Este es el bosque fluorescente que está a sólo cuatro horas de la CDMX, perfecto para explorar de noche

La mejor temporada para visitar este ecosistema queretano es entre junio y agosto, durante la temporada de lluvias

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La biofluorescencia transforma el bosque
La biofluorescencia transforma el bosque de encinos y palmas en un escenario de luces y colores durante la noche. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En medio de la Sierra Gorda queretana, un fenómeno natural sorprende a quienes se aventuran más allá de los destinos turísticos tradicionales, se trata de un bosque que, al caer la noche, revela un ecosistema biofluorescente donde hongos, insectos, líquenes, musgos, minerales y resinas brillan intensamente bajo la luz ultravioleta.

Este espectáculo natural ocurre en las comunidades de El Doctor y Chavarrías, dentro del municipio de Cadereyta de Montes, a aproximadamente cuatro horas en auto desde la Ciudad de México y a sólo dos de la capital del estado.

Querétaro, cuyo nombre proviene del vocablo tarasco queréndaro, que significa “lugar de peñas”, es conocido por su abundancia de cantera rosa y por un clima que oscila entre seco y semiseco, sin embargo, la Sierra Gorda rompe con ese patrón, albergando un bosque de encinos y palmas que, especialmente durante la temporada de lluvias, se convierte en el escenario ideal para un fenómeno tan raro como fascinante.

¿Qué hacer en el bosque fluorescente de Querétaro?

La biofluorescencia transforma el bosque
La biofluorescencia transforma el bosque de encinos y palmas en un escenario de luces y colores durante la noche.

La experiencia de visitar este bosque se vive de noche, cuando la oscuridad permite observar a simple vista el resplandor natural que emiten distintos organismos gracias a la acción de lámparas UV. Por esa razón, los recorridos se realizan exclusivamente al anochecer, bajo la guía de expertos y miembros de las comunidades locales.

Una de las opciones para explorar este ecosistema es a través de la agencia Trek Tours México, cuyo recorrido incluye transporte, cena y desayuno preparados por habitantes de la comunidad, campamento con servicios básicos, guía local acompañado por un biólogo, seguro de viajero y actividades complementarias como senderismo para ver el amanecer, fogata y convivencia con los anfitriones.

La mejor temporada para realizar este recorrido es en los meses lluviosos, es decir, entre junio y agosto, cuando las condiciones de humedad favorecen la aparición de hongos y otros organismos fluorescentes. Se recomienda llevar ropa abrigadora, botas cómodas para caminar, una lámpara UV (aunque muchas veces es proporcionada por los guías), y, sobre todo, disposición para conectar con la naturaleza.

¿Qué es la biofluorescencia?

La biofluorescencia ocurre cuando organismos
La biofluorescencia ocurre cuando organismos absorben luz ultravioleta y la reemiten en colores visibles.

La biofluorescencia es un fenómeno por el cual algunos organismos vivos absorben la luz ultravioleta y la reemiten en forma de luz visible. A diferencia de la bioluminiscencia, en la que los organismos generan su propia luz a través de reacciones químicas, como en el caso de las luciérnagas o algunas medusas, la biofluorescencia necesita una fuente externa de luz para ser activada.

Según explica National Geographic, “con la biofluorescencia, las longitudes de onda azules de la luz inciden en la superficie de un animal y se emiten como un color diferente, normalmente verdes, naranjas y rojos vivos”. Este proceso puede observarse en diversos organismos como corales, peces, reptiles, y en este caso, en especies de hongos y líquenes del bosque queretano.

En 2015, un grupo de investigadores del Instituto de Investigación y Conservación de la Biodiversidad (IPBio), citado por National Geographic, descubrió que algunos hongos bioluminiscentes emiten luz para atraer insectos y arañas. Estos animales, al acercarse, ayudan a dispersar las esporas del hongo por el bosque, lo que demuestra que el brillo de estos organismos es fundamental para su reproducción.

Dichos hallazgos han motivado a científicos y conservacionistas a estudiar con más profundidad los bosques fluorescentes del mundo. Por estas razones, a sólo unas horas de la capital del país, este rincón escondido ofrece una experiencia inolvidable para quienes buscan un viaje distinto, lejos del ruido, pero cerca de la luz que la naturaleza emite cuando nadie la está viendo.