Ella es Flor Blanca, hija de Moctezuma que pronto se sumará al Paseo de las Heroínas en Reforma

La vida de Tecuichpo Ixcaxochitzin, figura fundamental del México prehispánico y colonial, cobra una nueva dimensión al anunciarse su próxima incorporación al Paseo de las Heroínas de la avenida Paseo de la Reforma en la Ciudad de México.

Este reconocimiento público busca visibilizar a mujeres indígenas que marcaron la historia nacional, bajo una perspectiva más justa y plural, tal y como ha señalado la presidenta Claudia Sheinbaum el pasado 29 de noviembre.

Raíces nobles y mundo mexica

Hija mayor de Moctezuma Xocoyotzin, el último Huey Tlatoani mexica, Tecuichpo nació dentro de la nobleza de Tenochtitlan. La Subsecretaria de Educación Básica, Angélica Noemí Juárez Pérez, subraya que era “flor blanca, flor del señor Moctezuma”, destacando su linaje y educación como “cihuapilli mexica que nació en las castas principales de Tenochtitlan”.

Su infancia transcurrió en un ambiente de poder y tradición. En 1519, con solo diez años, vivió la llegada de los españoles al corazón mexica, un punto de inflexión para su vida y el destino del imperio.

Tecuichpo ante la conquista: alianzas y supervivencia

El choque violento de culturas cambió la vida de Tecuichpo. A la muerte de su padre durante la ocupación española, fue tomada como rehén por Hernán Cortés. Sin embargo, tras la “Noche Triste” y el breve triunfo mexica en junio de 1520, Tecuichpo regresó a resguardo de su gente.

Durante el sitio y caída definitiva de Tenochtitlan, su destino se definió a través de alianzas matrimoniales:

• Contrajo matrimonio con Cuitláhuac, quien murió víctima de viruela en 1520.
• Posteriormente, fue desposada por Cuauhtémoc, último Tlatoani, permaneciendo a su lado hasta su ejecución en 1525.

Estas uniones reforzaron su papel dentro de las estructuras de poder, aún en un contexto de violencia y cambio.

Adaptación, legado y emancipación indígena

Terminada la resistencia, Tecuichpo quedó bajo dominio de los vencedores. Cortés dispuso su bautismo en 1526, otorgándole el nombre Isabel Moctezuma en honor a la reina de Castilla. Así, “recibió la encomienda de Tacuba, la más grande del valle de México, la cual incluía alrededor de 1 mil 240 casas y varios indígenas a su disposición”, según relató Juárez Pérez.

Su vida bajo dominio español incluyó:

• Tres matrimonios con españoles; los dos primeros maridos fallecieron.
• Con el tercero, Juan Cano, tuvo cinco hijos y compartió vida hasta 1550.
• Tuvo una hija fuera del matrimonio, probablemente con Hernán Cortés.

El aspecto más sobresaliente de su legado se encuentra en su testamento escrito poco antes de morir. Allí dispuso:

“Quiero y mando y es mi voluntad que todos los esclavos, indios e indias naturales de esta tierra, que el dicho Juan Cano mi marido y yo, tenemos por nuestros propios, por la parte que a mí me toca sean libres de servicios y servidumbres y cautiverios, y como personas libres hagan de sí a su voluntad porque yo no los tengo por esclavos, y en caso de que lo sean, quiero y mando que sean libres”.

La Subsecretaria aseguró que “al final de su vida, consciente de las injusticias a las que eran sometidos los pueblos indígenas, concedió la emancipación, tal vez uno de los primeros casos de emancipación como pudimos escuchar”.

El Gobierno de México, desde el programa del Año de la Mujer Indígena 2025, ha iniciado el rescate de mujeres como Tecuichpo. Claudia Sheinbaum resaltó la urgencia de “reivindicar a las mujeres indígenas”, así como la conexión entre las lenguas originarias y sus transmisoras.

Ella, junto con mujeres indígenas como Malintzin y La Reina Roja estrán en el Paseo de las Heroínas, ubicado en el Paseo de la Reforma de la CDMX.