usan vehículos especiales. Ahí todo es más rígido: normas de seguridad, habilitaciones, capacitaciones de choferes, acompañantes u operadores.

Muchos equipos tienen hidrogrúas que hay que operar, y todo eso debe estar al día documentalmente. Si algo no está en regla, ni el camión ni el chofer pueden entrar. Por eso se usan vehículos chicos propios, como camionetas o camiones medianos. Para lo más voluminoso o pesado, se utilizan equipos especiales: carretones, camiones con hidrogrúa, porque hay que llegar hasta el pozo y descargar ahí mismo.

¿Y cómo impactan los tiempos de entrega en toda esta operación?

Es clave. Todas las grandes compañías manejan programas de perforación, de exploración o de explotación que hay que cumplir. Para eso, los proveedores están muy exigidos con los tiempos de entrega. Si no se cumplen, hay penalidades, así que se trabaja con márgenes muy ajustados.

Tiene que haber un contacto muy fluido con los clientes, conocer sus programas y, a partir de ahí, se planifica todo hacia atrás para llegar a tiempo. Ese es el gran desafío, porque en el camino siempre aparecen problemas y hay que resolverlos sin perder tiempo. El compromiso de cumplir está muy claro.

En cualquier yacimiento activo surgen urgencias: roturas, fallas, etc. Por eso es recomendable tener personal operativo, capacitado y propio, en cada locación. Si hay un problema, actúan de inmediato.

No se puede perder tiempo: cada minuto en un pozo cuesta muchísimo. Estas son reglas claras desde el inicio. Se asumen y se cumplen.

Según Jorge, "todas las grandes
Según Jorge, "todas las grandes compañías manejan programas de perforación, de exploración o de explotación que hay que cumplir. Para eso, los proveedores están muy exigidos con los tiempos de entrega" (Foto: Shutterstock)

¿Cómo trasladan ese mismo compromiso a los proveedores externos? ¿Qué valores y competencias buscás en ellos?

La anticipación. Esa es la clave. Los proveedores tienen que trabajar con anticipación, para que puedan responder a esa planificación. Hay convenios donde aprovisionan durante el mes, según lo que se necesita, y después se cierra todo a fin de mes. Pero el secreto es ese: anticiparse.

Además, nunca hay que estar atado a un único proveedor por rubro. Es un abanico y si uno falla, hay que tener alternativas. Aunque, claro, cuando el problema es más grande, como con piezas de importación, pueden fallar todos.

¿Qué aprendiste sobre liderazgo y equipos en todos estos años?

La clave es la capacitación. Hay que capacitar constantemente a la gente con potencial y que disfruta del trabajo logístico: planear, pensar, analizar alternativas para cumplir objetivos. Cuando se detecta eso, hay que trabajar en mostrarles qué se hace y qué se necesita. Es una capacitación basada en la propia experiencia.

Una logística eficiente y bien hecha es como ponerle el moño al producto. Porque podés tener un producto excelente, pero si llega mal o fuera de tiempo, no sirve de nada.

¿Qué creés que falta para que el trabajo logístico sea más eficiente? ¿Hay cuestiones de infraestructura que lo dificultan?

Tener tus propios vehículos te da más control, claro, pero es carísimo. Por eso trabajar con buenos proveedores externos es una opción. Siempre existe el riesgo de que justo cuando más los necesitás tengan algún problema. Ahí es donde perdés tiempo buscando alternativas.

La infraestructura vial aún no está a la altura de las necesidades, no de completamente. Todo lo que rodea a la cuenca neuquina es una zona geográfica difícil. La mayoría de los caminos son de ripio. Hay nieve, viento fuerte, y muchas veces no se puede hacer más por cuestiones de seguridad.

Los caminos complican, sin duda. Y no era posible pavimentar todo de golpe cuando explotó la actividad en la zona. Los vehículos están preparados, pero la infraestructura es un factor limitante.