
Una fotografía que ha circulado recientemente en redes sociales llamó la atención de miles de personas debido a que, a simple vista, aparentemente muestra a un perro con un extraño bulto sonriente en su estómago, lo que provocó confusión e incluso preocupación entre quienes la vieron. No obstante, lo que parece un defecto físico es, en realidad, una ilusión óptica con una encantadora historia detrás.
“Mucha gente comentó preocupada sobre esa foto”, dijo Olena Kagui, la dueña de los lomitos, en una entrevista con The Dodo For Animal People, una plataforma con enfoque emocional hacia el cuidado y la defensa de los animales. “Pero luego se dieron cuenta de que en realidad eran dos perros acurrucados”.
La “sonrisa” en el estómago de Keo pertenece a Smiley, su compañero canino, que descansaba cómodamente debajo de él. Sin embargo, la verdadera belleza de esta imagen no radica en su efecto visual, sino en el viaje emocional de un perro que estuvo al borde de la eutanasia en un refugio y hoy disfruta de sus días rodeado de amor, cuidado y ternura.
El rescate de Smiley en 2018

La historia del lomito comienza en un lugar muy distinto. En 2018, este pitbull con grandes ojos tristes fue llevado a un refugio en Brooklyn, Nueva York, pues su familia anterior lo había entregado porque esperaban un bebé y ya no podían hacerse cargo de él.
En Facebook, la descripción en la publicación de rescate lo retrataba como un perro amigable, entrenado y juguetón, pero el tiempo pasaba y nadie se ofrecía a adoptarlo. Olena Kagui vio la publicación mientras viajaba en el metro. “Normalmente paso página porque me pone triste no poder rescatar a todos los perros que lo necesitan”, contó. “Pero algo en su rostro me llamó la atención”.
Kagui no pudo contener las lágrimas. Su esposo, al notar su reacción, leyó la publicación, sin embargo, en un principio fue realista: “No podemos tener un perro ahora mismo”, le dijo.
Pero la melancólica expresión de Smiley ya se había adueñado del corazón de Kagui, así que, motivada por la compasión y determinada a ayudar, contactó con Pound Hounds Res-Q, una organización que trataba de sacar al cánido del refugio. El único obstáculo para completar su rescate era encontrar un lugar de acogida; Olena y su esposo decidieron ser ese hogar.
Días más tarde, el canino llegó a su casa, castrado, silencioso, y con el espíritu claramente roto. “No hacía contacto visual ni respondía a ninguna orden ni a su nombre”, recordó Kagui.
“Bebió un poco de agua y era evidente que ya estaba acostumbrado a hacer sus necesidades en casa. Sabía que no debía subirse a la cama ni morder nada excepto sus juguetes. Pero no se tranquilizó ni me miró en todo el día”, comentó. Aquel perro alegre y extrovertido descrito en la publicación parecía haber desaparecido bajo el peso del abandono y la tristeza. Pero el amor tiene una manera milagrosa de sanar.
Con paciencia, rutina y ternura, la confianza de Smiley creció día a día. Aprendió que podía estar seguro, que el cariño no dolía y que los juegos eran para divertirse. Fue su compañero canino Keo quien, según Kagui, lo ayudó a “jugar sin miedo”. Gracias a esa compañía y a la constante presencia de su nueva familia, Smiley empezó a sonreír otra vez. Literalmente.
Una vida nueva en Hawái y una familia que también fue rescatada

Hoy, con 13 años, el perro vive una vida completamente distinta en Hawái, donde Kagui y su esposo se mudaron años después de adoptarlo. Allí, la familia se hizo más grande con otros dos perros rescatados y cuatro gatos. Aún así, Smiley, sigue siendo el corazón del hogar.
“Con cada nueva incorporación, el corazón de Smiley se ha llenado aún más”, dijo Olena, y aunque el rescate fue suyo, ella insiste en que fue el lomito quien realmente los salvó a ellos.
“Sé que suena a cliché, pero es verdad que él nos salvó”, confesó. “Mi esposo y yo hemos enfrentado problemas de salud mental. Yo sufro de depresión, y él de ansiedad. Pero Smiley nos ha traído una alegría profunda. Sus hermanos también, pero Smiley es realmente especial”.
La famosa imagen, que causó tanto revuelo por su ilusión óptica, muestra a Smiley recostado, relajado, es en realidad una escena de amor y calma. Una imagen que resume años de sanación.
The Dodo, que había contado la historia del lomito por primera vez en 2018, volvió a compartirla ahora para mostrar cómo ese perro, que una vez fue invisible en una jaula de refugio, encontró en el amor de una familia la fuerza para volver a sonreír. Además de recordar que, muchas veces, quienes rescatan también son rescatados.
Más Noticias
Estos “perros terapeutas” están entrenados para acompañar a soldados colombianos heridos
La iniciativa Fuerza Peluda ofrece acompañamiento emocional a soldados afectados por los conflictos en Colombia

Perro “se enoja” al ver una vergonzosa foto suya y conquista TikTok con su reacción
El labrador conmovió en redes al reaccionar de forma inesperada ante una foto poco favorecedora que le mostró su cuidadora, provocando risas y empatía entre los usuarios

Reaparece en video el tiburón ángel, una especie al borde la extinción que sobrevive desde el Cretácico
El video representa el primer registro audiovisual de esta especie en las costas de Gales desde 2021, un hallazgo relevante para los equipos que investigan la biodiversidad marina y el estado de las especies más amenazadas

Celebran con poesía el primer cumpleaños de Julio ‘el Bakan’, el lomito tiktoker rescatado en Curicó
Un poema, un pastel y un adorable gesto de gratitud marcaron el primer año de una amistad única

La Michi Novela viral de TikTok que revela los “escándalos” amorosos de una pareja de gatos
Con personajes entrañables, conflictos familiares y una narrativa inspirada en telenovelas clásicas, esta serie ha conquistado a miles de usuarios en redes sociales
