Lola Cortés cumple 55 años en “La Granja VIP” y rompe en llanto al recibir una fiesta entre animales, peleas y gritos

La madrugada en La Granja VIP olía a heno, a tierra húmeda y a celebración. En medio del aislamiento rural donde los famosos cambian los reflectores por lámparas de queroseno, Lola Cortés sopló las velas de su cumpleaños número 55 rodeada de compañeros que, por un instante, dejaron a un lado las tensiones y el cansancio del reality para rendirle homenaje.

El festejo tomó por sorpresa a la actriz y cantante, quien se mostró visiblemente conmovida al escuchar las voces de todos entonando “Las Mañanitas”. La escena, casi mágica, contrastó con el entorno rudo del encierro: establos por limpiar, animales por cuidar y una rutina que exige disciplina y humildad a cada uno de los participantes.

Todo comenzó con un comentario inesperado de Alfredo Adame. Con una sonrisa entre bromista y sincera, lanzó: “Creemos que te has pasado de trucha con todos”, frase que rompió la tensión del día y marcó el inicio del festejo. Sin previo aviso, el grupo comenzó a cantar y aplaudir, llenando el aire de alegría.

“Despierta, Lola, despierta...”, se escuchó entre risas y aplausos. Alguien gritó desde el fondo “¡Felicidades, Lolita!” y la efusividad se desbordó: abrazos, porras y el clásico “¡Mordida, mordida!”. Fue un momento de pausa en el que la convivencia y el cariño se impusieron sobre la competencia.

Entre los presentes estuvieron Eleazar Gómez, Kike Mayagoitia, Sandra Itzel, Lis Vega, Manola Díez, La Bea y el propio Adame, todos partícipes de un instante que, lejos de la espectacularidad televisiva, se sintió auténtico y humano.

El pastel, en realidad, no era pastel. “¿Qué es esto? Cuéntenme”, exclamó Lola al ver un improvisado platón de hot cakes coronados con una velita. La sorpresa tenía sabor a hogar: crema de avellanas, risas compartidas y la improvisación como aliada.

La artista, conmovida, expresó su gratitud: “Me encanta con todos ustedes, que la mayoría de ustedes son unos grandes cocineros que nos han salvado la vida. Esto es hot cakes, crema de avellanas, está delicioso”, dijo mientras sonreía con ese brillo en los ojos que solo deja la complicidad.

Acostumbrada a los reflectores del teatro musical y los foros de televisión, Lola Cortés vive en La Granja VIP una experiencia diametralmente opuesta. El reality, transmitido las 24 horas del día, exige a las celebridades dejar atrás los lujos y enfrentarse a la vida rural: cuidar borregos, caballos, gallinas y vacas, mantener los establos limpios y convivir sin filtros ni maquillaje.

En medio de esa dinámica ruda, el cumpleaños de Lola se convirtió en una pequeña tregua emocional. Un recordatorio de que, incluso en los formatos más competitivos, la empatía todavía tiene espacio.

El fuego de una sola vela sobre un plato de hot cakes bastó para iluminar una noche distinta dentro del encierro. Sin producción, sin escenografía ni efectos especiales, ese instante se volvió uno de los más memorables del programa.

Lola Cortés, símbolo de carácter fuerte y talento innegable, mostró su lado más vulnerable y agradecido. Entre risas, abrazos y harina, la “reina del teatro musical” celebró algo más que un cumpleaños: la capacidad de adaptarse, de encontrar belleza en la sencillez y de seguir sonriendo incluso entre animales y establos.

Porque en La Granja VIP, donde cada día es una prueba de resistencia, Lola sopló su vela como si fuera una declaración de fuerza: la de mantenerse auténtica, aun cuando el escenario sea un corral y no un teatro.