Para qué sirve la mezcla de bicarbonato de sodio con peróxido de hidrógeno: cinco poderosos usos domésticos

Estos dos ingredientes, presentes en la mayoría de los hogares, resultan ser efectivos y económicos

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La mezcla de vinagre y
La mezcla de vinagre y bicarbonato genera burbujas que limpian manchas superficiales, pero su potencia no alcanza para disolver los depósitos calcáreos más duros. (Freepik)

La combinación de bicarbonato de sodio y peróxido de hidrógeno se ha consolidado como una de las soluciones más efectivas y accesibles para la limpieza del hogar, según explica el portal The Spruce.

Estos dos ingredientes, presentes en la mayoría de los hogares, generan una reacción química capaz de eliminar suciedad y manchas difíciles, así como neutralizar olores persistentes en diferentes superficies. Su uso resulta seguro cuando se siguen precauciones básicas, como emplear guantes y evitar el almacenamiento de la mezcla en recipientes cerrados.

Uno de los usos más destacados de esta mezcla es la limpieza de juntas de azulejos y superficies de baño. El peróxido de hidrógeno funciona como un blanqueador suave, mientras que el bicarbonato de sodio actúa como agente abrasivo delicado. Al combinar ambos, se obtiene una pasta que resulta ideal para remover acumulaciones de jabón y manchas incrustadas en áreas como tinas y cabinas de ducha de fibra de vidrio, donde los productos convencionales pueden dañar el acabado. Se recomienda aplicar la pasta con un paño suave, dejando actuar unos minutos y retirando con agua. Esta solución facilita la eliminación de residuos sin afectar los materiales sensibles, mostrando especial eficacia en la restauración del brillo original.

Estos dos ingredientes, presentes en
Estos dos ingredientes, presentes en la mayoría de los hogares, resultan ser efectivos y económicos (Freepik)

Agua oxigenada y bicarbonato de sodio: elimina suciedad y manchas difíciles, así como neutralizar olores persistentes en diferentes superficies

En la restauración y limpieza de utensilios de cocina, la mezcla se emplea para retirar grasa, suciedad horneada y manchas difíciles en bandejas, ollas y sartenes. El principio químico que respalda su eficacia radica en que el peróxido de hidrógeno, al ser un ácido débil, se combina con el bicarbonato de sodio, que es una base, lo que descompone las moléculas de grasa y manchas orgánicas, permitiendo su fácil remoción. Basta con cubrir las zonas afectadas con la pasta, dejar actuar, y limpiar con una esponja suave para obtener utensilios visiblemente más limpios. En el caso de objetos de silicona, este tratamiento ayuda a eliminar residuos pegajosos y devolver la frescura originales a los materiales.

El tercer uso doméstico relevante se encuentra en el cuidado de prendas y la neutralización de olores en textiles. El peróxido de hidrógeno puede añadirse directamente a la lavadora o al dispensador de blanqueador (usando una taza de aproximadamente 240 ml), para restaurar el blanco en ropa amarillenta o eliminar manchas difíciles en telas claras.

Para prendas que no pueden lavarse con agua, el bicarbonato de sodio actúa como desodorizante. Solo hace falta colocar la prenda en un recipiente hermético junto a una caja abierta de bicarbonato y revisar su estado tras 24 horas, aunque un mayor tiempo de exposición incrementa la eficacia. Además, la mezcla de ambos componentes puede aplicarse puntualmente para tratar manchas específicas, seguido de un enjuague cuidadoso.

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Agua oxigenada y bicarbonato de sodio: elimina suciedad y manchas difíciles, así como neutralizar olores persistentes en diferentes superficies (Imagen Ilustrativa Infobae)

Aunque estos usos traen beneficios palpables y una alternativa no tóxica para la limpieza diaria, es vital recordar que no se debe mezclar peróxido de hidrógeno con vinagre en el mismo recipiente, ya que se forma ácido peracético, sustancia peligrosa para la salud. Además, siempre es recomendable ventilar los ambientes y emplear protección básica durante las tareas de limpieza, en especial al manipular peróxido de hidrógeno por sus propiedades irritantes.

En conclusión, la unión del bicarbonato de sodio y el peróxido de hidrógeno ofrece una solución doméstica efectiva que favorece el mantenimiento y la higiene, dirigida a tareas como la limpieza de azulejos, utensilios de cocina y prendas textiles, demostrando versatilidad, seguridad y resultados notables si se usa correctamente.