
La actualidad del sector nos muestra que, a través de alianzas, fusiones y compras, los grandes actores son cada vez más fuertes y buscan integrar a todos los eslabones de las cadenas de suministro.
Esta tendencia comienza a transformar la dinámica y es a partir de esto que surgen los interrogantes acerca de cómo impacta en todo el ecosistema.
Un relevamiento rápido de la dinámica actual del comercio exterior nos muestra, según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que aproximadamente la mitad del comercio internacional es entre “gigantes”, es decir, entre grandes firmas.
Gemini, Premier Alliance y Ocean Alliance, las tres alianzas marítimas acordadas para iniciar en 2025, suman en conjunto más del 80% de la flota mundial de teus por lo que, literalmente, el año próximo afianzarán su dominio de los flujos del comercio mundial.
Por su parte, el operador logístico DSV oficializó recientemente la adquisición de DB Schenker para liderar el negocio transitario en el mundo, con lo que se ubicará primero en el ranking global por sobre Kuehne Nagel y DHL Logistics, segunda y tercera clasificadas.
Demasiado altos para escuchar
En una actividad que, como su nombre lo indica, se desarrolla en “cadenas logísticas”, las características del vínculo que une a los diversos eslabones es clave.
La experiencia indica que las mejores asociaciones suelen darse cuando el poder de negociación está equilibrado, donde ninguna parte pueda “comerse” a la otra, arbitrariamente.
Es claro que, a más altura para verte más difícil encontrarte, y esto también aplica al revés. Es por esto que la cercanía nunca pierde impacto y el vínculo entre las personas siempre es la estrella.

Un mundo con lugar para todos
Si bien la expansión de los grandes es natural, las pequeñas y medianas compañías pueden sumar a su core de negocio cada vez más soluciones para el sector.
Nuevas alternativas para ofrecerles a sus clientes el mismo valor que los grandes jugadores, incorporando atención personalizada, consultoría en planificación de las operaciones y asociaciones entre empresas especialistas, para garantizar igual o mayor nivel de competitividad que quienes dominan el transporte internacional.
Claramente, en este sector no hay una relación lineal entre el tamaño y la calidad de servicio, dado que las pymes pueden ser también grandes en este sentido, sumando, además, la capacidad de adaptación a contextos cambiantes que sus ágiles estructuras pueden ofrecer.
En tiempos donde la automatización, el avance de la digitalización y la inteligencia artificial están en el centro del debate en el mundo laboral, las distintas organizaciones se enfrentan, no solo a este cambio de paradigma, sino también al riesgo de perder poder de negociación frente a grupos económicos que pueden generar relaciones desiguales entre los distintos actores de la cadena de suministro.
Seguir potenciando los vínculos, que aún marcan la diferencia en una relación comercial, puede lograrse cuando los profesionales comprometidos con brindar valor, tienen la posibilidad de profundizar en lo que realmente es importante para garantizar servicios de excelencia, aquellos que marcan la diferencia y que no abandonan el arte en sus interacciones.
Lecciones del pasado mirando hacia el futuro
Hace exactamente un siglo, Henry Ford se encontraba en pleno proceso de adquisiciones para tener el “control total de su cadena de suministro”, con el fin en reducir costos, mejorar la eficiencia y evitar depender de proveedores externos.
Con este objetivo, su compañía ya no solo fabricaba automóviles, sino que también compró y gestionó, fábricas de acero, plantaciones de caucho para los neumáticos, minas de hierro, aserraderos, ferrocarriles y barcos para el transporte de materias primas.
Sin embargo, la falta de flexibilidad ante cambios en el mercado y la aparición de proveedores que podían innovar en sus respectivos nichos, gracias a su especialización y foco en sus propias propuestas de valor, llevaron al histórico emprendedor y empresario a, finalmente, cambiar su estrategia.
En el sector logístico internacional, tanto las grandes empresas como las pequeñas y medianas seguirán siendo fundamentales para el equilibrio y la eficiencia del mercado.
En un mundo donde, según la ONU, para 2030 se necesitarán 600 millones de nuevos empleos y en el que las pymes ocupan entre el 60 y el 70% de la fuerza laboral, la diversidad y la combinación de actores serán clave para afrontar los desafíos actuales y futuros, no ya solo de las cadenas de suministro, sino de las sociedades en general.
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