Cuáles son los dos principales retos que enfrenta la nueva Suprema Corte, según Loret de Mola: “la sociedad les exige independencia”

El periodista señaló que a unos días de haber llegado a sus puestos, los ministros de la nueva SCJN ya han mostrado varias contradicciones

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(Jesús Avilés/Infobae)
(Jesús Avilés/Infobae)

El pasado 1 de septiembre, los ministros de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tomaron sus cargos e inició una nueva etapa de la justicia en México. Ese primer día, los nuevos ministros arrancaron impregnándose humo de copal para hacer propaganda con los valores indígenas y de austeridad que llegaban ese día a instaurarse en el Poder Judicial.

Varios de esos ministros cerraron la histórica jornada cenando en un salón privado del restaurante francés Au Pied de Cochon, uno de los más lujosos de la Ciudad de México, según reportes periodísticos.

El segundo día de sus labores, los nuevos ministros, que llegaron a su puesto haciendo campaña de acusaciones de que el Poder Judicial estaba lleno de nepotismo y ellos cambiarían esa ecuación, enfrentaron otra incongruencia, pues el hermano del ministro Arístides Guerrero, Diego Armando Guerrero, tomó posesión como integrante del Tribunal de Disciplina Judicial de la Ciudad de México.

El tercer día, Hugo Aguilar, nuevo presidente de la SCJN, quien en su primer discurso fustigó excesos, lujos y sueldos millonarios de los ministros anteriores, llegó a trabajar con una camioneta con dos vehículos de escolta, uno adelante y uno atrás, algo que, él y el movimiento político del que emana, consideran que las camionetotas y los guaruras son ejemplo de corrupción y lejanía con el pueblo.

Los nuevos ministros enfrentan dos
Los nuevos ministros enfrentan dos grandes retos, según el periodista. Suprema Corte de Justicia de la Nacion (SCJN)/Handout via REUTERS. THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY. NO RESALES. NO ARCHIVES.

Todo esto lo señaló el periodista Carlos Loret de Mola este jueves en su columna Historias de Reportero, titulada Contradicciones, propaganda y los dos retos de la nueva Corte. También señaló que sobraba enlistar otras contradicciones, como que hablen del fin de la corrupción cuando un acuerdo con los Yunes posibilitó que llegaran a la Corte, que hablen de un país plural cuando ellos son fruto de la sobrerrepresentación, que hablen de democracia cuando ellos están ahí gracias a acordeones, o que hables de que a ellos los nombró el pueblo, cuando solo votó el 10% de la gente en la elección judicial.

Sin embargo, más allá de eso, el nuevo Poder Judicial enfrenta dos retos centrales a corto plazo: el primero es que prometió que cambiará la impartición de justicia en el país. Loret de Mola asegura que es previsible que para tratar de dar la imagen de que todo está cambiando, y está cambiado ya, echen mano de más símbolos: “escogerán casos de alto impacto mediático que se alineen a este discurso de renovación moral para procesarlos de inmediato y crear una sensación favorable. Si eso no permea al resto de la sociedad, la propaganda será insuficiente".

El segundo reto que enfrentan es que el nuevo Poder Judicial entra en una disyuntiva en el ejercicio cotidiano de su tarea. Por un lado, explica Loret de Mola, está la sociedad que le exige independencia y por otro está el régimen del que emanan, que le exige una sola cosa: lealtad al movimiento.

Asegura que la sociedad está más vigilante que nunca a su actuación, y lo que se ha visto hasta ahora es un “marcaje personal” en redes sociales y algunos medios de comunicación, y cada tropiezo, contradicción, desplante, y demostración de su parcialidad quedará exhibida.

“¿Qué les queda a ministros, magistrados y jueces? Alinearse o forjar un nombre propio. Desmantelada toda institucionalidad, si algo hay es que le tengan miedo a la condena de la Historia“, concluye la columna.