Quién fue el único general invicto de la Revolución Mexicana y personaje clave en la derrota de Victoriano Huerta

De orígenes humildes a figura central del México moderno, su vida estuvo marcada por alianzas, traiciones y un final trágico

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Obregón, de agricultor a presidente:
Obregón, de agricultor a presidente: su papel clave en la Revolución Mexicana y la construcción del México moderno. (Wikimedia Commons)

El 17 de julio de 2025 se cumplieron 89 años del asesinato del general Álvaro Obregón, una de las figuras centrales en la historia política de México y protagonista clave de la Revolución Mexicana.

Su legado, tanto en el ámbito militar como en el político, ha sido objeto de análisis por su influencia en la conformación del México moderno y por las controversias que marcaron su paso al poder.

Álvaro Obregón nació el 19 de febrero de 1880 en Navojoa, Sonora. De orígenes humildes, trabajó inicialmente como agricultor. En 1912, después de la muerte de su hermano, se incorporó a las fuerzas maderistas para combatir a la rebelión orozquista, iniciando así una carrera militar que lo llevaría al centro de los acontecimientos nacionales.

De agricultor a general y presidente

Obregón, de agricultor a presidente:
Obregón, de agricultor a presidente: su papel clave en la Revolución Mexicana y la construcción del México moderno. (Wikimedia Commons)

Obregón destacó como uno de los líderes más hábiles y estratégicos durante la Revolución Mexicana aún sin tener preparación militar. Apoyó a Francisco I. Madero contra la dictadura de Porfirio Díaz y, tras el asesinato de Madero, luchó contra Victoriano Huerta, quien había usurpado la presidencia en 1913.

Se unió al llamado de José María Maytorena, quien se sumó al Plan de Guadalupe bajo el mando de Venustiano Carranza y gracias a sus habilidades estratégicas para la guerra, fue nombrado jefe del Ejército del Noroeste, contribuyendo así con la caída del régimen Huertista en 1914.

Obregón participó en las campañas decisivas que llevaron a la derrota de Huerta, consolidando su reputación como uno de los generales más eficaces del conflicto revolucionario.

En este punto, ya había acumulado múltiples victorias que le dieron popularidad y para 1920, encabezó la rebelión del Plan de Agua Prieta, que desconoció al presidente Venustiano Carranza y facilitó su llegada a la presidencia de la República. Asumió el cargo en diciembre de ese año, periodo que se caracterizó por iniciativas modernizadoras y negociaciones políticas que buscaban pacificar el país tras más de una década de inestabilidad.

Durante su gobierno, que fue de 1920 a 1924, Obregón impulsó la reforma agraria, la educación pública y la reconstrucción del país. Designó a José Vasconcelos como Secretario de Educación Pública, lo que permitió una expansión sin precedentes del sistema educativo y cultural.

Otro de sus aciertos fue la reactivación de la economía agrícola, así como el impulso a la infraestructura y la tecnificación del campo, temas clave para la pacificación y el desarrollo nacional.

En materia diplomática, Obregón negoció con Estados Unidos los tratados de Bucareli, mediante los cuales el gobierno de ese país reconoció su administración a cambio de ciertas concesiones en temas agrarios y petroleros. Estos acuerdos facilitaron el acceso de México a préstamos extranjeros e inversiones, en un momento crítico para la reconstrucción nacional.

El conflicto religioso y la sucesión política

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El asesinato de Obregón en 1928 abrió el periodo del Maximato bajo el control de Plutarco Elías Calles. (Wikimedia Commons)

Uno de los episodios más álgidos durante la presidencia de Obregón fue el conflicto entre el Estado y la Iglesia católica, que desembocó en la llamada Guerra Cristera. Las restricciones impuestas por el gobierno a la actividad eclesiástica provocaron una resistencia armada en diversos estados del país, marcando una de las crisis sociales más profundas del periodo post-revolucionario.

Al concluir su mandato en 1924, Obregón logró impulsar la candidatura de Plutarco Elías Calles, dando inicio a un nuevo esquema político en el que el grupo sonorense mantuvo el control del gobierno. No obstante, la reforma constitucional de 1926, que permitía la reelección tras un periodo, abrió la puerta para que Obregón se postulara de nuevo en 1928.

El 17 de julio de 1928, poco después de haber ganado las elecciones presidenciales, Obregón fue asesinado por el caricaturista católico José de León Toral en el restaurante La Bombilla, en San Ángel, en la Ciudad de México.

El crimen provocó una fuerte conmoción nacional y un vacío de poder que fue resuelto por el grupo político de Calles, estableciendo el periodo conocido como Maximato, donde la figura del “Jefe Máximo” dominó la vida política mediante la designación de presidentes interinos.

Obregón fue sepultado en el Panteón de Dolores de la Ciudad de México. A lo largo de los años, su figura ha sido motivo de homenajes y también de debate por el uso de la violencia para mantenerse en el poder y las dificultades para consolidar la democracia en México.