
La polémica volvió a rodear a la clavadista mexicana Paola Espinosa, luego de que la ex deportista hiciera pública una serie de acusaciones en contra de su expareja, el también atleta olímpico y actual legislador, Rommel Pacheco.
Según relató, el excompetidor habría intentado arrebatarle una propiedad ubicada en Mérida, Yucatán, mediante presiones constantes y negociaciones que, asegura, resultaban claramente desfavorables para ella.
De acuerdo con la versión de Espinosa, Pacheco le habría propuesto entregarle una cantidad cercana a los 600 mil pesos para quedarse con la totalidad de una casa situada en la capital yucateca. A cambio, ella debía renunciar a su parte correspondiente en otras dos propiedades adquiridas durante la relación, en las que ambos figuraban como copropietarios. La clavadista sostuvo que, más allá de los montos, vivió un ambiente de hostigamiento continuo, pues —según afirma— su expareja recurría a advertencias legales para presionarla.

Entre las amenazas que menciona se encuentra la intención de iniciar un proceso por concubinato, lo que, de acuerdo con la deportista, implicaba dejarla en una posición vulnerable que la obligaría a asumir responsabilidades económicas hacia él. Espinosa asegura que dicha amenaza fue usada repetidamente para mantenerla bajo tensión.
Uno de los puntos centrales de su denuncia es la información del Registro Público de la Propiedad, donde aparece Pacheco como titular de la vivienda en disputa. La atleta sostiene que esa inscripción no coincide con la realidad patrimonial, pues defiende que su inversión económica fue mayor y que su expareja habría construido buena parte de su capital gracias a aportaciones hechas por ella, algo que —dice— sucedió también en otras propiedades que compartieron.

Las declaraciones reviven conflictos previos entre ambos. Años atrás, salió a la luz una versión según la cual Espinosa habría sido presionada por su entonces entrenadora para mantener una relación sentimental con Pacheco con el argumento de que él atravesaba una etapa delicada en lo emocional. Ese episodio, que generó amplia controversia en su momento, ha sido retomado por la clavadista al señalar que su expareja “carece de sensibilidad” y que su conducta habría estado motivada principalmente por intereses económicos.
En su mensaje, Espinosa también cuestionó el papel de Pacheco dentro de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), afirmando que su comportamiento ha respondido más a beneficios personales que a un servicio real hacia el deporte mexicano. Lo describió como alguien que “terminó su carrera deportiva con múltiples conflictos”, lo que —asegura— se ha reflejado en su actuar público.
Hasta el momento, Rommel Pacheco no ha emitido una respuesta formal sobre las acusaciones, mientras que la denuncia de Espinosa continúa generando reacciones dentro y fuera del ámbito deportivo.
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