Grupo Escorpión y Ezequiel Cárdenas: qué se sabe de la facción del Cártel del Golfo que replicó el modelo de Los Zetas

La detención de Ezequiel Cárdenas Rivera, conocido como “Tormenta Junior” e hijo de Antonio Cárdenas Guillén (“Tony Tormenta”), quien fuera líder del Cártel del Golfo, representa un golpe para Grupo Escorpión, la facción de élite de esta organización criminal.

Cárdenas Rivera fue capturado en Matamoros, Tamaulipas, por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública estatal el 17 de agosto de 2025, acusado de portación de armas de uso exclusivo del Ejército. Su arresto pone sobre la mesa el papel central que jugaba dentro de la organización criminal y arroja luz sobre la estructura, antecedentes y alcance de este grupo armado.

Grupo Escorpión nació hace casi dos décadas como respuesta directa a la necesidad de proteger a los altos mandos del Cártel del Golfo, en particular a la familia Cárdenas Guillén, ante amenazas tanto externas como internas.

Esta facción fue creada como una élite armada privada cuya misión consistía en garantizar la seguridad de los líderes históricos del cártel, sobre todo tras la consolidación de los Zetas como grupo disidente y sus crecientes ataques internos. Esta facción debía evitar que sucesos como el abatimiento de Tony Tormenta (asesinado en 2010) ocurrieran, mediante el uso de tácticas de repliegue, blindaje y defensa.

El grupo fue conformado por ex policías estatales, municipales, judiciales y militares mexicanos con entrenamiento táctico y experiencia en combate, replicando el modelo de estructura y operaciones de sus propios enemigos Los Zetas.

Los primeros líderes asignaron a los elementos con mayor experiencia y lealtad la protección de la familia y la defensa activa de las plazas más disputadas, una estrategia que los convirtió en un referente de violencia y control dentro de Tamaulipas.

Aunque en un primer momento se pensó que su actividad terminaría tras la muerte de Tony Tormenta, el grupo siguió operando.

El bastión tradicional del Grupo Escorpión ha sido Matamoros, aunque su influencia abarca también Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso, San Fernando y Ciudad Victoria. Las operaciones se extienden a estados como Nuevo León, San Luis Potosí y Guanajuato.

Esta facción no solo regula actividades de narcotráfico, sino que imponen cuotas de extorsión a empresarios, profesionistas, comerciantes formales, ambulantes y transportistas, bajo amenazas de represalia. También se ha documentado su práctica de robo de combustible.

Otro de sus sellos distintivos radica en la estrategia de terror mediático y propaganda, basada en la publicación de videos en los que exhiben convoyes de vehículos blindados, arsenal militar y ejecución de rivales bajo advertencias abiertas.

En los uniformes de los integrantes figuran escudos con los lemas “valentía, fuerza e inmortalidad. Respeto, lealtad, disciplina”, consagrados como principios identitarios del grupo.

Cabe apuntar que, a partir de la extradición de Osiel Cárdenas Guillén en 2007 a Estados Unidos, el cártel entró en un proceso sostenido de fragmentación. Además de Los Escorpiones, surgieron otras facciones como Los Ciclones, Los Metros, Los Rojos y Las Panteras, quienes hasta hoy día se disputan el control de distintas plazas fronterizas, reconfigurando la geografía criminal de Tamaulipas y sus alrededores.

Para asegurar rutas y rentas, Escorpiones han forjado alianzas temporales con Los Ciclones —centrados en Matamoros— y han combatido tanto a Los Metros —radicados en Reynosa— como al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel del Noreste. También se han documentado pactos efímeros con cárteles como la Familia Michoacana, para enfrentar amenazas comunes. En contraste, el grupo sostiene una rivalidad histórica con remanentes de Los Zetas, a quienes disputan territorio y rutas en el noreste.

Actualmente, la cúpula del Grupo Escorpión ha estado marcada por la detención de varias figuras relevantes. Aunque Ezequiel Cárdenas Rivera (“Tormenta Junior”) jugaba un papel central, previamente la estructura contó con el liderazgo de José Antonio García Vilano (“La Kena”) detenido en enero de 2024, quien alcanzó notoriedad como uno de sus principales jefes antes de su captura.

Tras la muerte de Antonio Cárdenas Guillén (“Tony Tormenta”), ambos personajes, en distintos momentos y contextos, encabezaron la facción y coordinaron sus actividades junto a otros cabecillas del Cártel del Golfo.

El arresto de “Tormenta Junior” y anteriores detenciones de líderes como José Antonio García Vilano (“La Kena”) y Antonio Guadalupe Pérez Domínguez (“Escorpión 17”) marcaron una fase de vulnerabilidad en la cúpula de Grupo Escorpión.

De acuerdo con su ficha en el Registro Nacional de Detenciones, Ezequiel Cárdenas Rivera es una “persona del sexo masculino, de aproximadamente 1,85 metros de estatura, complexión robusta, tez clara, cabello negro y barba”.

Dentro de la organización y en el entorno, es conocido como “El Junior” o “Tormenta Junior” y al momento de su detención iba a bordo de un vehículo negro sin placas, portando un arma calibre 9x19 mm con cinco cartuchos, y bajo estado de ebriedad.

No es la primera ocasión en que Ezequiel Cárdenas Rivera enfrenta a la autoridad. En 2011, la Secretaría de Marina lo detuvo a los 23 años durante un operativo en Matamoros, cuando participaba en una fiesta donde presuntamente se encontraban otros miembros del Cártel del Golfo. En ese momento, intentó evadir el cerco policiaco a bordo de uno de los tres vehículos disponibles, pero fue interceptado junto con otros cuatro presuntos colaboradores, entre ellos operadores financieros y jefes de plaza señalados por tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

Con la aprehensión de Ezequiel Cárdenas Rivera, el futuro inmediato de Grupo Escorpión permanece incierto.