El motivo para meter a la cárcel a Israel Vallarta: “Dijeron que me metí con el lavador de este jefe policíaco”

Tras casi dos décadas en prisión y luego de ser absuelto en uno de los procesos más mediáticos del país, Israel Vallarta rompió el silencio y ofreció una entrevista a la periodista, en la que reveló detalles que, asegura, explican por qué terminó en la cárcel.

Vallarta relató que, durante su detención, escuchó una conversación que lo convenció de que había sido víctima de una venganza orquestada desde las más altas esferas del poder.

“Mientras estaba detenido, dos personas me decían: ‘que se metió con la persona equivocada, te la van a romper (la madre)’”, narró Vallarta, todavía con evidente indignación.

Ante esa amenaza velada, Vallarta preguntó con qué motivo estaba siendo castigado y recibió una respuesta que lo marcó: “pues es que tú sabes qué hiciste. Tú sabes con quién te metiste”.

Israel Vallarta aseguró que esos hombres lo ligaron directamente con un operador cercano al exsecretario de Seguridad Pública, Génaro García Luna, quien actualmente enfrenta cargos por narcotráfico y delincuencia organizada en Estados Unidos.

“Uno de los lavadores de García Luna, eso es lo que me dijeron ellos (sus captores)”, precisó Vallarta durante la entrevista.

Vallarta pasó casi 20 años en prisión acusado de ser líder de la banda de secuestradores conocida como “Los Zodiaco”, proceso que desde el inicio estuvo envuelto en irregularidades, como la famosa transmisión televisiva de un montaje armado en 2005.

Aunque recientemente fue absuelto por falta de pruebas en el caso del secuestro de la familia Vallarta-Michel.

El caso de Israel Vallarta se convirtió en un emblema de los abusos cometidos durante la llamada “guerra contra el narcotráfico” impulsada por el gobierno de Felipe Calderón, periodo en el que García Luna fungió como uno de los hombres más poderosos del país.

Ahora, Vallarta insiste en que todo fue consecuencia de haberse cruzado en el camino de intereses más grandes de los que pudo imaginar.

Finalmente, Vallarta reiteró que nunca existieron pruebas reales en su contra y que confía en que pronto obtendrá la libertad absoluta. “Todo esto se hizo para proteger a alguien más y para castigarme por algo que ni siquiera sé exactamente qué fue”, concluyó.

Su historia vuelve a poner sobre la mesa las graves fallas del sistema de justicia mexicano y la facilidad con la que se pueden fabricar culpables para sostener narrativas oficiales.