Logística argentina en movimiento: el impacto del fin del cepo en el comercio exterior

El nuevo esquema plantea una aceleración tangible en el movimiento de cargas y una reducción de los tiempos ociosos de la mercadería en depósitos fiscales, zonas aduaneras y puertos

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Mediante el nuevo esquema, los
Mediante el nuevo esquema, los importadores podrán abonar sus compras al exterior de forma inmediata tras el ingreso aduanero, reduciendo significativamente los tiempos administrativos que impactaban en la logística (Foto: Shutterstock)

La flexibilización del comercio exterior anunciada por el Gobierno nacional promete un impacto sustancial en la dinámica logística del país. La medida, que acompaña el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la hoja de ruta hacia la liberación del cepo cambiario, permitirá agilizar los plazos de pago para importadores y, en consecuencia, acelerar los tiempos de abastecimiento de mercadería.

Hasta ahora, las importaciones de bienes debían esperar 30 días a partir del registro de ingreso aduanero para realizar los pagos a través del Mercado Libre Único de Cambios (MULC). Desde este viernes, los importadores podrán abonar sus compras al exterior de forma inmediata tras el ingreso aduanero, reduciendo significativamente los tiempos administrativos que impactaban en la logística.

El beneficio se extiende también a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs), que ganan aún mayor agilidad. Estas firmas podrán realizar los pagos directamente desde el despacho del puerto de origen, sin necesidad de esperar a la llegada de la carga a territorio argentino. El cambio resulta clave para muchas pymes que, por las restricciones anteriores, se habían visto forzadas a operar con sobrecostos, acudiendo al tipo de cambio paralelo o perdiendo proveedores internacionales que exigían pagos anticipados.

Los cambios alcanzan, además, a las importaciones de servicios, que podrán abonarse desde el momento mismo de la prestación, y a las operaciones entre empresas vinculadas, que verán reducido a la mitad el plazo de espera para el pago: de 180 días a solo 90. En el caso de los bienes de capital, esenciales para el desarrollo de proyectos industriales, la flexibilización permitirá realizar un 30% de anticipo, un 50% al despacho en el puerto de origen, y el restante 20% al registro de ingreso aduanero.

Flujo financiero y de mercaderías alineados

Desde la mirada logística, este nuevo esquema plantea una aceleración tangible en el movimiento de cargas y una reducción de los tiempos ociosos de la mercadería en depósitos fiscales, zonas aduaneras y puertos. Al permitir que los flujos financieros acompañen de manera más directa al movimiento físico de las mercancías, se acortan los ciclos de importación y mejora la previsibilidad para toda la cadena de suministro.

La noticia llega en un momento en que las importaciones ya habían comenzado a repuntar. Según los últimos datos de la balanza comercial, en febrero se registraron compras al exterior por USD 5.864 millones, un crecimiento interanual del 42,3%, impulsado principalmente por un aumento del 55,4% en las cantidades importadas. Si bien los precios promedio bajaron un 8,5%, el volumen creciente anticipa una mayor exigencia para la infraestructura logística nacional.

Los operadores logísticos deberán adaptar
Los operadores logísticos deberán adaptar sus capacidades para absorber un flujo creciente de mercaderías, que demandará mayor agilidad en todos los modos de transporte (Imagen: Shutterstock)

Capacidad de reacción logística

Esta recuperación de la actividad importadora, respaldada por la eliminación de impuestos como el PAIS y la reducción de aranceles para múltiples posiciones arancelarias, abre un escenario de oportunidades, pero también de desafíos. Los operadores logísticos deberán adaptar sus capacidades para absorber un flujo creciente de mercaderías, que demandará mayor agilidad en el transporte terrestre, marítimo y aéreo, así como eficiencia en la gestión de inventarios.

Desde el Gobierno, destacan que la eliminación de la “restricción cruzada” también contribuirá a normalizar el acceso de las empresas al MULC, liberando las trabas que durante 2023 complicaron severamente el comercio exterior. Esta medida permitirá que muchas firmas que habían migrado al mercado paralelo puedan volver a operar dentro del circuito formal, mejorando la transparencia de las operaciones y reduciendo costos cambiarios.

De cara a los próximos meses, se espera que el sector logístico se vea obligado a reorganizar procesos, renegociar tiempos de entrega con proveedores y anticipar inversiones en infraestructura para acompañar la aceleración del comercio exterior. El desafío será capitalizar la oportunidad sin caer en cuellos de botella que no permitan sostener la recuperación desde las capacidades logísticas.