Lupillo Rivera revela que pidió ayuda al narco cuando murió su hermana Jenni

El cantante confesó que en un principio pensó que la “Diva de la banda” había sido secuestrada

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Lupillo Rivera confiesa que habló
Lupillo Rivera confiesa que habló con narcos antes de enterarse que Jenni Rivera estaba muerta (Foto: Infobae México/ Jovani Pérez)

A casi 13 años de la muerte de Jenni Rivera en un accidente aéreo, su hermano Lupillo Rivera confesó que recurrió a líderes del narcotráfico para intentar localizarla cuando se desconocía su paradero.

En una entrevista con el periodista Gustavo Adolfo Infante, en donde habló de su más reciente libro autobiográfico Tragos amargos, el músico contó la incertidumbre que vivió durante las primeras horas tras el siniestro, que lo llevó a tomar la decisión de buscar apoyo incluso en el mundo del narco.

El intérprete narró cómo él asumió un papel central en su familia para contactar a autoridades, buscar información y, al mismo tiempo, proteger a sus padres del impacto mediático.

Contó que la noche del accidente de su hermana, la llama “Diva de la banda”, se encontraba con sus músicos tras un concierto, cuando su entonces esposa le advirtió que algo había ocurrido con la aeronave que la transportaba.

El cantante habló de la
El cantante habló de la muerte de su hermana Jenni. (Redes sociales)

Rivera admitió que el ambiente de incredulidad se intensificó cuando la cuenta de Twitter de Jenni fue hackeada y comenzaron a circular mensajes que sugerían que seguía viva y herida cerca de un arroyo. Ante esta situación, Lupillo Rivera organizó equipos de búsqueda para ayudar a localizar a su hermana.

Contactó al narco

Sobre el contacto con el crimen organizado, Rivera señaló que, en un inicio, ante la falta de información oficial y el temor de un secuestro, recurrió a líderes de diferentes cárteles en México.

El cantante pensó que Jenni
El cantante pensó que Jenni había sido secuestrada. EFE/ Paul Buck

Dije quiero saber si la tienen, quiero saber si tienen a mi hermana porque había un avión abandonado en Culiacán, ‘si tienen a mi hermana échame la mano y cambiamos el lugar, yo voy por ella y me quedo yo’”, narró.

Señaló que cada jefe de plaza con quien habló negó tener información sobre Jenni, pero le dieron el teléfono de otros líderes, activando así una cadena de colaboración inusual:

“Tuve que platicar, hablar las cosas como eran (…), impresionante porque cuando tienes pleito con alguien no te esperas esa atención y las atenciones que me brindaron nunca las olvidé. Son de mucho respeto, es gente admirable porque sí se toma mucho valor el ‘voy a hacer a un lado mis sentimientos para ayudar a esta persona’ y son cosas que siempre he admirado”.

Lupillo relató la dificultad emocional de ser el encargado de informar a su padre y madre sobre el fallecimiento: “Me era muy difícil mirar la cara a mi padre y decirle, falleció su hija”. Explicó que las autoridades le solicitaron manejar con discreción la información y coordinarse exclusivamente con él para la identificación del cuerpo y otros trámites.

En el diálogo con Gustavo Adolfo Infante también detalló cómo gestionaron con televisoras la difusión de la noticia para tratar de proteger a su madre del impacto de ver las imágenes en los medios, aunque reconoció que la competencia mediática hizo que esa protección solo durara unas horas.

Su familia dudó de él

También abordó la desconfianza y las sospechas surgidas en el entorno familiar tras la tragedia. Lupillo Rivera reconoció que fue señalado por algunos miembros de la familia como posible responsable de lo ocurrido, lo que agravó el duelo: “¿Cómo voy a desearle la muerte a cualquiera de mis hermanos o a mi padre o a mi madre?”.

Zona donde cayó el avión.
Zona donde cayó el avión. (Captura de pantalla/ YouTube: Los Primos Urbex)

Entre los elementos que llevaron a Lupillo Rivera a desconfiar de la versión oficial del accidente, mencionó la existencia de una grabación entre la torre de control del aeropuerto de Monterrey y el piloto del avión de Jenni Rivera, en la que se insistía de manera enfática en que la aeronave debía despegar de inmediato: “Ese avión va a despegar, tiene que despegar ya. Recuerdo que me dijeron, ‘una vez nada más la vas a escuchar’ y la cortaron”.

Lupillo no señaló culpables ni formuló ninguna acusación directa, pero expresó que este tipo de detalles alimentaron su sospecha de que la muerte pudo no haber sido un simple accidente.

Narró que tras hablar con el dueño del terreno donde se localizó la aeronave pudo saber que, en la madrugada del accidente, el cielo se iluminó de rojo, seguido por un fuerte silbido y el posterior impacto.

Observó además, durante una visita al lugar, que el cráter generado era pequeño comparado con lo que cabría esperar en un siniestro de ese tipo, lo que le reforzó la sospecha de circunstancias anómalas en el accidente.

Cómo murió Jenni Rivera

La madrugada del 9 de diciembre de 2012, Jenni Rivera abordó un Learjet 25 matrícula N345MC en el aeropuerto del norte de Monterrey. Eran las 3:15 de la mañana y acababa de ofrecer un concierto multitudinario en la Arena Monterrey, donde había cantado ante más de 15 mil personas. En el escenario, se había mostrado emotiva, hablaba de nuevos comienzos y del cierre de etapas. Nadie imaginó que sería su última presentación.

Junto a ella viajaban seis personas: su abogado Mario Macías, su publicista Arturo Rivera, su maquillista Jacob Llenares, su estilista Jorge Sánchez, el piloto Miguel Pérez Soto, de 78 años, y el copiloto Alejandro Torres Álvarez, de 20.

Así luce actualmente el lugar
Así luce actualmente el lugar donde ocurrió el accidente en Iturbe. (Infobae)

El plan de vuelo marcaba destino al Aeropuerto de Toluca, desde donde Jenni se dirigiría a la Ciudad de México para participar en el programa “La Voz... México”, donde fungía como coach.

Apenas 10 minutos después del despegue, el radar del Servicio a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM) perdió contacto con la aeronave. Eran las 3:30 a.m.. No hubo llamada de auxilio ni señal de emergencia.

Horas más tarde, mientras familiares y medios comenzaban a reportar la desaparición del jet, un operativo de búsqueda localizó los restos de la aeronave en una zona montañosa conocida como El Tejocote, en el municipio de Iturbide, Nuevo León, a unos 100 kilómetros de Monterrey. El impacto había sido tan violento que el avión quedó totalmente destruido y los restos de los ocupantes irreconocibles.

El informe oficial de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) indicó que la aeronave perdió el control en pleno vuelo, cayendo desde más de 8 mil pies de altura. Las causas no pudieron establecerse con exactitud, pero se apuntaron varios factores: el avanzado estado de la aeronave (fabricada en 1969), el desgaste estructural, y la edad del piloto, quien excedía los límites recomendados para vuelos comerciales. También se mencionaron deficiencias en el mantenimiento y antecedentes de irregularidades en la empresa propietaria, Starwood Management LLC, con sede en Estados Unidos.

La muerte de Jenni Rivera, de 43 años, conmocionó al público en ambos lados de la frontera. Nacida en Long Beach, California, e hija de migrantes mexicanos, Jenni se había convertido en una de las voces más poderosas del regional mexicano y en símbolo de resiliencia femenina en una industria dominada por hombres.

Durante los días siguientes, miles de seguidores acudieron a rendirle homenaje en Los Ángeles, Monterrey y Mazatlán. Su cuerpo fue repatriado a Estados Unidos, donde fue sepultada en el cementerio All Souls, en Long Beach.