
El Gobierno nacional oficializó el llamado a licitación para los tramos Oriental y Conexión de la Etapa I de la Red Federal de Concesiones (RFC), un paso clave para modernizar la infraestructura vial en el corredor noreste del país. Esta iniciativa, que abarca 741 kilómetros distribuidos entre Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe, promete mejorar la conectividad interprovincial y sentar las bases para una red logística más eficiente, sin aportes del Estado.
El anuncio fue realizado por la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía, a través de la Resolución 29/2025, y contempla la concesión para construcción, explotación, administración y mantenimiento de rutas nacionales estratégicas, entre ellas la RN 12, RN 14, RN 135, A015 y RN 117, así como el Puente Rosario–Victoria (RN 174).
Un corredor clave para el comercio regional
El Tramo Oriental, en particular, atraviesa un eje neurálgico para el transporte de cargas y el flujo exportador argentino. La RN 14, conocida como la “ruta del Mercosur”, cumple un rol central en la vinculación terrestre entre los puertos de Buenos Aires y el norte entrerriano con Brasil y Uruguay. Su modernización y mantenimiento sostenido podrían impactar directamente en los costos logísticos, la seguridad vial y los tiempos de tránsito, beneficios clave para sectores agroindustriales, forestales y manufactureros de la región.
La inclusión del Puente Rosario–Victoria en el Tramo Conexión refuerza esta estrategia, al consolidar un nexo fundamental entre el Litoral y la región centro. Esta infraestructura ya opera como corredor logístico y productivo que articula la salida de productos del norte argentino hacia los puertos del Gran Rosario, en un contexto donde la competitividad logística se vuelve cada vez más decisiva para los mercados de exportación.
Fin del subsidio estatal: apuesta a la inversión privada
Uno de los puntos más relevantes del nuevo esquema es el abandono del modelo anterior de concesiones deficitarias, sostenidas mediante subsidios públicos. Según lo informado oficialmente, el sistema propuesto para la RFC no contará con aportes estatales y buscará atraer inversiones privadas para el desarrollo y operación de los corredores. Esto representa un giro estructural en la política vial argentina, que traslada al sector privado la responsabilidad de invertir y sostener la calidad de los servicios, bajo supervisión directa de Vialidad Nacional.
Este modelo, similar al aplicado en varios países europeos y latinoamericanos, plantea desafíos en materia de regulación y control, pero también abre la puerta a una red vial más profesionalizada, con contratos de largo plazo y mantenimiento planificado. La clave, señalan especialistas, será garantizar que los marcos contractuales prioricen estándares de calidad, tarifas razonables y mecanismos transparentes de revisión.

Impacto esperado para el sector logístico
Para la logística argentina, especialmente en la zona del Litoral, esta licitación representa una oportunidad concreta para ganar previsibilidad operativa. La mejora de rutas y el mantenimiento continuo de las trazas podrían reducir significativamente los costos de operación y las ineficiencias generadas por el mal estado de la infraestructura. En términos regionales, la RFC se perfila como un paso inicial hacia una red más integrada y moderna, que acompañe el crecimiento del comercio exterior y las cadenas productivas.
Además, la transparencia del proceso –con información pública disponible en el sitio web de Vialidad Nacional y la plataforma ComprAr– podría estimular la participación de actores diversos, tanto nacionales como internacionales, interesados en desarrollar negocios de largo plazo en infraestructura vial.
Una visión a largo plazo
La licitación de estos 741 kilómetros es apenas el inicio. El plan maestro de la Red Federal de Concesiones contempla una extensión final superior a los 9.000 kilómetros, lo que indica una voluntad de rediseñar el mapa vial argentino con una mirada federal, orientada al desarrollo productivo y logístico. Si bien resta conocer cómo se articularán las siguientes etapas, el inicio formal del proceso marca un hito en la agenda de infraestructura 2025.
Con el avance de este modelo, el sector logístico deberá adaptarse a nuevas condiciones de operación, pero también encontrará oportunidades para planificar rutas más eficientes, reducir demoras y mejorar la competitividad general del transporte de mercancías.
En un contexto de alta exigencia global y regional, Argentina da así un paso clave para alinear su infraestructura vial a los estándares que demanda el comercio internacional
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