
México enfrenta una crisis de desapariciones donde más de 110 mil personas permanecen en esta situación y apesar de que existen comisiones especiales dedicadas a localizar a las personas afectadas, la tarea supera en número a las autoridades.
Frente a este panorama y con el fin de dar una respuesta colectiva autogestionada a la situación que atraviesa el país, surgen grupos de búsqueda para localizar a sus familiares.
En este contexto, también emerge el Bosque de la Esperanza, que se define como una red de memoriales físicos y virtuales, dispersos y descentralizados, que permiten a las familias ejercer su derecho a la memoria.
El Bosque de la esperanza

Este proyecto nacional, impulsado por colectivos de familiares de víctimas en distintas regiones, se ha consolidado también como un espacio de resistencia, articulando esfuerzos para visibilizar y acompañar la búsqueda de quienes aún no han regresado a casa.
Su funcionamiento se basa en la colaboración directa entre colectivos de búsqueda y comunidades solidarias, quienes gestionan de manera autónoma los espacios y contenidos que conforman el proyecto.
La iniciativa facilita la creación de lugares de conmemoración accesibles y modulares, donde se resguarda la memoria de las personas desaparecidas y se fortalece la resistencia ante la ausencia de verdad, justicia y reparación.
Actualmente, el Bosque de la Esperanza integra a diversas agrupaciones en tres entidades del país. En Baja California participan Siguiendo tus pasos (Ensenada), Madres Unidas y Fuertes (Mexicali) y Una Nación Buscándote (Tijuana).
En Guanajuato, el colectivo Hasta Encontrarte ha adoptado árboles en Irapuato, Pénjamo y Silao. Por su parte, el Colectivo Solecito de Veracruz mantiene un árbol en el Puerto de Veracruz.
Todas estas colectivas están conformadas por personas que buscan a sus seres queridos —a quienes llaman “tesoros”— o que ya los han encontrado, muchas veces sin vida, y que han visto negados sus derechos fundamentales.
Frente a esta realidad, recurren a la memoria como forma de resistencia y como herramienta para exigir la resolución de la crisis de desapariciones.

El origen del Bosque de la Esperanza se remonta al 30 de agosto de 2015, cuando el colectivo FUUNDEC-M tomó el primer Árbol de la Esperanza en Torreón, Coahuila.
Desde entonces, la resignificación de árboles en espacios públicos se ha extendido a otras ciudades como Guanajuato, Veracruz, Baja California, Ciudad de México, Puebla y Sinaloa.
Un hito relevante ocurrió en enero de 2022, cuando Hasta Encontrarte tomó tres Árboles de la Memoria en Guanajuato y propuso interconectarlos en un bosque simbólico.
Ese mismo año, la iniciativa se amplió con la incorporación de colectivos de Baja California y Veracruz, consolidando así el Bosque de la Esperanza como un proyecto nacional.
El memorial se compone de dos dimensiones principales. Por un lado, los Árboles de la Esperanza, instalados en espacios públicos de distintas ciudades, funcionan como puntos de encuentro y conmemoración donde familiares cuelgan listones y mensajes para sus desaparecidos.
Por otra parte, la plataforma digital, co-creada por los propios colectivos y familias, permite compartir memorias en formatos diversos como fotografías, videos y grabaciones de audio.
Esta integración de lo físico y lo virtual busca fortalecer los espacios de duelo, memoria y resistencia, y ofrece la posibilidad de ampliar el alcance del proyecto a nuevas regiones y comunidades.
El derecho a la memoria

El Bosque de la Esperanza tiene como objetivo central facilitar el acceso al derecho a la memoria, protegiendo la autonomía de las colectivas y promoviendo la construcción de espacios de resistencia.
Además, el proyecto aspira a sensibilizar a la sociedad en general, fomentando la empatía y el acompañamiento solidario hacia quienes enfrentan la desaparición de un ser querido.
“El Bosque de la Esperanza es un proyecto colaborativo a largo plazo que busca facilitar el acceso al derecho a la memoria en diversas regiones de México”, afirman sus impulsores, subrayando la importancia de entretejer redes de apoyo y visibilización.
En cuanto a su sostenibilidad, el Bosque de la Esperanza opera sin fines de lucro y recibió hasta abril de 2023 un financiamiento semilla de la organización ELEMENTA DDHH.
El 90% de estos recursos se destinó a la construcción de los componentes digitales y físicos del memorial, el 8% a viáticos y materiales para talleres, y solo el 2% a honorarios. El equipo gestor, conformado por Sergio Beltrán-García (gestión de diseño), VIFT, Aline Wani (gestión de investigación) y Maevia Griffiths (gestión de documentación), continúa en la búsqueda de nuevos apoyos en México y Europa, garantizando la transparencia y la independencia de la iniciativa.
Más allá de la memoria y la resistencia, el Bosque de la Esperanza invita a quienes no han sido directamente afectados por la desaparición a sumarse en procesos de empatía y acompañamiento, contribuyendo así a sostener los esfuerzos de las colectivas en su búsqueda.
Más Noticias
México: cotización de cierre del dólar hoy 22 de septiembre de USD a MXN
Este es el comportamiento de la divisa estadounidense durante los últimos minutos de la jornada

Metro CDMX y Metrobús hoy 22 de septiembre: Línea 1 del MB sin servicio de La Bombilla a Villa Olímpica
Información y actualización del servicio de transporte público en la capital este lunes

Reportan hallazgo de los cuerpos de músicos colombianos B-King y DJ Regio Clown en Edomex
Fueron vistos por última vez en Polanco, CDMX

La Casa de los Famosos México en vivo la tarde de hoy 22 de septiembre: habitantes se preparan para la gran final
Sigue la actualización minuto a minuto del reality show este lunes

Hoy No Circula del martes 23 de septiembre en el Valle de México y de Toluca
Que un vehículo circule o no este martes en la Ciudad de México y el Estado de México depende de su holograma y de la terminación de su placa
