Hallazgos arqueológicos revelan 1,800 años de historia en Tecamachalco

Excavaciones recientes en el Parque Juárez permitieron descubrir vestigios de aldeas prehispánicas

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Ocho pozos de sondeo han
Ocho pozos de sondeo han permitido identificar contextos de pequeñas aldeas agrícolas bajo el zócalo municipal. FOTO: INAH

Fragmentos de vajillas con más de 1.800 años de antigüedad, restos de antiguas redes hidráulicas y botellas fabricadas en Chicago en los años treinta emergieron del subsuelo del Parque Juárez en Tecamachalco, Puebla, durante recientes excavaciones arqueológicas.

Estos hallazgos, resultado de la arqueología de salvamento realizada en el marco de la remodelación del zócalo municipal, han permitido reconstruir una secuencia histórica que abarca desde los primeros asentamientos agrícolas prehispánicos hasta la vida cotidiana del México independiente y del siglo XX.

La intervención arqueológica, iniciada el 30 de junio de 2025 como parte de un convenio entre el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Ayuntamiento de Tecamachalco 2024-2027, se llevó a cabo bajo la supervisión de la investigadora auxiliar del Centro INAH Puebla, Martha Adriana Sáenz Serdio.

Según explicó la especialista, la importancia de estos trabajos radica en la ausencia previa de estudios arqueológicos sobre la ocupación prehispánica en esta zona urbana, lo que otorga un valor singular a la preservación de los materiales recuperados.

Hasta la fecha, el equipo ha abierto ocho pozos de sondeo y prevé realizar uno adicional, con la expectativa de concluir las labores a mediados de julio.

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La arqueología de salvamento en Tecamachalco reconstruye la historia desde aldeas prehispánicas hasta el México del siglo XX. FOTO: INAH

Sáenz Serdio detalló que Tecamachalco se sitúa en una región poco explorada arqueológicamente, entre el Altiplano Central y Oaxaca. Los contextos prehispánicos identificados bajo el actual zócalo corresponden, por su cronología, a pequeñas aldeas agrícolas que podrían haber sido habitadas por los antecesores de los popolocas históricos.

La investigadora subrayó que “Tecamachalco es un territorio poco estudiado, ubicado entre el Altiplano Central y Oaxaca; los contextos prehispánicos hallados en el zócalo nos hablan de los primeros asentamientos humanos bajo la ciudad actual, que por su temporalidad corresponden a pequeñas aldeas agrícolas, habitadas, posiblemente, por los antecesores de los popolocas históricos”.

En el sector poniente del parque, las arqueólogas independientes Alicia Torres Porras y Leslie Cruz García identificaron un relleno cultural —un depósito de residuos— con abundantes elementos cerámicos asociados a la vida diaria.

Entre estos destacan fragmentos de vajillas cuya antigüedad supera los 1.800 años. Aunque no se localizaron estructuras arquitectónicas, la cantidad y variedad de materiales sugieren que se trataba de desechos domésticos, lo que permite inferir aspectos de la organización y el uso del espacio por parte de los antiguos habitantes.

En la zona sur, cerca de la estatua de sor Juana Inés de la Cruz, se hallaron dos fosas circulares excavadas en el tepetate, rellenadas con ceniza, fragmentos de metate, cerámica, figurillas, navajillas de obsidiana y sonajas esféricas estucadas.

Descubren rellenos culturales con cerámica
Descubren rellenos culturales con cerámica y objetos domésticos que evidencian la vida cotidiana de los antiguos habitantes. FOTO: INAH

El análisis de estos depósitos apunta a que formaban parte de un área doméstica exterior, posiblemente un patio, donde se realizaban tanto actividades utilitarias como rituales. Hallazgos similares han sido documentados en Tehuacán y en el sitio La Laguna, en Tlaxcala.

La investigación también permitió identificar materiales históricos en el límite norte del parque, probablemente vinculados a los “jacalones”, casetas donde se preparaban y vendían alimentos en el siglo XX.

Entre los objetos recuperados sobresalen fragmentos de botellas de refresco fabricadas entre las décadas de 1940 y 1960, así como una botella de mostaza producida en Chicago, Estados Unidos, en los años treinta. Estos elementos ilustran la continuidad del uso del espacio y la superposición de distintas etapas históricas.

Otros descubrimientos relevantes incluyen un caño de piedra de 0,38 por 0,32 metros sobre la avenida Juárez, una red hidráulica construida con tubería de cerámica de 15 centímetros de diámetro que atraviesa el parque de norte a sur, y una escalinata de cantera edificada en el acceso poniente en el siglo XIX, con dos peldaños expuestos de 6 metros de longitud.

La diversidad de materiales recuperados sitúa a Tecamachalco como un enclave donde convergen testimonios de comunidades mesoamericanas y vestigios del México independiente. Todos los objetos hallados se resguardan y estudian en instalaciones adecuadas del Ayuntamiento, y posteriormente serán almacenados para consulta de especialistas en el Centro INAH Puebla.