El oficio del despachante de aduana: coordinación, criterio y actualización constante

Carlos Bozzo, especialista en comercio internacional y despacho de aduana, detalla cómo se expande el rol en un entorno que combina presión operativa, múltiples actores y desafíos tecnológicos

Guardar
Carlos Bozzo es especialista en
Carlos Bozzo es especialista en comercio internacional y despacho de aduana (Foto: Movant Connection)

“Lo personal es lo más importante de este trabajo. Siempre tratamos con personas, no con inteligencia artificial”, afirma Carlos al reflexionar sobre un rol que requiere estar disponible, anticipar problemas y sostener la operación incluso cuando todo falla. En esta entrevista, describe cómo se transforma el trabajo del despachante de aduana en un contexto donde los sistemas no alcanzan, la logística no espera y la confianza sigue siendo el activo más valioso.

¿Qué representa hoy ser despachante de aduana?

Bueno, en grandes rasgos, ser despachante de aduana representa muchos factores y muchas cosas. Partís desde que hoy tenés que estar no solo mirando o revisando la documentación, que sigue siendo papel.

Todavía no estamos en una era 100% digital en lo que es el comex. Todo sigue siendo vía papel y con muchas exigencias. No puede tener enmiendas, no le pueden faltar datos, y hay cosas que en Argentina se exigen que en el resto del mundo no, por el tema de los pagos al exterior.

Entonces, terminás siendo agente de comex, bancario, agente de carga, despachante de aduana, verificador de aduana, logístico y a su vez, sos psicólogo de la mayoría de los importadores. Porque terminás en el medio de todo ese “berenjenal”, y el único que contesta es el despachante de aduana.

Lo que no contestan los demás, si vos no te informás y no te actualizás todos los días, te vas quedando relegado en el mercado. Eso es, a grandes rasgos, hoy ser un despachante de aduana.

Durante un tiempo se puso en discusión la obligatoriedad del despachante. ¿Sentís que eso impactó en el rol?

Sí, estuvo en discusión si el despachante es necesario o no. Pero es como decir que un contador o un abogado no son necesarios.

Nosotros somos como el vínculo entre esas tres patas que son el importador, el privado y la Aduana, o el Estado. Porque sin nosotros, las cosas no saldrían como deben salir, como corresponde, para que todo camine normalmente. Imaginate que cada vez que hay un problema, el primer responsable es el despachante de aduana. Y si no existiera, ¿quién sería el responsable?

No necesariamente los importadores que están en el rubro, que viven de esto, se tiran a hacer las cosas por su cuenta. Son muy pocas las empresas, muy grandes, que pueden tener despachante dentro de la empresa y operar con aduana propia. Pero incluso así, no hacen sus operaciones solas.

¿Por qué crees que no se avanza en la digitalización?

Es muy anormal que en este país se use tanto papel en una época en la que el mundo busca ser digital y cuidar la ecología. La Aduana central tuvo que mudar varias secciones por los kilos de papel acumulado. Se digitalizan las operaciones, pero solo en parte.

Después tenés que subir todo al sistema de AFIP, que está digitalizado, pero igual estás obligado a guardar el papel diez, y en algunos casos hasta quince años. Eso implica costos, espacio y hasta problemas de salud por la acumulación de papel.

¿Qué funciones tiene el agente de transporte aduanero?

El agente de transporte aduanero se dedica exclusivamente a brindar el servicio de traslado desde el origen al destino. Todo ese trayecto tiene una responsabilidad en la declaración de los manifiestos, en el ingreso a los depósitos o terminales para luego poder documentar. Recién entonces te permite documentar lo que sería la nacionalización de la importación o la exportación.

El agente de transporte aduanero interviene en todo lo que sea zona primaria, fuera de zona primaria y en lo que esté en tránsito, ya sea entrando o saliendo del país. Es el responsable de que esa documentación esté correctamente emitida para que luego pueda continuarse con la operación de importación o exportación.

¿Existe la logística inversa en el comercio internacional?

Mayormente no, no se contempla una devolución internacional. Hoy el comercio exterior está facilitado en algunos aspectos por normativas nuevas, pero muchas veces esas normativas te dejan en el medio, sin claridad. Le quitan intervención a aduana en aspectos donde debería actuar, como si se tratara de intervenciones de organismos técnicos, por ejemplo, seguridad eléctrica o salud. Y la mercadería sigue necesitando esa intervención.

No podés traer algo y venderlo sin certificaciones. Si hay un problema o defecto de fabricación, nadie se hace responsable. Siempre tiene que haber un organismo que intervenga, aunque sea por seguridad.

¿Cómo impactan estas normativas nuevas y desregulaciones?

Tenemos tantos grises que todo queda a criterio de cada uno. En el caso de aduana, a criterio del verificador. El importador tiene otro criterio, y así estamos. Esos grises no nos simplifican las cosas, al contrario: las complican.

Si querés importar algo y te falta un requerimiento, por ejemplo una certificación de seguridad, no lo podés negociar, no lo podés vender. Cambiás una rótula en un auto y si no cumple las normas, te podés meter en un gran problema.

Refiriéndose al rol del despachante
Refiriéndose al rol del despachante de aduana, Carlos comenta que "lo que no contestan los demás, si vos no te informás y no te actualizás todos los días, te vas quedando relegado en el mercado" (Foto: Shutterstock)

¿Cómo ves la evolución de las importaciones?

Asia está completamente abarrotada. No hay espacio inmediato como antes para importaciones desde allá. Este año, creo, fue el año en que más gente viajó a ferias en China buscando en qué invertir o cómo ampliar un negocio.

Muchos trajeron productos gracias a las desregulaciones, y mientras no haya una intervención que lo impida, se pueden vender. Pero no es tan fácil, podés irrumpir en el mercado por unos meses, pero después te das cuenta que la rentabilidad no era la que pensabas.

Afuera algo parece barato, pero los costos acá son otros. Pasa con el puerta a puerta: comprás una cadenita y llega, pero si traés cinco cambia todo.

¿Cómo se relaciona el rol del despachante con el transporte y la logística?

La relación es directa. Todo empieza con una compra o venta. Después viene la logística internacional, donde toda la documentación tiene que estar perfecta. Y después el transporte nacional desde el puerto. Pero no es fácil.

Las terminales no tienen contacto humano: todo es por sistema, por chat. Me ha pasado que te contestan horas después de que tenías que cargar. Si se rompe el camión antes de entrar a la terminal y ya hiciste la salida anticipada, es muy difícil anular todo.

¿Qué valorás a la hora de elegir un transporte?

La responsabilidad. Hay mucha demanda y no alcanza la cantidad de transportes. Si todos tienen que salir al mismo horario, misma terminal, no se da abasto. Entonces necesitás que el transporte sea puntual, que esté donde tiene que estar, que no se sobrepase con los precios y que no sea problemático.

Ya tenemos suficientes complicaciones y si el transporte te suma más problemas, no sirve. Al final, todos somos un mismo equipo de trabajo, y si hay alguien que desentona, complica todo.

Lo personal es lo más importante en todas las patas de este trabajo. Siempre tratamos con personas, no con inteligencia artificial. Y hay que ser consciente de eso.

Podés tener días buenos o malos, pero son las mismas personas con las que tratás todos los días. El trato tiene que ser con respeto. A mí me enseñó mi abuelo que nunca hay que pelearse con nadie porque el mundo es un pañuelo, y te volvés a cruzar.

Siempre que alguien está mal, yo digo “mal día hoy”, y se terminan riendo. No le das lugar a la pelea. La pelea viene si dos quieren pelear. Acá vamos siempre con buena onda, porque de eso vivimos y eso es lo que lo hace sostenible.