Infancias son protagonistas clave en la lucha contra el desperdicio de comida, según Profeco

La procuraduría destaca la relevancia de involucrar a niñas y niños en la planificación, conservación y reutilización de alimentos

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La preocupación por el desperdicio de alimentos ha llevado a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) a enfocar sus esfuerzos en la educación de los más jóvenes, promoviendo prácticas responsables desde el hogar.

En México, la magnitud del problema se refleja en una cifra alarmante: cada día se desperdician 76.712 toneladas de comida, según datos difundidos por Profeco.

Esta situación responde a hábitos como la compra excesiva, el abandono de alimentos en el plato o la falta de tiempo para preparar lo adquirido.

El 29 de septiembre fue proclamado como el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, con el propósito de sensibilizar a la población sobre la gravedad de desechar productos como frutas, verduras, huevos o cárnicos, y subrayar la necesidad de reducir este fenómeno para avanzar hacia un desarrollo sostenible.

¿Cómo pueden participar las infancias?

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Profeco ha elaborado una serie de recomendaciones dirigidas a niñas y niños, publicadas en la sección Consuminis de la Revista del Consumidor correspondiente al mes en curso.

Entre las sugerencias principales, Profeco destaca la importancia:

  • Planificar un menú semanal en familia. Elaborar una lista de compras en la que los menores participen eligiendo las frutas o verduras que desean consumir durante la semana permite adquirir solo lo indispensable, evitando así el exceso.
  • Servir porciones adecuadas, ajustando la cantidad de comida en el plato a lo que realmente se va a consumir, lo que contribuye a que menos alimentos terminen en la basura.
  • Usar las sobras de manera creativa, Profeco, sugiere enseñar a los niños a transformar los restos de comida en nuevos platillos, lo que ayuda a reducir el desperdicio.
  • Donar o compartir alimentos, a través de aplicaciones o centros especializados, son una alternativa para evitar que los excedentes se pierdan.
  • Realizar compostaje, el aprovechamiento de residuos orgánicos mediante su transformación en abono es otra de las prácticas promovidas.
  • Conservación de los alimentos es otro aspecto fundamental. El uso de recipientes herméticos protege los productos de la humedad y los contaminantes, mientras que etiquetar los envases con la fecha de compra, preparación o almacenamiento facilita la organización y el consumo oportuno.

Las recomendaciones emitidas por Profeco no solo buscan reducir el desperdicio de alimentos, sino que están alineadas con el marco legal que protege a niñas, niños y adolescentes en México.

Tanto el derecho a un medio ambiente saludable como la educación ambiental se encuentran respaldados en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, garantizando así que cada acción en casa puede contribuir al desarrollo integral y sustentable de las nuevas generaciones.