El impactante testimonio del científico mexicano que sobrevivió a un ataque de tiburón: “Sentí la presión de la mordida”

La mordida del tiburón dejó profundas heridas en el rostro y cabeza del biólogo marino Mauricio Hoyos

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La mordida del tiburón dejó
La mordida del tiburón dejó profundas heridas en el rostro y cabeza de Mauricio Hoyos, además de cortar su cable de oxígeno y romper su careta. Crédito: IG(@amauka)

Mauricio Hoyos Padilla, biólogo marino mexicano, fue atacado por un tiburón galápagos de más de tres metros, el mientras buceaba en la isla del Coco en Costa Rica—como parte de la expedición Coalición One Ocean Worldwide—ha reforzado su respeto y fascinación por estos animales, lejos de infundirle miedo.

Hoyos narró para la BBC Mundo cómo vivió el incidente, durante sus declaraciones señaló que la mordida que recibió fue un “comportamiento normal de un animal que se sintió amenazado y vio la necesidad de defenderse”, asimismo, el científico especuló que la hembra podría haber estado embarazada, lo que habría incrementado su instinto de protección.

El ataque se produjo cuando Hoyos, con más de treinta años de experiencia estudiando tiburones, descendió a cuarenta metros de profundidad en busca de una hembra de tiburón galápagos que había sido avistada en una “estación de limpieza”, un lugar donde pequeños peces eliminan parásitos de los grandes depredadores.

Una mordida de tiburón, ¿cómo fue?

Al intentar colocarle una marca acústica para su seguimiento, el animal reaccionó de forma inesperada. “Bajé la cabeza y lo que siento es que la mandíbula inferior se me entierra en la mejilla y la parte superior en la cabeza. Ahí estuve, yo me imagino que un segundo, no más, dentro de su boca y simplemente la volvió a abrir”, describió Hoyos a BBC Mundo.

La mordida, que dejó profundas heridas en su rostro y cabeza, también cortó su cable de oxígeno y rompió su careta, sumiéndolo en una situación crítica a cuarenta metros de profundidad.

“Cuando me di cuenta que de la manguera no estaba saliendo aire, agarré una que tenemos que llamamos octopus, que es la que usamos para darle aire a otro si alguien lo necesita”, explicó. Sin embargo, el regulador falló y debió improvisar para respirar, ascendiendo a la superficie guiado solo por la luz, con la visibilidad reducida por la sangre y el agua. “Empecé a nadar hacia arriba, muy coordinado, porque quería evitar movimientos erráticos que fueran a atraer al tiburón”, relató.

Al llegar a la superficie, un joven lo ayudó a subir al bote y el capitán alertó a los guardaparques.

Al salir a la superficie, fue asistido por un joven que lo subió al bote, y el capitán dio aviso a los guardaparques. Resultado de la embestida del tiburón, sufrió un extenso moretón en la mandíbula y llegó a pensar que estaba fracturada.

Tras ataque, ¿Cómo está Mauricio Hoyos?

Las consecuencias físicas del ataque incluyeron profundas heridas en el rostro y cabeza, el corte del cable de oxígeno y la ruptura de la careta, lo que dejó a Hoyos en una situación crítica a cuarenta metros de profundidad.

Hoyos informó sobre una recuperación rápida tras el ataque registrado el 27 de septiembre. Relató que tras un viaje de 34 horas, se le practicó un lavado quirúrgico y dos días después ya se evaluaba la posibilidad de una reconstrucción facial.

A diferencia de un caso previo en 2017 en la misma zona, donde la víctima debió permanecer casi un mes en una cámara hiperbárica, la recuperación de Hoyos no presentó complicaciones ni infecciones, permitiéndole recibir el alta médica en menos de dos meses. Los médicos manifestaron su sorpresa por la favorable evolución, dada la gravedad y la localización de las heridas, próximas al cerebro.

Actualmente, Mauricio Hoyos Padilla lleva la cicatriz en su mejilla, a la que llama “branquias”, como símbolo de sobrevivencia y compromiso con la conservación de los tiburones. Lejos de apartarse del estudio de estos animales, el biólogo ya tiene programada una nueva expedición a la Isla del Coco en enero de 2026.