Pese al aumento general de ingresos, la desigualdad en México sigue marcada por el 1% más rico, revela encuesta de Indesig y Oxfam México

El grupo con mayores recursos concentra 35% del ingreso nacional, mientras el 10% más pobre accede sólo al 2%; los hogares monoparentales encabezados por mujeres tienen ingresos promedio de $11 mil 548 pesos

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La presidenta Claudia Sheinbaum durante
La presidenta Claudia Sheinbaum durante 'La Mañanera' del pasado 14 de agosto. (Presidencia de la República)

Un análisis de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024, realizado por el Instituto de Estudios sobre la Desigualdad (Indesig) y Oxfam México, muestra que la desigualdad en México sigue siendo significativa pese al incremento general de los ingresos en los últimos seis años.

La medición de la desigualdad se realiza mediante deciles, que dividen a la población en diez grupos iguales según sus ingresos. El primer decil (decil I) agrupa al 10% más pobre, mientras que el décimo decil (decil X) incluye al 10% más rico. Dentro del decil X, el 1% más rico representa el extremo superior de la distribución.

El 1% más rico concentra el 35% del ingreso nacional, mientras que el decil I apenas accede al 2%. La brecha entre extremos es notable: el ingreso mensual promedio por persona en el decil más bajo fue de $2 mil 168 pesos, comparado con $140 mil 998 pesos en el decil más alto. En el 1% más rico, el promedio alcanza $958 mil 777 pesos, 442 veces el ingreso del decil I y 44 veces el promedio nacional.

Para pertenecer al decil X se requieren ingresos mensuales de al menos $26 mil 260 pesos por persona, mientras que el 1% más rico inicia en $156 mil 374 pesos. La mediana de ingresos del 1% superior fue de $256 mil 104 pesos, 32 veces la mediana nacional.

De acuerdo con las cifras oficiales, entre 2018 y 2024, los ingresos promedio por persona crecieron 19%, pasando de $18 mil 381 a $21 mil 825 pesos, con un aumento del 22.7% en la mediana. Los extremos registraron el mayor incremento: 29% tanto en el decil I como en el 1% más rico, aunque en términos absolutos el aumento para el decil I fue de $492 pesos mensuales frente a $213 mil 709 pesos del 1% superior. El coeficiente de Gini descendió de 0.68 a 0.63, indicando reducción de desigualdad, pero México sigue entre los países con mayor concentración de ingreso.

Portada del estudio llevado a
Portada del estudio llevado a cabo por el Instituto de Estudios sobre la Desigualdad (Indesig) y Oxfam México (Crédito: @oxfammexico).

El crecimiento de los ingresos se explica principalmente por el aumento laboral, que subió 11% a nivel nacional y 29% en el decil más bajo. Los ingresos por negocios disminuyeron 10% en el 1% más rico, mientras que las rentas de capital cayeron 17% en promedio. Las transferencias y programas sociales crecieron 2%, con mayor impacto en los deciles bajos. El 20% más rico concentra casi la mitad de las herencias y legados; el decil I recibe 14%.

Se mantienen las desigualdades de género y tipo de hogar

Las desigualdades de género y tipo de hogar persisten. Los hogares monoparentales con jefatura femenina, que representan 17.9% del total, registran ingresos promedio de $11 mil 548 pesos, menos de la mitad que otros hogares. Los hogares encabezados por hombres, especialmente en pareja, concentran los mayores ingresos.

El gasto de los hogares aumentó 9% entre 2022 y 2024, con mayor crecimiento en enseres domésticos (33%), cuidados personales (14%) y transporte (11%). El decil I gastó $6 mil 59 pesos mensuales, mientras el decil X destinó $35 mil 966 pesos, es decir, seis veces más. Los hogares de menores ingresos dedican casi la mitad de su gasto a alimentos, mientras que los de mayores ingresos diversifican hacia educación, transporte y esparcimiento.

La pandemia intensificó la presión sobre los hogares más pobres, que incrementaron la proporción de su ingreso destinada a alimentos, vivienda, cuidados y salud. El 10% más pobre dedica casi un tercio de su ingreso a renta, frente a menos de 10% del decil X. Además, las personas de menores recursos destinan más de 0.8% de su ingreso a productos de gestión menstrual, mientras que el decil X apenas 0.1%.

El estudio concluye que, aunque el crecimiento salarial y las políticas sociales han elevado los ingresos y reducido la pobreza, la concentración extrema del ingreso permanece, las brechas de género se mantienen y el acceso a servicios básicos sigue condicionado por el nivel de ingresos. Recomienda fortalecer políticas redistributivas, mejorar la cobertura de servicios públicos y perfeccionar la medición de ingresos altos para reflejar con precisión la desigualdad.