
La logística de última milla —el tramo final que conecta un centro de distribución con el consumidor— se consolida como uno de los principales desafíos operativos en las ciudades. Representa hasta el 50 % del costo total del proceso de entrega y suele ser el punto más crítico en términos de eficiencia, impacto ambiental y congestión urbana.
En 2025, ante el crecimiento sostenido del comercio electrónico y la presión por acelerar los tiempos de reparto, comienzan a consolidarse soluciones tecnológicas que reconfiguran este eslabón clave de la cadena logística.
Desde cuadriciclos eléctricos adaptados a ciclovías hasta túneles subterráneos dedicados al transporte de paquetes, las innovaciones actuales no solo apuntan a reducir costos y emisiones, sino también a mejorar la experiencia del destinatario. Estas seis propuestas ya se implementan en ciudades piloto y anticipan un nuevo escenario para la logística urbana en los próximos años.
1. Cuadriciclos eléctricos para ciclovías
Son pequeños vehículos de cuatro ruedas diseñados para moverse por ciclovías o calles estrechas. A diferencia de una bicicleta eléctrica convencional, estos modelos permiten transportar hasta 300 kg de carga, cuentan con cabina cubierta y operan con baterías intercambiables. Cuando una se agota, el conductor puede reemplazarla por otra completamente cargada en menos de un minuto, sin tener que regresar al depósito.
Gracias a su tamaño compacto y velocidad controlada, los cuadriciclos permiten evitar el tránsito pesado y acceder a zonas urbanas donde los camiones enfrentan mayores restricciones. También reducen el impacto ambiental del reparto en zonas de alta densidad.
2. Robots que recorren veredas
Pequeños, autónomos y eficientes, los robots de entrega para veredas ya circulan en diversas ciudades bajo proyectos piloto. Se desplazan a velocidad peatonal —entre 5 y 7 km/h—, cuentan con sensores, cámaras y radares que les permiten esquivar peatones, semáforos, obstáculos y escaleras. Llevan paquetes pequeños, como alimentos, medicación o artículos de ecommerce, y son controlados remotamente desde centros de monitoreo.
En algunos modelos, el destinatario recibe una alerta en su celular y puede retirar el paquete directamente desde una compuerta inteligente con código de seguridad. Esta alternativa está pensada para trayectos cortos y entornos urbanos densos, donde ayudan a descomprimir el flujo vehicular, reducir emisiones y minimizar el uso de camionetas.

3. Drones para entregas urgentes
Los drones han dejado de ser prototipos para convertirse en soluciones concretas de reparto. En zonas de difícil acceso o con alta densidad de tránsito, permiten transportar productos livianos —como medicamentos, muestras biológicas o repuestos críticos— en menos de 30 minutos. La mayoría de estos dispositivos tiene despegue y aterrizaje vertical, lo que les permite operar desde techos, estacionamientos o plataformas móviles.
Algunos modelos funcionan en combinación con vehículos terrestres: el dron despega con el paquete, lo entrega en destino y vuelve al vehículo mientras este sigue avanzando. Este sistema híbrido reduce significativamente los tiempos de entrega sin duplicar recursos.
4. Rutas inteligentes basadas en inteligencia artificial
En lugar de depender de rutas fijas, cada vez más operadores utilizan sistemas de inteligencia artificial que analizan tráfico, clima, eventos en la ciudad y comportamiento del consumidor para calcular el mejor recorrido posible en tiempo real. Esto permite reducir kilómetros recorridos, optimizar la capacidad de carga y evitar demoras innecesarias.
Las plataformas predictivas también permiten reagrupar pedidos y ajustar las ventanas de entrega según variables como la hora pico, el clima o la disponibilidad del destinatario.
5. Microcentros logísticos urbanos
La descentralización es otra de las claves de la nueva logística. En lugar de depender de grandes depósitos alejados del área urbana, los microcentros permiten almacenar paquetes más cerca del consumidor final. Esto no solo acorta distancias, sino que también mejora los tiempos de entrega y habilita el uso de soluciones más livianas, como bicicletas eléctricas, robots o cuadriciclos.
En algunos casos, estos centros operan todos los días y cuentan con lockers automáticos para retiro en horarios flexibles. También funcionan como puntos de recolección de devoluciones, lo que agiliza la logística inversa.
6. Túneles subterráneos para transporte de paquetes
Una de las propuestas más disruptivas es la creación de redes subterráneas para trasladar paquetes mediante cápsulas eléctricas. Estos túneles permiten conectar centros logísticos periféricos con nodos urbanos clave sin interferir con el tránsito de superficie.
Este tipo de infraestructura, aunque costosa, ofrece ventajas claras en reducción de emisiones, tiempos de tránsito, seguridad vial y menor uso del espacio público.
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