Dejó a su bebé al cuidado de su amiga y junto con ella terminó vinculada a proceso por la muerte del menor

La investigación reveló que ambas tenían problemas de adicción y no podían cuidar al bebé

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Las autoridades detuvieron a dos
Las autoridades detuvieron a dos personas por el homicidio de un menor de edad. (FGEBC)

Un golpe terminó con la vida de Dayan Alejandro, un bebé de ocho meses, en Tijuana, Baja California y dio inicio a un proceso judicial que involucra a su madre y a la amiga que lo cuidaba.

Ambas mujeres enfrentan cargos graves tras la muerte del menor, ocurrida en circunstancias que han puesto en el centro del debate la protección infantil y la actuación de las autoridades sanitarias y judiciales.

El caso se remontó al 10 de septiembre de 2025, cuando Dayan Alejandro fue trasladado al Hospital General Tijuana por su abuela materna. El menor presentaba signos de Síndrome de Maltrato Infantil.

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 Ambas padecían abuso de
Ambas padecían abuso de sustancias y no contaban con la capacidad para hacerse cargo del menor. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La madre, Dayana N, dejó al bebé bajo el cuidado de su amiga Elizabeth en una cuardería donde ambas residían. La abuela, que vivía en un cuarto contiguo, escuchó un golpe y, minutos después, la cuidadora le entregó al bebé sin explicar lo sucedido antes de marcharse. El menor falleció poco después a consecuencia de ese golpe.

De acuerdo con información de Zeta Tijuana, el 15 de septiembre, agentes del Ministerio Público detuvieron a Dayana N y a Elizabeth, tras obtener las órdenes de aprehensión correspondientes. Un día después, ambas comparecieron ante la autoridad judicial.

A Elizabeth se le imputó el delito de homicidio calificado, mientras que a Dayana se le acusó de homicidio agravado por razón de consanguinidad y comisión por omisión. Durante la audiencia, Dayana optó por reservarse el derecho a declarar, mientras que Elizabeth manifestó su inocencia ante el tribunal.

Tras la presentación de pruebas, el 19 de septiembre ambas fueron vinculadas a proceso y se les impuso la medida cautelar de prisión preventiva, con un plazo de tres meses para la investigación complementaria.

Tanto la madre como la cuidadora eran personas con problemas de adicción y no contaban con la capacidad para hacerse cargo del menor. La abuela materna, aunque presente en la vivienda, no pudo evitar el desenlace y respecto al padre de Dayan Alejandro, las autoridades no disponen de información sobre su identidad.

Síndrome de maltrato infantil

La infancia con este síndrome
La infancia con este síndrome suele tener al menos un daño físicos o psicológico por descuido. (Imagen Ilustrativa Infobae)

De acuerdo con información publicada por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Birrel R. G. y Birrel H. W. definieron el síndrome del niño maltratado como “maltrato físico y privación de alimento, cuidado y afecto, con circunstancias que implican que estos maltratos y privaciones no resultan accidentales”.

El término fue presentado en la sesión clínica en junio de 1966, utilizado para referirse al maltrato de los menores de edad y se modificó por el “Síndrome del Niño Maltratado” (SNM), que es una enfermedad social “como resultado de descuido, negligencia o premeditación”.

Según los registros, la mayoría de las agresiones físicas ocurre en el entorno familiar y, de acuerdo con cifras publicadas por la UNAM, la madre resultó ser la agresora identificada en 58% de las ocasiones, seguida por el padre (25%), padrastros (11%) y otros tutores u adultos (5%).

Además, en la investigación se resaltó que en México, el castigo físico aún predomina como patrón disciplinario. Este hecho incrementa la posibilidad del maltrato cuando se combinan factores como alteraciones de personalidad de los padres, experiencias previas de abuso durante la infancia, aislamiento social, falta de control emocional y una tendencia a la expresión impulsiva de agresiones.

Las principales causas que propician el maltrato hacia menores incluyen medidas disciplinarias (63%), alteraciones de personalidad en adultos (59%), trastornos de conducta (46%), rechazo familiar (34%) y negligencia (34%).

Fontana y Caldstone, citados en el mismo estudio de la UNAM, existen ciertos rasgos comunes entre los adultos abusadores, como la inmadurez emocional, la impulsividad, el antecedente de haber sido rechazados o agredidos durante la infancia y la existencia de rivalidad con el menor por la atención del cónyuge.

Las lesiones derivadas del maltrato pueden abarcar hematomas, hemorragias, hipodesarrollo pondoestatural, traumatismos osteoarticulares e, incluso, abuso sexual. El desglose de casos analizados arroja que, de 52 menores evaluados, 32 habían sido traumatizados, 11 presentaban quemaduras y traumatismos combinados, cinco fueron deprivados y uno fue víctima de violación.