¿Cuánto cobra un notario por hacer un testamento?

Un testamento es un documento legal que permite disponer del patrimonio y designar beneficiarios tras el fallecimiento. Su elaboración ante un notario público evita gastos innecesarios, retrasos y conflictos familiares, asegurando que los bienes se distribuyan conforme a la voluntad del testador.

Para elaborar un testamento se recomienda seguir varios pasos: primero, realizar un inventario de bienes, lo que permite determinar con claridad la distribución entre los beneficiarios.

Posteriormente, se deben designar los herederos, quienes por ley son los hijos, padres y cónyuge, aunque se puede incluir a otros familiares o amistades, e incluso asignar donaciones específicas.

Es posible modificar un testamento en cualquier momento para reflejar cambios familiares o personales. Además, cuando se heredan bienes a menores o personas incapaces legalmente, se debe designar un tutor y un albacea. El tutor se encarga de la custodia, mientras que el albacea garantiza el cumplimiento de la última voluntad; ambos deben ser personas de confianza.

La claridad en la redacción es fundamental para evitar malentendidos. Finalmente, se debe acudir al notario público para dar validez legal al documento.

En la Ciudad de México, el costo de un testamento varía entre mil 804 y 2 mil 614 pesos, según la notaría.

Desde 2003, la Secretaría de Gobernación y el Notariado Mexicano promueven la cultura del testamento en el país, con el objetivo de garantizar certeza jurídica y proteger el derecho de las personas a recibir herencias de manera segura y ordenada.

En 2025 se celebra la 23ª edición de la campaña, organizada por el Gobierno de México, las 32 entidades federativas y las notarías del país. Durante todo el mes se ofrecen facilidades especiales, incluyendo asesoría jurídica gratuita, atención los sábados en muchas notarías y la posibilidad de formalizar testamentos con descuentos de hasta 50%.

La iniciativa busca asegurar que la voluntad de los testadores sea respetada y que los bienes queden en manos de los beneficiarios correctos, evitando problemas legales a los familiares.

La importancia de la planificación patrimonial mediante un testamento radica en que se pueden reducir trámites legales, gastos y posibles conflictos familiares, garantizando que los bienes se distribuyan según la voluntad del testador.

Cuando no existe un testamento, se inicia un juicio sucesorio intestamentario para determinar la distribución de los bienes del fallecido. En este proceso, se convoca a todas las personas que consideren tener derecho a heredar para formalizar la declaración de herederos.

La ley establece un orden de prelación para la sucesión: primero los descendientes, seguidos del cónyuge o concubino, después los ascendientes y, finalmente, los parientes colaterales hasta el cuarto grado. Se designa un albacea encargado de administrar los bienes y supervisar la distribución.

Posteriormente, se realiza un inventario y avalúo de todos los bienes del difunto, se administran y se elabora un proyecto de partición mediante el cual se busca un acuerdo entre los herederos. Finalmente, los bienes se adjudican conforme a la resolución judicial.