Cómo una “flotilla oscura” de buques tanque ayudó a un cártel mexicano a construir un imperio de tráfico de combustible

El CJNG ha perfeccionado el uso de buques cisterna para traficar combustible hacia México

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El Cártel Jalisco Nueva Generación
El Cártel Jalisco Nueva Generación ha perfeccionado el uso de buques cisterna para traficar combustible hacia México. Empresas petroleras estadounidenses los están ayudando. Secretaria de Marina (SEMAR)/Handout via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY. NO RESALES. NO ARCHIVES. BEST QUALITY AVAILABLE

La tarde del 8 de marzo, un buque petrolero llamado Torm Agnes ingresó al puerto de Ensenada, en la costa del Pacífico mexicano, transportando casi 120 mil barriles de diésel.

Un buque de esas características era una rareza en ese puerto, donde usualmente atracan cruceros, yates de lujo y buques portacontenedores. Ensenada no cuenta con la infraestructura necesaria para descargar hidrocarburos inflamables de manera segura, lo que hace que lo ocurrido más tarde ese día resulte aún más inusual.

Camiones cisterna alineados fueron llegando al muelle para llevarse gran parte de la carga del Torm Agnes. Trabajadores cargaban los vehículos utilizando mangueras conectadas al buque, llenando hasta seis camiones al mismo tiempo. De acuerdo con un testigo y con fotos y videos revisados por Reuters, la operación, aunque arriesgada, se realizó con eficiencia.

“El equipo sabía exactamente qué hacer y eran muy rápidos”, dijo esta persona. “Trabajaron durante la noche”. Según tres fuentes de seguridad mexicanas y otras tres personas conocedoras del operativo, estos movimientos fueron organizados por contrabandistas vinculados a cárteles, como parte de una ola de contrabando de combustible que afecta el mercado mexicano, inundándolo con producto barato proveniente en su mayoría de Estados Unidos y oculto en declaraciones aduaneras bajo otros conceptos.

Un miembro de la Marina
Un miembro de la Marina de México patrulla en una embarcación por el puerto durante un operativo para reforzar la vigilancia, en medio del aumento del tráfico de combustible de México a Estados Unidos, en Ciudad Madero, México, el 28 de mayo de 2025. REUTERS/Daniel Becerril

Los contrabandistas mexicanos no actuaron solos. Una empresa de Houston llamada Ikon Midstream jugó un papel clave en la operación de varios millones de dólares en Ensenada, según halló Reuters. Ikon compró el diésel en Canadá, lo declaró como lubricantes en los papeles y fletó el buque para entregarlo a un cliente que, según autoridades mexicanas, es una fachada de uno de los cárteles más grandes y violentos del país.

Ni Ikon Midstream ni su director ejecutivo, Rhett Kenagy, respondieron a las solicitudes de comentarios. El abogado Joseph O. Slovacek, representante de la empresa y de Kenagy, pidió a Reuters el 18 de octubre por correo que no volvieran a contactar a sus clientes: “¡Nadie hablará con su reportero!”, expresó.

El puerto de Ensenada no respondió a una solicitud de comentarios. Torm, empresa danesa que gestiona una de las mayores flotas de buques tanque del mundo —incluido el Torm Agnes—, afirmó que dejó de hacer negocios con Ikon Midstream pocas semanas después del incidente de Ensenada.

Si bien los narcóticos siguen siendo la mayor fuente de ingresos de los cárteles mexicanos, el contrabando de combustible y robo de petróleo crudo es ya la principal fuente no relacionada con drogas, según el Departamento del Tesoro de EEUU . Estas organizaciones han logrado incrustarse en el sector energético de Norteamérica y dominan la logística para mover productos petroleros por camión, tren y, ahora, buques. Algunos funcionarios estadounidenses llaman a los tanqueros cargados con combustible ilegal “la nueva flota oscura”, término usado para referirse al transporte ilícito de crudo ruso o iraní que busca evadir sanciones.

El contrabando de combustible ha crecido tanto que las importaciones ilegales representan hasta un tercio del mercado mexicano de diésel y gasolina, según cinco fuentes actuales y anteriores del gobierno mexicano. El valor del combustible ilegal que ingresa al país supera los 20,000 millones de dólares anuales, según una persona que ayudó al fisco mexicano a estimar el tamaño de este negocio ilícito.

Las autoridades de ambos lados de la frontera están alarmadas. El gobierno estadounidense ofrece recompensas de hasta 10 millones de dólares por información sobre delitos de combustibles cometidos por cárteles. En México, el contrabando por buque ha generado un escándalo de corrupción que ahora salpica a la Marina —encargada de los puertos y considerada una de las instituciones más confiables del país—. El 7 de septiembre, el jefe de la Marina, Raymundo Morales, anunció una investigación interna y afirmó que “no se tolerará la corrupción bajo ninguna circunstancia”.

Antorchas arden en una refinería
Antorchas arden en una refinería de la empresa estatal mexicana Pemex, en medio del aumento del tráfico de combustible de México a Estados Unidos, en Ciudad Madero, México, el 28 de mayo de 2025. REUTERS/Daniel Becerril

Para investigar el funcionamiento interno del contrabando de combustibles en México, Reuters entrevistó a más de 50 personas con conocimiento del tema, incluidos cinco implicados en tráfico ilícito, autoridades de México y Estados Unidos, ejecutivos activos y retirados del sector petrolero en ambos países, así como operadores energéticos y especialistas en cumplimiento normativo. Muchos de los consultados solicitaron anonimato por temor a represalias.

Reuters publica por primera vez un relato completo del recorrido del Torm Agnes, desde su carga en Canadá hasta su descarga en Ensenada y en otro puerto mexicano del que partió apresuradamente. La información proviene de siete personas involucradas o encargadas de investigar el caso, así como de datos de rastreo de buques, imágenes satelitales, documentos internos de embarque, registros aduaneros y portuarios.

Gracias a estos documentos y testimonios, Reuters reconstruyó con detalles inéditos el funcionamiento del esquema y cómo aprovecha vacíos legales en el complejo sector energético estadounidense, involucrando a grandes petroleras, compañías navieras y organismos gubernamentales.

Según autoridades, entre quienes facilitan estos negocios ilícitos hay empresas estadounidenses, unas sin saberlo y otras con participación activa. El senador estatal de Texas, Juan Hinojosa, afirmó que el estado se ha convertido en terreno fértil para operadores de dudosa reputación. “Los cárteles han infiltrado muchos negocios legítimos en la frontera y más al norte”, apuntó Hinojosa, quien propuso una ley para endurecer la regulación de depósitos de combustibles y sancionar a quienes operan sin licencia. La propuesta está frenada en el Senado de Texas.

El principal incentivo del esquema de contrabando es la evasión fiscal. México aplica el impuesto IEPS a una amplia gama de productos, incluido el diésel y la gasolina importados. El país produce crudo, pero importa combustibles porque sus refinerías no cubren la demanda interna. Los traficantes evaden el IEPS —que puede representar más del 50% del valor de la carga— declarando el combustible como otro producto exento de ese gravamen.

Autoridades de México y EEUU . señalan que los contrabandistas suelen usar empresas fachada, documentos de carga falsos y sobornos a funcionarios portuarios y aduaneros. Además, descargan con rapidez en lugares sin supervisión ni control regulatorio, evitando las terminales marítimas oficiales.

El diésel de contrabando se vende con descuento a miles de estaciones sin licencia, fábricas y minas en México. La gasolina contrabandeada va sobre todo a estaciones de marca blanca. Los cárteles también roban combustible de Pemex y parte de ese producto se coloca en Estados Unidos con la ayuda de importadores deshonestos. Pemex no respondió a solicitudes para comentar sobre las pérdidas derivadas de estos delitos.

Otras compañías, como Shell, también han resentido el impacto. En mayo, la multinacional británica informó la venta de su negocio minorista en México, en parte por la dificultad de competir con el combustible de contrabando, según fuentes de Shell. Dos fuentes familiarizadas con el negocio dijeron que las estaciones compran esta gasolina a un precio entre 5% y 10% debajo del valor de las importaciones legales.

Torm Agnes transportaba diésel cargado en Canadá, indicaron siete fuentes vinculadas al acuerdo. Cuando el buque llegó a Ensenada, según documentos y registros de puerto, la carga había pasado a ser —al menos en papel— un petroquímico para fabricar lubricantes industriales.

Si ese diésel, valorado en unos 12 millones de dólares, hubiera sido declarado ante aduanas mexicanas habría generado cerca de 7 millones de dólares en impuestos, según cálculos de Reuters. El supuesto petroquímico, en cambio, estaba exento de gravamen.

Integrantes de la Marina de
Integrantes de la Marina de México patrullan en una embarcación por el puerto durante un operativo para reforzar la vigilancia, en medio del aumento del tráfico de combustible de México a Estados Unidos, en Ciudad Madero, México, el 28 de mayo de 2025. REUTERS/Daniel Becerril

Torm Agnes fue uno de varios buques que, en los últimos años, transportaron combustible declarado como lubricantes para evadir impuestos y controles aduaneros, según un resumen visto por Reuters de una investigación de fuerzas de seguridad. Dos fuentes confirmaron la autenticidad del documento.

El gobierno mexicano no ha revelado el monto total del IEPS perdido por contrabando, pero una persona que colaboró en el cálculo estimó las pérdidas en casi 4,000 millones de dólares en 2024. El Partido Acción Nacional elevó la cifra a 10,000 millones y lo calificó de “la mayor trama de corrupción en la historia de México”.

Las autoridades fiscales y aduaneras mexicanas no respondieron a solicitudes de comentarios.

La conexión estadounidense

En el centro de la operación estuvo Ikon Midstream, una comercializadora de Houston que compró diésel canadiense y fletó el Torm Agnes para enviarlo a México, según documentos internos y fuentes de la empresa.

Reuters supo que, además del envío a Ensenada, Ikon Midstream realizó al menos cuatro entregas marítimas adicionales de diésel a México este año. Entre el 8 de enero y el 4 de marzo, utilizó otro buque —el Torm Louise— para hacer cuatro viajes desde Texas al puerto de Tampico, en la costa del Golfo. Tanto Torm Agnes como Torm Louise son administrados por la compañía Torm.

Según la empresa, ambos buques transportaron diésel, y Torm Louise trasladó en tres ocasiones también nafta, un hidrocarburo que en México suele emplearse para fabricar gasolina de baja calidad.

No obstante, Ikon Midstream declaró en aduanas mexicanas que los cinco envíos consistían en “aditivos para lubricantes” no sujetos a IEPS, de acuerdo con registros portuarios obtenidos por Reuters vía solicitudes de información.

En las facturas de exportación estadounidenses de dos de los viajes de Torm Louise también se declaró lubricantes, según la compañía de datos marinos Kpler.

Kpler, citando acuerdos de confidencialidad, no pudo compartir los documentos de origen. La agencia aduanal estadounidense (CBP) se negó a entregar los papeles solicitados por Reuters, alegando que solo están disponibles en manifetsos impresos en cada puerto de exportación.

Torm informó por correo que no interviene en los trámites aduaneros de las cargas. Además, indicó que los documentos recibidos de Ikon Midstream describían los productos como “ULSD y/o nafta” (ULSD significa diésel ultra bajo en azufre). No compartió esos documentos con Reuters por motivos contractuales.

“Decidimos no hacer más negocios con Ikon Midstream”, sostuvo Torm en un correo a Reuters. Rompió relaciones a inicios de abril y canceló dos contratos futuros.

Como parte de los intentos de Reuters de obtener comentarios, un reportero visitó la sede de Ikon Midstream en Houston, donde un empleado que solo se identificó como Daniel impidió el ingreso.

Kenagy, como muchos ejecutivos del sector petrolero global, proyecta una imagen de éxito. Este año adquirió una mansión en Houston valorada en más de 6 millones de dólares, según registros locales. En su Instagram aparecen autos deportivos, motocicletas y aviones privados. Kenagy y su esposa aparecieron en un episodio del reality Below Deck Sailing Yacht. De acuerdo con registros de Texas, Kenagy también figura como agente en media docena de empresas ya inactivas.

En México, una compañía de Monterrey llamada Intanza recibió la carga del Torm Agnes, según registros portuarios y una factura revisada por Reuters. Autoridades mexicanas sospechan que Intanza es una fachada del Cártel Jalisco Nueva Generación, según tres fuentes de seguridad y otro documento visto por Reuters. Intanza no tiene sitio web ni presencia en redes sociales. Una carta enviada por Reuters a la dirección en la factura fue devuelta: la empresa no se localiza allí.

El nombre Intanza resurgió tras la retención de otro buque, Challenge Procyon, el 21 de marzo en el puerto de Tampico. Intanza presentó una demanda en un tribunal para liberar esa carga, asegurando que eran lubricantes, pero el juez rechazó la petición. El ministro de Seguridad Omar García Harfuch indicó que en ese buque se hallaron 10 millones de litros de diésel.

El mes pasado, García Harfuch calificó la incautación como “una de las mayores en la historia”, tras anunciar la detención de 14 personas, entre ellos ejecutivos de empresas y autoridades portuarias, investigados por contrabando. El gobierno sólo identificó a los detenidos por su primer nombre, práctica común en México.

La Marina y la Fiscalía indicaron que no comentarían investigaciones en curso y remitieron a comunicados públicos.

Ramiro Rocha, representante legal de Intanza según el registro oficial, niega cualquier relación con la empresa y dice haber sido víctima de robo de identidad.

Una vista aérea muestra a
Una vista aérea muestra a un miembro de la Marina de México trabajando con un perro de rastreo en la búsqueda de contrabando, en medio del aumento del tráfico de combustible de México a Estados Unidos, en Ciudad Madero, México, el 28 de mayo de 2025. REUTERS/Daniel Becerril

Un cártel se hace al mar

Pequeños ladrones llevan décadas sustrayendo gasolina y crudo de Pemex. Con el tiempo, la magnitud y rentabilidad del negocio atrajeron a los cárteles. El Cártel Jalisco Nueva Generación ha llevado el esquema a otro nivel y lidera el contrabando de combustibles, según autoridades de México y EEUU .

Originario de Jalisco, el cártel ha extendido su red al estado norteño de Tamaulipas, en la frontera con Texas. Desde allí, envía crudo robado a EEUU . y trae productos refinados en camión, tren y buque, siendo el único cártel conocido que utiliza buques tanque. Autoridades mexicanas detectaron el uso de tanqueros desde 2020.

El salto de camiones a buques exige sofisticación y capacidad de inversión sin precedentes, sostiene Marisol Ochoa, experta en crimen organizado.

“Se requiere un alto nivel de sofisticación y amplias redes logísticas”, explica.

Desde septiembre de 2024, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Tesoro de EEUU . sancionó a una docena de mexicanos y cerca de 30 empresas supuestamente vinculadas al CJNG y su operación de robo de combustibles. Greg Gatjanis, ex alto funcionario de OFAC, dijo estar sorprendido por la variedad de empresas involucradas, desde gasolineras y transportistas hasta una panadería y una empresa de impresión 3D.

La administración Trump designó en febrero a varios cárteles, incluido CJNG, como organizaciones terroristas extranjeras. Eso permitió asignar más recursos y facilitó que fiscales estadounidenses procesaran a individuos y empresas colaboradoras.

En mayo, un padre e hijo de Utah —James y Maxwell Jensen— fueron acusados de asociación delictiva para lavado de dinero y de proporcionar apoyo material a organización terrorista. Se alega que trabajaron con el CJNG para el contrabando de crudo.

Sus abogados no respondieron o rechazaron comentar.

Oficiales estadounidenses se reunieron este año con refinerías en Houston para advertir sobre la presencia del crimen organizado mexicano en el sector energético y advertir de sanciones a quienes violen regulaciones.

Ello representa “un enorme riesgo de negocio”, según Gatjanis, dada la facilidad con que los cárteles utilizan intermediarios.

En México, el creciente tamaño y sofisticación del contrabando ha dado pie a denuncias sobre la implicación de políticos. En la campaña electoral de 2023, la candidata opositora Xóchitl Gálvez acusó a Morena de recibir fondos de Sergio Carmona, empresario conocido como “El Rey de la Gasolina Ilegal” y presunto traficante vinculado al Cártel del Golfo. Carmona fue asesinado en 2021; no hay detenidos por el crimen. Documentos revisados por Reuters vinculan donaciones de Carmona a campañas, incluyendo la de AMLO en 2018.

Ni López Obrador ni Morena respondieron a solicitudes de comentarios.

La presidenta Claudia Sheinbaum, de Morena, ha hecho del combate al contrabando de combustible una prioridad de seguridad. “No vamos a proteger a nadie”, declaró el 8 de julio al responder preguntas sobre políticos involucrados.

Desde octubre de 2024, las autoridades reportan el decomiso de unos 500,000 barriles de combustible y crudo ilegal, más que lo incautado en todo el sexenio anterior. Aun así, la lucha entraña riesgos.

El 4 de agosto, el fiscal federal de Tamaulipas, Ernesto Vázquez, fue asesinado tras el impacto de una granada en su camioneta. Escapó al ataque, pero fue baleado poco después. La Fiscalía sugirió que el crimen está relacionado con la incautación de más de 1.8 millones de litros de combustible ilegal.

Un miembro de la Marina
Un miembro de la Marina de México patrulla en una embarcación por el puerto durante un operativo para reforzar la vigilancia, en medio del aumento del tráfico de combustible de México a Estados Unidos, en Ciudad Madero, México, el 28 de mayo de 2025. REUTERS/Daniel Becerril

Rastro de evasión fiscal

El comercio de crudo y combustibles implica transferencias complejas de propiedad, intermediarios y documentos, que suelen ser incompletos o bien falsificados, dicen expertos y autoridades. El Torm Agnes cargó en el puerto Vancouver Wharves, Canadá, el 2 de marzo. El buque tomó cerca de 120,000 barriles, según datos confirmados por siete fuentes.

Una factura del 28 de febrero, con logos de Ikon Midstream, establecía que la carga eran lubricantes, no diésel, y que fue vendida a Intanza por 1.3 millones de dólares —solo una décima parte del valor de 120,000 barriles de diésel en ese momento. Un manifiesto de carga revisado por Reuters también consignaba la carga como lubricantes y a Intanza como destinatario.

En los últimos años se han registrado picos erráticos en las importaciones mexicanas de lubricantes, fenómeno que la autoridad tributaria ligó al contrabando.

La demanda mexicana real de aceites base ronda 1 millón de toneladas anuales, indican los datos de ICIS. Sin embargo, las exportaciones oficiales estadounidenses sumaron hasta 3.5 millones de toneladas el año pasado, cifra desproporcionada.

Ikon Midstream declaró exportaciones a México de lubricantes en 149 ocasiones entre octubre de 2019 y mayo de 2025, con 67 envíos vía buque.

Intanza, receptor del cargamento, tiene registros en la autoridad mexicana de empresas con objetivos sociales que van desde la producción de bebidas alcohólicas hasta la investigación científica. La dirección declarada en Monterrey corresponde a un departamento residencial, y no hay señales identificatorias de la empresa.

Rocha, representante legal de Intanza, vive en una colonia popular y es conocido en redes por videos humorísticos. Negó toda relación y sugirió que su identidad pudo haber sido robada.

Una operación fluida, luego la huida

La tarde del 8 de marzo, Torm Agnes arribó a Ensenada. Pronto, la fila de camiones llegaba más allá del muelle, según el testigo. Algunos vehículos llevaban el logo de la empresa Mefra Fletes. Según dos fuentes, Ikon Midstream y Mefra Fletes han colaborado en transferencias similares en varios puertos. El empleado de Ikon identificó en Houston como Daniel declaró haber trabajado antes con Mefra Fletes.

Mefra Fletes, constituida en 2015 en Guadalajara, se enfocaba en el transporte de petrolíferos, según registros. No hay datos de contacto ni web o redes sociales de la empresa ni de su dueño, Roberto Blanco. Reuters no recibió respuesta a una carta y no pudo ubicar a su representante legal.

El Torm Agnes descargó la mayor parte de la carga pero no toda en Ensenada. Luego se dirigió al puerto de Guaymas, donde comenzó a descargar el 20 de marzo directamente a camiones, algunos identificados como Mefra Fletes. Según correos internos, allí sólo logró desembarcar la mitad de lo previsto y partió de manera abrupta al día siguiente. Los trabajadores recogieron el equipo y los camiones se marcharon rápidamente del puerto.

El éxodo causó revuelo local: fotos y videos en redes mostraron tanques de combustible abandonados en estacionamientos y bordes de la carretera.

Fuentes de seguridad sospechan que Torm Agnes salió precipitadamente tras conocerse la incautación de otro buque —Challenge Procyon— ese mismo 21 de marzo en el puerto de Tampico.

Torm no comentó sobre la partida apresurada de Torm Agnes. El puerto de Guaymas tampoco respondió.

El 28 de marzo, autoridades mexicanas informaron la incautación de 50,000 barriles de productos petroleros almacenados en un lote de El Sauzal, al norte de Ensenada, junto con equipo y camiones cisterna. En videos del operativo se vieron vehículos de Mefra Fletes.

Según un informe visto por Reuters, los productos decomisados probablemente provenían del puerto de Ensenada y llegaron por buque. Dos fuentes confirmaron que la operación de Torm Agnes ahí está bajo investigación.

Anuar González, exrepresentante legal de Mefra Fletes, fue detenido en agosto. Se emitió orden de arresto contra Blanco. Ambos están acusados de participar en el comercio ilegal de combustibles. Reuters no pudo confirmar si González tiene abogado. Blanco sigue prófugo.