Planificar, importar y entregar: la logística detrás de los productos promocionales

Juan Ignacio Coppola, jefe de comercio exterior en una empresa importadora de productos de merchandising, destaca el valor de anticiparse y coordinar para cumplir con plazos exigentes

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Juan Ignacio Coppola es jefe
Juan Ignacio Coppola es jefe de comercio exterior en una empresa importadora de productos de merchandising (Foto: Movant Connection)

La logística siempre corre contra el reloj”, asegura Juan. En esta entrevista repasa los desafíos diarios de su trabajo en el sector del merchandising, donde coordinar tiempos, gestionar productos importados y asegurar estándares de calidad exige precisión, adaptación y mirada estratégica.

¿Cómo comenzó tu interés por la logística y qué fue lo que te llevó a seguir en este rubro?

Simplemente empecé la carrera y a medida que fui estudiando me empezó a apasionar cada vez más. Me gusta que haya distintos rubros en los que se puede trabajar.

Aunque los productos cambien, la forma de hacer logística suele ser bastante parecida. Cada uno tiene sus particularidades, pero en esencia, se trabaja de manera similar. También me interesa mucho todo lo relacionado con la Aduana.

Los productos cambian, pero el entorno aduanero y las personas con las que tratás suelen ser siempre las mismas. Es un nicho que, aunque parezca grande, termina siendo chico. Siempre te cruzás con alguien que trabaja en logística o en comercio exterior.

Trabajaste en diferentes industrias. ¿Hubo alguna que te interesó especialmente?

Sí, la que más me gustó fue la de ingeniería civil o de obras públicas. Tenía de todo: importaba repuestos de distintos países, exportaba a Latinoamérica, trabajaba con aduanas de varios países y manejaba distintos tipos de maquinaria, como grúas o acoplados. Lo interesante era que te enfrentabas a múltiples desafíos logísticos al mismo tiempo, trabajando con diferentes países y normativas.

Aunque muchas veces el proveedor ya estaba definido, la tarea era la de coordinar los distintos pasos para que el material llegará en tiempo y forma: desde la organización del envío hasta la gestión aduanera. También estaba la parte de la logística local de cada proyecto, tanto en el país como en otros destinos donde se requería operar, como Brasil o Panamá.

¿Sentís que el desafío constante es lo que te mantiene motivado en este sector?

Sí, siempre estás corriendo contra el reloj. Hoy en día trabajo en merchandising, donde tenés que llegar con el producto justo para la temporada. Si no, ya no sirve.

En ingeniería civil, si no llegabas a tiempo al proyecto, había penalidades. Además, la Aduana argentina siempre fue compleja. Resolver los obstáculos requiere creatividad: lo que te sirvió una semana, puede no servirte para la próxima.

En la industria del merchandising, ¿cómo es el recorrido de un producto desde la importación hasta que llega al cliente?

Hoy en día, el 95% de los productos que usamos en merchandising son importados. El área de desarrollo de producto define qué se compra y con qué calidad. Después, una vez que llega el producto, se le hace el logueo localmente y se entrega al cliente con su marca. Es un proceso bastante completo.

Para Juan, "en merchandising tenés
Para Juan, "en merchandising tenés que llegar con el producto justo para la temporada. Si no, ya no sirve" (Foto: Shutterstock)

¿Cuáles son los principales desafíos logísticos en este rubro?

Se trabaja con empresas muy grandes, que tienen altos estándares de calidad. Algunos productos son frágiles y otros no tanto, pero incluso una mochila que parece resistente puede llegar manchada y hay que devolverla. Eso implica una exportación o una negociación con el proveedor.

También hay productos de vidrio o madera con una vida útil limitada. Cada uno tiene su particularidad y hay que gestionarlo con cuidado.

¿Qué se tiene en cuenta al momento de contratar a un proveedor logístico?

Hacemos inspecciones en origen para asegurarnos de que todo salga con los estándares requeridos. Acá, cuando se realiza el logueo, hay capacitaciones y controles de calidad.

El producto que se entrega representa una experiencia: si llega con un logo mal impreso o está roto, es una mala imagen para la empresa que lo regala. El packaging y el producto tienen que estar impecables.

¿Cómo se planifica el abastecimiento en una industria con un catálogo tan amplio?

Se trabaja con seis a doce meses de anticipación. Por ejemplo, si mandás a fabricar ropa en verano, es para vender en invierno. También hay que tener en cuenta cuestiones como la caducidad de ciertos productos. Las lapiceras, por ejemplo, pueden secarse y hay que reemplazarles los cartuchos. Lo mismo con productos de madera que se pueden deteriorar con el tiempo. La decisión sobre qué acopiar depende más del área de planta.

¿Cómo se define qué productos importar y cuándo?

Eso lo maneja el departamento de desarrollo de producto. Ellos determinan qué productos son viables según la temporada, el costo y si califican como merchandising.

No todo lo que se le puede poner un logo sirve. Tiene que ser funcional y económicamente viable. Se analizan tendencias y también qué está funcionando en otros países.

¿Qué es lo más desafiante hoy en tu día a día?

Mostrar información en tiempo real. Con márgenes tan ajustados, se necesita eficiencia en cada decisión. Comercio exterior es un área clave porque ahí se va mucha plata: fletes, impuestos, imprevistos.

Desde que el producto se fabrica hasta que llega a planta, intervienen muchos actores: Aduana, transporte, inspección, depósitos y demás. El gran desafío es sortear todos esos obstáculos sin perder de vista los costos.

Muchas veces se subestima lo que implica trabajar en comercio exterior. No se ve todo lo que hay detrás: la cantidad de pasos, de controles y de personas involucradas. Traer un producto en tiempo y forma es un proceso complejo, y me parece muy valioso que se visibilicen las historias de quienes trabajamos en esto.