Datos confiables y equipos sólidos para enfrentar desafíos logísticos

Augusto Funes, gerente de operaciones en una empresa fabricante de maquinaria industrial, explica cómo liderar operaciones logísticas en entornos desafiantes, con foco en datos de calidad y equipos bien guiados

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Augusto Funes es gerente de
Augusto Funes es gerente de operaciones en una empresa fabricante de maquinaria industrial (Foto: Movant Connection)

“Si al centro productivo no le llega la materia prima, las instrucciones correctas o el programa adecuado, no puede operar”. Para Augusto, sin datos confiables ni planificación, ninguna planta funciona. Coordinar equipos diversos en contextos logísticos complejos exige información clara y liderazgo cercano.

¿Qué diferencias y desafíos comunes encontraste entre trabajar en una empresa grande y en una pyme?

La principal diferencia es la escala y el enfoque en los datos. En una empresa grande hay más foco en generar datos de calidad. En cambio, la pyme muchas veces basa sus decisiones en la experiencia, y le cuesta más recabar información confiable para decidir. Aun así, los procesos son similares. En ambas es clave planificar, programar el día a día y tomar decisiones basadas en datos.

¿Qué entendés por datos de calidad? ¿Qué impacto tienen en la eficiencia operativa?

Un dato de calidad, por ejemplo, es una orden de venta bien detallada, con toda la información necesaria para producir y entregar. Eso permite que todo lo que ocurre aguas abajo sea más eficiente. Si esa orden baja incompleta, genera ineficiencias, iteraciones innecesarias y hasta incumplimientos con el cliente. Por eso insisto en que los buenos datos son fundamentales para planificar bien y resolver sin dolores de cabeza.

¿Cuál es el vínculo entre la digitalización y la toma de decisiones?

Digitalización y datos van de la mano. Pero si el dato no es bueno, la digitalización no sirve. Hoy en muchas pymes se trabaja con herramientas simples, como planillas. Se empieza a generar una base de datos y después, con el tiempo, eso te permite tomar mejores decisiones. La clave es capturar datos representativos, analizarlos desde diferentes enfoques y evitar decisiones sectoriales. Las decisiones tienen que ser multisectoriales para beneficiar a toda la empresa.

¿Qué desafíos logísticos te tocó enfrentar a lo largo de tu carrera?

Pasé por entregas muy complejas. Por ejemplo, una vez hubo que reponer un volumen importante de materiales en Alaska, con todos los desafíos del clima y la logística. También me tocó coordinar cargas parciales hacia puertos en Chile, armar viajes combinados y trabajar las 24 horas para entregar insumos a pozos petroleros en tiempos muy ajustados. En todos los casos, la clave fue la planificación.

¿Cuál es el rol de la logística dentro de las operaciones?

La logística atraviesa toda la operación. No es solo traslado de mercadería. Hay una logística interna que permite que una planta funcione. Si al centro productivo no le llega la materia prima, las instrucciones correctas o el programa adecuado, no puede operar. Todo eso es logística también. Incluso el flujo de información forma parte de ese engranaje.

¿Qué importancia le das a la planificación en este tipo de entornos?

Planificar es clave. Aunque siempre haya imprevistos, si tenés un buen plan, el día a día es mucho más simple. Te ahorrás tiempos, problemas y podés anticiparte. Todo parte de tener buenos datos de entrada y armar una hoja de ruta que después se va ajustando.

¿Qué complejidades implica liderar equipos amplios en este contexto?

Liderar equipos grandes implica entender que cada persona tiene sus propios problemas. Hay que hacer escucha activa, entender qué le pasa a cada uno y resolver para que puedan trabajar bien. Si una persona tiene las herramientas, el conocimiento y su hoja de ruta, va a hacer bien su tarea. Si le falta algo, empieza a decidir por su cuenta y ahí pueden surgir errores. Lo ideal es acompañar y simplificar los procesos.

¿Qué rol juegan las habilidades blandas en ese liderazgo?

Son fundamentales. La transparencia, la integridad, la escucha activa y la empatía son claves para formar un equipo sólido. Es importante entender lo que vive cada integrante y ayudarlos a resolver los temas que enfrentan. La gestión es también acompañar.

Para Augusto, un ejemplo de
Para Augusto, un ejemplo de dato de calidad es "una orden de venta bien detallada, con toda la información necesaria para producir y entregar" (Imagen: Shutterstock)

¿Cómo se logra una buena coordinación con el cliente, especialmente en proyectos grandes?

Con mucha comunicación. Conocer cómo trabaja el cliente, que él entienda cómo trabajamos nosotros, y ponernos de acuerdo en cómo resolver el día a día. Más allá de los roles de proveedor o cliente, hay que pensar en un equipo que trabaja junto. Si uno no cumple, el otro tampoco puede cumplir con su cliente. Todo está conectado.

¿Qué desafíos específicos traen los proyectos de gran envergadura?

La complejidad está en mantener la toma de decisiones activa. Son proyectos en los que todo el tiempo hay que decidir, y si no hay alineación con el cliente, se traba todo. Muchas veces la falta de datos o de claridad genera cuellos de botella. Por eso, cuanto más alineados estén los equipos, mejor.

¿Qué lugar ocupa la formación en tu carrera?

Es fundamental. Todo cambia muy rápido. Yo vengo de la generación analógica, que se reconvirtió al mundo digital. Antes se compartía una sola computadora y se trabajaba en papel. Hoy todo es virtual, hay sistemas nuevos, herramientas digitales y mucha más información disponible. Si no se aprovecha eso, se pierde una gran oportunidad.