“A coger gachupines”, así fueron las horas antes del Grito de Dolores

Miguel Hidalgo, cura del pueblo, dio una arenga que marca el inicio de la Independencia de México

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Miguel Hidalgo decidió liderar el
Miguel Hidalgo decidió liderar el levantamiento armado insurgente. Crédito: Jesús A. Aviles/ Infobae México.

En julio de 1809 Ignacio Allende empezó a hablar de un plan de sublevación contra las autoridades virreinales, para ese momento ya conocía a Miguel Hidalgo y Costilla. El principal móvil contra el gobierno novohispano fue el descontento de los criollos luego de la disolución violenta de la propuesta autonomista de 1808.

De acuerdo con el libro “Hidalgo: maestro, párroco e insurgente” de Carlos Herrejón Peredo, conforme pasaron los meses fueron uniéndose más personajes a la conspiración de Querétaro, entre ellos Miguel Domínguez y Josefa Ortiz, así como el plan empezó a volverse más sólido y organizado. Ya empezaba desde entonces a hablarse de un nuevo país que reemplazara a la Nueva España administrado principalmente por criollos.

Miguel Hidalgo ordenó a sus artesanos la fabricación de armas y al iniciar el mes de septiembre de 1810 optó por ponerse a la cabeza no de la parte estratégica de la conspiración, si no de la segunda parte: el levantamiento armado.

Luego de enterarse de que
Luego de enterarse de que la conspiración fue descubierta, Miguel Hidalgo dijo: "Aquí no hay más remedio que ir a coger gachupines." (Secretaría de Cultura)

La fecha original del levantamiento era el 29 de septiembre de 1810, pero como parecía poco el tiempo para prepararse el inicio de la sublevación fue pospuesto hasta el 2 de octubre. Sin embrago, para el jueves 13 del mes corrieron rumores de que la conspiración había sido delatada y de que Allende ya había sido acusado.

Varias acusaciones delataron la conspiración, una de ellas por un hombre que el propio Hidalgo invitó a la sublevación. El intendente Juan Antonio Riaño se enteró de este plan y el 15 de septiembre decidió apresar a los rebeldes.

Antes de su arresto el 16 de septiembre, el Corregidor le alcanzó a decir a Josefa Ortiz que la conspiración fue descubierta. Éste, preocupado por el carácter combativo de su pareja, optó por encerrarla con llave, pero pudo ordenar que avisaran a Ignacio Allende y Miguel Hidalgo que el plan fue delatado. El mensajero pudo salir hasta el 15 en la mañana.

Muchas voces decidieron delatar la
Muchas voces decidieron delatar la conspiración de los insurgentes. Crédito: Wikimedia Commons

La noche del 15 Ignacio Allende se enteró junto con Juan Aldama de las noticias y los dos, desde San Miguel, fueron a la casa de Miguel Hidalgo en Dolores para hablar con el sacerdote sobre lo que debía seguirse. Al llegar los tres rebeldes conversaron sobre el siguiente paso a tomar, entonces el cura se puso las medias y dijo: “¡Caballeros, somos perdidos! Aquí no hay más remedio que ir a coger gachupines."

Aldama se escandalizó por lo que declaró Hidalgo, pero este le dijo a Allende: “Ahora mismo damos la voz de la libertad” y poco a poco empezó a formarse una pequeña multitud de los más cercanos colaboradores del párroco. Afuera de su casa, el sacerdote dijo: “¡Viva nuestra señora de Guadalupe! ¡Viva la Independencia!“.

Ya en la primeras horas del 16 de septiembre de 1810 y armadas, las 15 personas atacaron la prisión y liberaron a los reos, luego fueron al cuartel y tomaron las espadas. Después, los rebeldes apresaron a todos los españoles del pueblo de Dolores, luego vino la arenga de Miguel Hidalgo frente a la parroquia y la organización del nuevo ejército insurgente, que salió a las 11 de la mañana de la localidad.