Rosalía se rinde ante el sabor de icónicos dulces mexicanos durante su paso por CDMX

La cantante española Rosalía continúa disfrutando de su estancia en México y, fiel a su curiosidad por la cultura local, ahora se aventuró a probar los icónicos dulces mexicanos.

El pasado 30 de octubre, la intérprete de Motomami compartió en sus historias de Instagram una imagen en la que se ven sus labios junto a dos clásicos: un pulparindo y una rockaleta, demostrando que su conexión con el país va más allá de la música.

Aunque la artista no acompañó la imagen con texto, los fans no tardaron en identificar los dulces y celebrar el gesto. En redes sociales, miles de usuarios aplaudieron que Rosalía se haya sumado a probar los sabores típicos que marcan la infancia de generaciones de mexicanos.

El momento llega justo en medio de su visita promocional por el país, donde la artista ha mostrado su entusiasmo por cada experiencia local: desde la comida tradicional hasta el contacto con sus seguidores.

La cantante se encuentra en la Ciudad de México para promocionar su próximo lanzamiento musical, LUX, un proyecto que, según explicó, está inspirado “en mujeres santas, en el misticismo femenino, en santas de alrededor del mundo”.

Durante su estancia, Rosalía visitó el famoso restaurante Casa Toño, acompañada del grupo Latin Mafia, donde degustó varios platillos típicos. En una transmisión en vivo, la artista compartió su sorpresa al probar por primera vez el pozole.

“Primera vez que como pozole, chicos. Huele bien. Pica, es traicionero, pica, pero está muy bueno. Me gusta, me sorprende que tenga lechuga, está muy bueno, me ha gustado, me ha encantado”, dijo entusiasmada.

También confesó que las flautas y las enfrijoladas fueron de sus favoritas, junto con el agua de horchata. Su reacción se volvió viral en redes, donde muchos usuarios destacaron su sencillez y la manera en que ha disfrutado cada rincón de México.

Entre la comida, los dulces y la cercanía con sus fans, Rosalía sigue demostrando que su visita al país no solo es profesional, sino también una verdadera inmersión cultural en la experiencia mexicana.